Cádiz CF

Cádiz CF: Preocupaciones

Desde el club gaditano se ha ideado un cuestionable sistema para intentar impedir la reventa de entradas

El estadio gaditano no puede llenarse debido a razones de seguridad motivadas por la lucha contra el Covid-19. A. V.
Pepe Reyes

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Uno de los momentos más esperados de la temporada, la visita a nuestro estadio de un histórico por antonomasia como el FC Barcelona, se afronta bajo la planeante sombra de una doble preocupación.

La primera de ellas ha venido generada por la súbita polémica que ha provocado la constatación de las ancestrales prácticas de reventas de entradas y el cuestionable sistema que desde el club se ha ideado para intentar impedirlas. Establecer un control casi policial a todos los asistentes, con el objeto de proceder a su exhaustiva identificación, puede generar largas colas y momentos de tensión en los accesos. Circunstancia que se verá agravada por tratarse de una cita intersemanal y nocturna, lo que provocará que grandes contingentes de aficionados acudan a última hora a presenciar el partido.

Además, se trata de una medida ciertamente cuestionable desde el punto de vista ético, hacia los abonados, en particular, y hacia la población, en general. En cualquier tipo de espectáculo, ya sea taurino, musical, teatral constiuye práctica habitual y aceptada que los abonos de temporada sean comprados y utilizados por diversas personas. Amén del legítimo uso que de ellos puedan hacer familiares y allegados de los titulares. Entonces, ¿por qué el fútbol sigue anclado en un mundo particular y retrógrado?, ¿por qué sigue manejando esa obsoleta, lapidaria inscripción como máxima resolutiva: 'personal e intransferible'? Bien está que, como acto delictivo que es, se persiga la reventa, y que en su empeño se vuelque el mayor celo policial. Pero no parece congruente que por ello se deba tratar como presuntos delincuentes a quince o veinte mil personas.

La segunda preocupación anunciada pertenece al mero plano deportivo. Tras el golpe de moral que supuso para los amarillos la agónica victoria en Balaídos, recibimos a un coloso herido y en horas bajas. Pero lo que ocurrió durante la segunda parte en Vigo, con el equipo incapaz de salir de su área y sin saber dar dos toques congruentes y seguidos al balón, supone todo un aviso de lo mucho que hay que mejorar.

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