La misteriosa masa de piedras flotantes que se dirige a Australia

Un «rebaño» de pumitas de 136 kilómetros cuadrados de extensión se mueve hacia la Gran Barrera de Coral

Los investigadores han situado el origen de la masa de rocas flotantes, en la imagen, en un volcán subacuático del archipiélago de Tonga NASA Earth Observatory/Joshua Stevens

G.L.S.a

De los alrededor de 800 volcanes activos que existen, la mayoría se encuentra en los márgenes de las cuencas oceánicas, especialmente en un anillo que rodea el Pacífico y que se conoce como « Cinturón de Fuego ». Este anillo se forma porque los movimientos de las placas tectónicas funden las rocas del manto y facilitan la salida del magma en la superficie o bajo el agua.

Una pequeña parte de los 40.000 kilómetros de este cinturón pasa bajo el archipiélago de Tonga , en la Polinesia occidental. Estas islas están situadas en la frontera de las placas australiana y del Pacífico, y se erigen sobre el océano gracias a la actividad volcánica o a la actividad biológica, que es capaz de levantar islas coralinas. En sus aguas territoriales hay grandes depósitos de minerales, como zinc, cobre, plata y oro y, hoy en día, los volcanes de algunas de las islas siguen activos: en el último siglo, se han registrado más de una treintena de erupciones.

Sabiendo todo esto se puede comprender por qué el pasado 6 de agosto los satélites Sentinel de la Agencia Espacial Europea (ESA) localizaron una masa de escoria volcánica flotando por el Pacífico , en el anillo volcánico de Tofua, en el archipiélago de Tonga. Quizás sorprenda más averiguar cuál es la naturaleza de estos restos: ni más ni menos que una balsa de piedras volcánicas flotantes , que alcanza una superficie de 136 kilómetros cuadrados y un volumen estimado de varios millones de metros cúbicos. Esta balsa es en realidad un gran «rebaño» de pumitas , unas piedras volcánicas tan porosas que son menos densas que el agua.

«F», el volcán subacuático

Esta semana, un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Queensland, Australia, han publicado un estudio en la revista Journal of Volcanology and Geothermal Research en el que han trazado el origen de tan peculiares navegantes. Las imágenes por satélite de la travesía de las pumitas, los rastros de las erupciones y el registro sísmico, escaso en esa zona tan remota, les han permitido concluir que la masa de pumitas procede de la paradisiaca isla de Vava´u y, en concreto, del «volcán F» . Este volcán subacuático se descubrió en 2001 después de que una erupción causase otro enorme vertido de pumitas.

El «Volcán F», el origen de las piedras flotantes GEOMAR

Hace un año, las técnicas de sónar les permitieron desvelar el aspecto del volcán F. Se trata de una caldera de ocho por seis kilómetros situada unos 700 metros bajo la superficie y que, en 2004, estaba a solo 35 metros de emerger.

En esta ocasión, las piedras fueron avistadas por primera vez por el satélite Sentinel-2, el día 8 de agosto. Las imágenes en alta resolución pronto permitieron localizar dos turbias nubes en el agua, que resultaron proceder de sendas erupciones volcánicas subacuáticas. Estas erupciones se originaron justo por encima del arco de Tofua, una cadena de volcanes situada al borde de las placas tectónicas.

Pumitas rumbo a la Gran Barrera

Además de situar el origen del curioso fenómeno, los investigadores han concluido que la masa de pumitas está viajando hacia el noreste y dirigiéndose hacia la Gran Barrera de Coral, en Australia.

Lejos de ser esto algo negativo, han recordado que las pumitas son como un «ferry» para todo tipo de seres vivos : «Basándonos en los eventos pasados similares, que hemos estudiado desde hace unos 20 años, creemos que –las pumitas– van a transportar nuevos y saludables corales y a otros habitantes de los arrecifes hasta la Gran Barrera», dijo en agosto Scott Bryan, investigador de la Universidad Técnica de Queensland. De hecho, la erupción de 2001 permitió que en 2002 las pumitas trasladasen a la Gran Barrera un importante cargamento de algas, percebes, gusanos y corales . Los indicios sugieren que, en esta ocasión, las pumitas llegarán a la Gran Barrera en enero o febrero.

Las erupciones pueden crear enormes cantidades de pumitas. Estas rocas se forman cuando el magma es expulsado violentamente , de modo que se enfría y despresuriza tan rápidamente que la piedra se solidifica sin expulsar el gas que estaba disuelto en el magma. En consecuencia, se forma una roca extremadamente porosa y ligera.

A continuación, los autores de este estudio tratarán de monitorizar futuras erupciones del volcán F y, más adelante, tomar muestras de las pumitas para estudiar su geoquímica.

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