Cádiz CF

(VÍDEO) «Raúl Parra es tan humilde que no alardeó cuando secó a Ferrán Torres»

«Una de las claves de su éxito esta temporada es tomarse un 'manchao' en taza grande», asegura Manolo Cruz, su cicerone en tierras gaditanas

«Es muy exigente y ha demostrado que se jugaba mucho esta temporada», apunta

Raúl Parra, renovado hasta 2024

Ferrán Torres tuvo pesadillas con Raúl Parra

Manolo Cruz luce una camiseta regalada por Genar Fornés, jugador del Cádiz B. A. V.

Antonio Valimaña

Llegó en silencio a tierras gaditanas hace poco menos de un año y únicamente su excelente labor ha hecho posible que pasara del anonimato al foco mediático. Es la historia de Raúl Parra , el desconocido lateral que ha encandilado al cadismo a base de actuaciones enormes. Bien lo saben en el Camp Nou, donde el maño fue un muro infranqueable para Ferrán Torres.

Ya han pasado meses desde entonces y la temporada ha finalizado, pero el inusual lateral derecho zaragozano se ha ganado con creces una renovación con el Cádiz CF hasta el 30 de junio de 2024. Bien es cierto que con una posible marcha en calidad de cedido rumbo a Segunda para continuar con la formación, pero dejando claro que es una de las joyas de la cantera cadista. Y sin levantar la voz en ningún momento. El futuro dirá en qué lugar continúa, pero el paso al frente ya se ha dado. Ahora toca asentarse, que suele ser lo más complejo.

Raúl Parra junto a Bryan Gil en el Valencia - Cádiz de la Copa del Rey. EFE

Su historia es la de otro joven, el enésimo, que recaló en el Cádiz B (ahora Cádiz CF Mirandilla) en busca de una nueva oportunidad. Espigado jugador de 187 centímetros de estatura, Raúl Parra había pasado por El Olivar y La Almunia antes de probar fortuna en la cantera del Mallorca. Fue el paso previo a jugar en el Guijuelo. Y de ahí al filial cadista. De punto a punto de la geografía española.

Podría pensarse que otra historia más en la maleta de un jugador tan educado como concienciado, pero el tiempo tenía destinado algo especial para el aragonés. Precisamente en esa tierra en la que hace tres décadas Kiko hizo sufrir al equipo de su tierra o donde Cedrún se forjó antes de ser una leyenda en La Romareda.

Una 'cabaña' como segundo hogar

Fue en pleno verano de 2021 cuando Raúl Parra recaló en tierras gaditanas y se instaló en El Puerto de Santa María. Justo cuando el Covid-19 (aunque en menor medida) seguía haciendo de las suyas, a muchos kilómetros de su hogar.

Y fue allí donde Raúl Parra encontró ese oasis de tranquilidad para empezar a alcanzar la cima. En pleno pulmón de la 'Ciudad de los Cien Palacios' esperaba un lugar que se convirtió para él y sus compañeros del filial en su segundo hogar: la Cabaña de Manolo Cruz . Un remanso de paz donde solía reunirse el actual equipo de Gobierno de El Puerto de Santa María antes de salir elegido en 2019.

Justo en el cruce de las calles Larga y Chanca, a pocos metros del Consistorio porteño, la 'cuadrilla' del Cádiz B empezó a hacer equipo bajo la atenta mirada de Manolo Cruz, un trabajador incansable que con medio siglo de vida lleva cuatro reinventándose en su cabaña tras dos décadas trabajando en un hotel cercano. Primero fueron Alberto y Sergi Fernández. Gracias a ellos llegaron después Genar Fornés, Lautaro, Tiko Iniesta y Raúl Parra.

Raúl Parra en el Valencia - Cádiz de la Copa del Rey. EFE

«Un buen día entraron aquí con el chándal del Cádiz CF. Lo mismo se lo podían haber comprado en las rebajas, pero hablando con ellos descubro quiénes son. Venían a un sitio coqueto y discreto, que mantenía unas medidas de seguridad», relata el propietario a CANAL AMARILLO.

Y continúa: «No nos vamos a engañar, no sigo estas ligas menores. Soy madridista y siempre veo el fútbol con mi padre y mis dos hijos. A mi madre le alegra el día porque es un rito para nosotros, pero yo no conocía a nadie del Cádiz B».

Hasta ese momento, claro, porque a partir de entonces Manolo Cruz se convirtió en su cicerone. «Son impecables pese a su juventud. Aquí toman desayunos y meriendas adecuadas a su alimentación y se cuidan al máximo. Es más, cuando pagaban se daban una vuelta por la vitrina de los dulces, pero nunca se compraron ninguno», añade.

Así se convirtió en un rito: «Aquí venían y empataban o ganaban. Al final han pasado aquí mucho tiempo. Les abría temprano para que desayunaran tranquilos y con tiempo». Y puntualiza: «El último día antes de irse les regalé una bandeja con los dulces que más les gustaban. Era una tontería, pero se lo pasaron en grande. Hasta Genar Fornés me ha regalado su camiseta (la luce en el momento dela entrevista)».

«La fama no se le ha subido a la cabeza»

Por eso cuando le preguntan por Raúl Parra, Manolo Cruz lo tiene clarísimo: «Raúl Parra ejemplifica la madurez y la autoestima del grupo. Para él todo se puede conseguir y siempre hay que luchar. Es el motivador de todos ellos. Cuando todo va bien es uno más que alegra el ambiente, pero cuando hace falta también da un golpe sobre la mesa».

Y ahí está una de las claves de su éxito: «Es muy exigente y nunca está contento con su labor. Para él siempre hay un espacio para mejorar, siempre apuesta por el atrevimiento y la valentía. Ha demostrado que se jugaba mucho esta temporada».

Sin ir más lejos, hasta el día después de brillar con luz propia en la histórica victoria del Cádiz CF en el Camp Nou, Manolo Cruz recuerda: «El día después de Raúl Parra en el Camp Nou fue claro: Es el tío más humilde del mundo. Jamás alardea de lo que hace. Se le nota satisfecho consigo mismo, pero jamás lo expresa. Nunca le escuché hablar bien de él. No le gusta sobresalir».

Al tiempo que añade: «Después de secar a Ferrán Torres o responder ante Bryan Gil no le escuché echarse flores. Sabía que estaba triunfando, pero sabe que mañana puede ser diferente. Es un ejemplo para sus compañeros. Tiene los pies sobre la tierra».

Raúl Parra secó a Ferrán Torres en el Camp Nou. EFE

¿Le ha cambiado la vida desde entonces? El dueño de esta cabaña es contundente: «No, para nada. Hay gente que lo reconoce, pero lleva muy bien la fama, no se le ha subido a la cabeza y eso es muy importante. La clave está en la lucha, la constancia y el sacrificio. Condiciones tiene, pero también tiene que contar con una pizca de suerte».

Ahora su cicerone sabe que el futuro del maño puede estar temporalmente lejos de la Bahía, pero le desea lo mejor y que triunfe. «Confieso un secreto: la clave está en un 'manchao' en taza grande. Se lo tomó durante toda la temporada», apunta entre risas.

Una clave del éxito que también está en sentirse a gusto. Precisamente en el mismo lugar en el que Álvaro Cervera, quien le dio la oportunidad antes de la confirmación de Sergio, pasaba algunos momentos. «Álvaro Cervera y Rául Parra nunca llegaron a coincidir aquí», matiza Manolo. Pero bebieron de las mismas fuentes.

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