Mauricio García - Cádiz CF

Cádiz CF: Sean felices

«Que la lucha no se negocie es algo del vestuario, que la ilusión no se desmorone debe venir desde los despachos»

«Vuelvo a decir que me gusta Álvaro Cervera y también me gusta que Manuel Vizcaíno sea el presidente de mi club»

Álvaro Cervera celebra en Granada la permanencia del Cádiz CF en Primera. EFE

Mauricio García

Con permiso de los ofendidos que no entendieron que no me gusten ciertos tics del presidente del Cádiz CF, incluyendo a los que interpretan lo que quieren, a los que mezclan política y deporte y los que saben más de periodismo que los profesionales de esta casa, y sin permiso también, vuelvo a decir que me gusta Álvaro Cervera. Que por cierto, también me gusta que Vizcaíno sea el presidente de mi club , aunque algunos no lo leyeran porque a esas alturas (tercer párrafo) ya tuvieran los ojos inyectados en tinta o el 'hooliganismo' maniqueo le hubiera nublado la mente.

El caso es que Cervera vuelve a mostrar que sabe de esto más que cualquiera de los que nos ponemos delante de un sofá este año o en la grada, si Dios quiere, el año que viene, y vemos que fulano debe jugar de mediapunta, mengano en banda y el 8 debe ser el 6, el 10 el 7 y el 4 un 5, según la terminología de Cruyff.

«Esta temporada es irrepetible, pero que no nos confunda, hay que dar un paso adelante». Ha dicho el druida de las barbas. Y ese paso adelante no va de adelantar líneas, jugar alegre y tocar la pelotita. No va de querer la posesión tras no querer tenerla. Va de calidad. De un salto de calidad. Y a partir de ahí, hablaremos de lo demás. De juego, sistemas y la madre que parió al fútbol moderno.

Eso va de que el equipo que ha conseguido sorprender desde el orden, necesita un plus a ese orden. Porque siendo ordenados hemos sido de los más goleados de la categoría y siendo desordenados hemos sido un desastre incapaz de hacer daño al contrario, como en Vigo. Porque Cervera es de los que piensan que un jugador debe hacer las tres o cuatro cosas que sabe hacer, y para el año que viene necesita a algunos jugadores que sepan hacer otras tres o cuatro cosas diferente a las que tiene ahora.

Porque el de las gafas no es un loco que piense que porque este año haya quedado el duodécimo el año que viene hay que quedar el octavo. Porque sabe que somos un club tieso, aunque esto no le guste al 'hooliganismo' local, donde hay que poner el trabajo por encima de todas las cosas. Porque nos guste como juega o no, el de las barbas tiene las cosas claras y sabe de esto, aunque los sabios de la platea cuando vienen mal dadas en cuatro partidos seguidos se olviden de todo esto.

Por eso toca trabajar en los despachos como si no hubiera un mañana. Porque como dice Cervera, lo de esta temporada no nos puede confundir. Y vale que los aficionados nos confundamos, ya nos redimiremos, pero donde no puede haber confusión es en los despachos, porque eso lleva a la ruina deportiva. Que la lucha no se negocie es algo del vestuario, que la ilusión no se desmorone debe venir desde los despachos. Empecemos. Sean felices y no se encabronen con los que llaman, a modo de insulto, 'juntaletras', que 'tampoco es pa ponerse ajín'.

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