Mauricio García - Cádiz CF

Cádiz CF: Una alegría medio triste

«Ver esa imagen aérea del Carranza iluminado y con la grada vacía da una enorme tristeza en un día tan señalado»

«Hay niños, como el mío, que nunca han vivido eso»

El Cádiz CF ganó al Barça en un Carranza a puerta cerrada. F. J.

Mauricio García

Ganar el primer partido en casa contra el Barça es una cosa muy top. Ganar con un 28% de posesión es muy cerverista, que vuelve a poner sobre la mesa que la posesión es algo sobrevalorado y de paso se ríe de los que tras el Elche hablaban de que el equipo no tenía plan B y no supo ganar contra diez. La risa de Cervera en el banquillo tras el gol de Negredo es para guardarla. Y escuchar su planteamiento sobre el por qué de defender por dentro, dejar las bandas y hacer una defensa 'casi de balonmano', simplemente es tan didáctico como sublime.

Dicho eso, con la enorme alegría de ganar tres puntos más, que al fin y al cabo es lo que vale y lo que suma para el objetivo, más que contra quien se consigue, ver esa imagen aérea del Carranza iluminado y con la grada vacía da una enorme tristeza. Cervera lo ha dicho: "El objetivo es salvarnos para que el año que viene la afición pueda venir a partidos como éste".

Porque la afición llevaba muchos años queriendo llegar a Primera para disfrutar de noches como la de este sábado. Porque hay niños, como el mío, que nunca han vivido eso. Recuerdo que el primer partido que llevé a mi hijo a Carranza fue contra el San Roque de Lepe y camino del santuario amarillo con él de la mano iba pensando lo triste que me parecía, porque recordaba la primera vez que fui con mi padre y era contra toda una Real Sociedad de Arconada, López Ufarte, Zamora y compañía. La pasada temporada vivía con la ilusión de que por fín podía llegar la hora de disfrutar de esas sensaciones, de saborear el ambiente de los aledaños del estadio en citas grandes.

Mirando los dos carnés de socios encima de la mesa durante toda la semana, solo he podido añorar esos tiempos y lamentar no poder ser yo quien llevaba a su hijo de la mano a un partido grande de su equipo. Pero si el deporte sirve para enseñar valores de la vida, habrá que quedarse con el abrazo del enano al final del partido y con su frase: El miércoles voy vestido del Cádiz al cole. (Teniendo en cuenta que el cole está en Jerez y que tampoco es la primera vez que va así).

Pero como uno, además de un romántico de las sensaciones futbolísticas es un permanente angustiado, pitado el final ya está pensando en la siguiente jornada. Toca, pasada la noche de alegría emocional, pensar ya en sacar los siguientes tres puntitos para tener más cerca el objetivo de la permanencia, esa que persigue Cervera "para que el año que viene la afición pueda venir a estos partidos". Hasta entonces, durante la semana, seguiremos discutiendo de si hay plan B después del A o de si es mejor jugar con un 4-4-2, un 4-2-3-1, un 4-5-1 o la madre que parió a la pizarrita y a la posesión.

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