Los peces que darían positivo en un control de alcoholemia y los roedores que se dejan morir

Los lirones caretos y los peces dorados han conseguido dos de las adaptaciones evolutivas más fascinantes de la naturaleza

Wikipedia

Pedro Gargantilla

Uno de los roedores más elegantes de nuestros bosques ibéricos es el lirón careto ( Eliomys quercinus ), que se encuentra a medio camino entre la ardilla y el ratón de campo. Etimológicamente, su nombre deriva del griego 'eleos' que significa vagabundear y 'mys', ratón; mientras que 'quercinus' es de origen latino y hace alusión al roble.

Su nombre vernáculo se debe a la característica presencia de una franja negruzca de pelo situada en la zona ocular –a modo de careta-, cubriendo parte del rostro y prolongándose hasta detrás de las orejas.

A esto hay que añadir la otra singularidad, la de tener uno de los periodos de hibernación más prolongados del reino animal, y es que el lirón careto desaparece del bosque desde mediados del otoño hasta mediados de la primavera. De esta forma podríamos decir, sin temor a exagerar, que este pequeño mamífero es un 'dormilón con antifaz'.

Seis latidos por minuto

Lirón careto Wikipedia

Durante la hibernación el lirón pueda llegar a perder hasta la mitad del peso que tenía al comienzo, por ese motivo, y con el objeto de acumular la mayor cantidad de grasa posible, se pasa todo el verano engullendo avellanas, moras, frambuesas, semillas, lombrices y grillos.

Con la bajada térmica se acurruca en su madriguera, literalmente se hace una bola, y comienza uno de los más plácidos sueños invernales. Para ello es preciso que su metabolismo realice una serie de adaptaciones: la respiración se hace prácticamente imperceptible, la frecuencia cardiaca se enlentece –pasa de trescientos latidos por minuto a tan solo seis–, el cerebro se 'desconecta' realizando mínimas funciones, y los riñones dejan de filtrar los productos de desecho.

De esta forma, este mamífero consigue alcanzar una situación metabólica que le pone en el filo de la muerte, pero que le protege de los rigores invernales. Eso sí, con la llegada de los primeros rayos primaverales su metabolismo se 'resetea', el lirón careto se despereza y comienza a corretear por los bosques ibéricos.

El secreto está en el alcohol

En aquellas situaciones en las que no hay oxígeno y es preciso realizar un ejercicio intenso el organismo de la mayoría de los animales, entre el que se incluye el de los seres humanos, recurre a utilizar las vías alternativas anaerobias.

Una de ellas, la más exitosa evolutivamente, se llama glicolisis (del griego 'glycos', azúcar, y 'lisis', ruptura) y consiste en convertir la glucosa en ácidos grasos, obteniendo de esta forma moléculas de ATP.

La cara B de esta reacción metabólica es que se genera ácido láctico, un compuesto que si alcanza determinaciones concentraciones en el torrente circulatorio puede provocar la muerte del individuo.

Algunos animales están condenados, durante los meses invernales, a sufrir una prolongada situación de anaerobiosis, precisando de la glicolisis como única fuente energética, a riesgo de generar niveles elevados de ácido láctico.

Entre estos animales se encuentran, por ejemplo, los peces dorados ( Carassius auratus ), más conocidos como Goldfish. Cuando los lagos en los que habitan se congelan y desaparece el oxígeno a estos peces nos que queda otra opción que entrar en anaerobiosis.

Afortunadamente para ellos, hace unos ocho millones de años, sus antepasados diseñaron una estrategia que les permite evitar sortear la muerte por acidosis metabólica y que consiste, básicamente, en convertir el ácido láctico en alcohol.

Los investigadores han observado que a medida que transcurren las semanas invernales los peces de colores producen mayor cantidad ácido láctico y, en consecuencia, de alcohol, el cual es expulsado al agua por las branquias. En algunos casos se han llegado a superar los 50 mg por 100 ml de alcohol, una cifra con las que los peces dorados habrían dado 'positivo' en las carreteras noruegas o polacas.

M. Jara

Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación