Mauricio García - Cádiz CF
Cádiz CF: Que no tengamos que echar mano del Nazareno, por favor
«De momento debemos dejar tranquilo al de Santa María porque el colchón de puntos sobre el descenso es importante»
Ahora que estamos en semana cofrade, aunque los capirotes sigan en los altillos de los armarios o roperos (que estamos en Cádiz), me tengo que acordar del genuino Theo Vargas cuando retransmitía a su equipo amarillo e imploraba al Nazareno para que todo fuera bien. Cierto es que de momento debemos dejar tranquilo al de Santa María porque el colchón de puntos con los puestos de descenso nos deja respirar, pero tampoco debemos confiarnos.
Y es que toca ganar para no tener que peregrinar Jabonería arriba pidiéndole al de la cruz de carey que nos eche el cable. Porque si hablara nos diría que somos tontos, que con los puntos de diferencia que teníamos cómo se nos ocurre estar sufriendo.
En el fútbol hay una diferencia sustancial entre jugar bien y hacer un partido aseadito. En Villarreal hicimos un partido aseadito, sin más. Y aún así, Cervera, que además de llevar gafas de profesor ejerce de ello haciendo declaraciones más que didácticas, ya se encargó de recordar que esto no va de ganar a los puntos como en el boxeo, sino a los goles.
También recordó una semana antes, en Vitoria, que el fútbol puede ser un juego de errores y se sacó un punto en un partido feo, de paciencia y jugando con diferentes matices, como la ansiedad del contrario. Pero el próximo partido toca ganarlo. Da igual si es jugando aseaditos o aburriendo al reloj.
Aunque no haya público, jugamos de local y no ganar en tu campo es mandar a los contrarios una señal de debilidad. La endeblez de no saber defender tu feudo siempre ha sido un lastre en la historia del fútbol, y los jugadores lo saben. Gastar en casa lo ganado fuera es de buen padre pero no de buen equipo. Es verdad que un equipo como el Valencia puede parecer a priori mejor que el nuestro, pero esto es fútbol y las cosas se demuestran cuando la pelotita rueda.... y también cuando el VAR se está quietecito, todo hay que decirlo.
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