Italia, 2 Brasil, 4
Tres partidos y tres golazos de Neymar. La Confederaciones crece gracias al crack brasileño. Había entrado muy poco en juego, pero fue tener la oportunidad de disponer de un libre directo al comienzo de la segunda parte y Neymar firmó otra genialidad, reflejada en un lanzamiento de pura clase pegado al palo que debía cubrir Buffon, al que no llegó el veterano portero italiano. En el tiempo añadido de la primera mitad de sus botas también salió a balón parado el primer gol de Brasil, que sin brillo en su fútbol, fue superior a una Italia que hasta su reacción final, demasiado tardía, se dejó dominar y echó muy en falta al lesionado Pirlo. Sin su cerebro Italia se resiente, y también con la defensa que hizo aguas ante los anfitriones. Sin embargo, con Neymar, aunque le lleguen pocos balones porque Brasil no juega para él, todo es mucho más fácil y espectacular.
Con Neymar, que se mueve por todo el frente de ataque pese a que esté tirado a la izquierda, y siempre se ofrece, encara e intenta desbordar, Brasil se eleva en esta Confederaciones en la que sigue cumpliendo sus objetivos hasta la esperada final. Frente a un Italia que se dejó dominar y renunció a jugar como le gusta a Cesare Prandelli, no dio opción a la sorpresa para asegurar el liderato de grupo y evitar a España en las semifinales. Los italianos no pudieron impedir acabar segundos, porque jugaron demasiado replegados y solo se lo creyeron en los últimos minutos, cuando se desfondaron y obligaron a recular a Brasil. Decepcionaron, más que los brasileños, los italianos, que sobrevivieron gracias a dos acciones aisladas. La última de ellas con polémica, porque en el 2-3 el árbitro señaló penalti a Balotelli y cuando vio que marcaba Chiellini se olvidó de lo que había pitado para cometer un grave error. Las protestas de los brasileños, a quienes les valía el empate para ser primeros, de nada sirvieron.
ABrasil, que prefiere defender y no perder el sitio antes que crear juego y ser atrevida colectivamente, le basta de momento con Neymar y con su solidez atrás. Sin embargo, ante los italianos también presumió de pegada, porque dispuso de pocas ocasiones pero marcó cuatro, beneficiada por la fragilidad de un rival frágil, desconocido defensivamente. También, salvo cuando Italia decidió dar un paso al frente cuando ya no había remedio, apareció muy poco de medio campo hacia adelante. Aun así la ‘azzurra’ pudo meterle tres a la anfitriona cuando Brasil se echó atrás a defender su ventaja y la ‘azzurra’, competitiva aunque esté muerta, optó por apretar. A buenas horas, porque en ese último tramo, con 2-3, Italia necesitaba otros dos tantos y Brasil se mantuvo firme. Incluso amplió su ventaja con un cuarto gol, en fuera de juego, que puso fin a un duelo de fogonazos y por momentos de excesiva dureza, porque aunque Neymar volvió a recibir el astro también acabó con Abate, uno de los tres lesionados que no acabaron el choque.