Pan y circo
Cuestión de estilo
¿Qué pensaríamos si los equipos jugasen el Trofeo con sus camisetas de entrenamiento?
¿Quién le diría al bueno de Bertín Osborne que cuando se coló en la presentación del pregón del Carranza de Baldasano en vaqueros y camisa iba a crear tendencia? Y no sólo en el respetable, que ese no sale en las fotos, también en las autoridades. Entonces, cuando su amigo presidía el Cádiz CF, fue elegido pregonero del Trofeo por sus raíces gaditanas pero tuvo un resbalón en forma de indumentaria.
El cantante no tuvo otra que pedir disculpas al respetable por su 'look casual' y achacó su fallo de protocolo a que pensaba que era un acto menos importante del que se imaginaba. Y es que por más que mirase a izquierda y derecha, nada más que veía elegantes vestidos veraniegos en las señoras y trajes de etiqueta en los caballeros. Y calor, mucho calor, el que siempre ha reinado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz, ese que desde la irrupción de nuevos partidos políticos puede pasar traquilamente por un chiringuito de Benidorm.
Cualquier adolescente que lea esto puede pensar que un servidor está hablando del principio del siglo XX, tiempos en los que todos los representantes del pueblo -izquierda inclusive- vestían con traje, bombín, sombrero y hasta bastón. Pero no, de esto hace solo una década o poco más.
Personalmente, uno ha tirado la toalla en pedir un mínimo de cortesía en ciertos actos públicos en los que se va representando a toda una ciudad. A muchos políticos de esta izquierda bambi se le llena la boca hablando de don Enrique Tierno Galván, el profesor que enamoró a las juventudes socialistas en tiempos de transición, pero se les olvida el respeto que tenía por todos los ciudadanos de Madrid puesto que no le importaba presidir y a mucha honra y con sus mejores galas la procesión de la patrona de la ciudad. Sería aconsejable que ese aire desenfadado en la vestimenta que han traído Kichi y los suyos también lo ofrecieran en un discurso menos grueso y revanchista , pero ya eso no debe gustarles tanto.
Volviendo al Trofeo y al acto del pregón de Sandra Golpe , que estuvo a la altura de las circunstancias a pesar de que el baremo está desde hace unos años por los suelos, es lamentable escuchar a la máxima autoridad de la ciudad desearle lo mejor al Trofeo de los trofeos cuando de él no sale siquiera vestirse a la altura de la historia. ¿Qué pensaríamos si los equipos jugasen con su ropa de entrenamiento los partidos del Trofeo? Pues lo mismo que pueden pensar muchos aficionados de un acto presidido por un alcalde en zapatillas de deporte. Pues pensarán que a lo que vienen es poco más que a una verbena. Y más cuando también el presidente del club organizador se pega el acto mascando chicle o pareciéndolo. Cuestión de estilo y de saber estar. Ni más, ni menos.
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