Un golpe de cadismo desde un corazón isleño

Modesto Barragán, director de Canal Sur, fue el encargado de presentar a la pregonera de la 67 edición del Trofeo Ramón de Carranza, el segundo en su formato femenino. Y para ello, como en el primero con Mónica Marchante, también se ha nombrado como pregonera a una periodista, en este caso gaditana de La Isla como Sandra Golpe, la exitosa presentadora de los informativos de Antena 3.

Un cariñoso y acertado Modesto Barragán recordó que la pregonera de este Trofeo Carranza es «una gaditana de la abierta bahía de Cádiz, amante de la música y de la poesía» y honró el trabajo empedernido de una «mujer que se ha abierto camino trabajando duro en un mundo de hombres».

Agradecida «y casi sin voz 'por culpa'» de la elogiable presentación del presentador, que estuvo, la verdad sea dicha, sembrado. Y así, «menos tranquilita de lo que venía» debido a la voz de Modesto, se presentó ante las autoridades y paisanos antes de encarar el pregón.

30 de junio de 2005. Sandra Golpe se remontó a esa fecha para recordar el nacimiento de su primer hijo, al que su hermano le regaló desde la distancia una camiseta del Cádiz CF. Gaditana en Madrid, contó que necesita el aire de Cádiz cada cierto tiempo y espera «envejecer y morir aquí».

«Ya era hora de hacernos hueco», dijo Golpe como manifiesto feminista inicial. Y agradeció al Cádiz CF y su presidente la iniciativa de organizar el Trofeo Carranza en esta versión. Y le soltó el guante a Vizcaíno de organizar un amistoso con el Cádiz CF femenino en el «Carranza, perdón, (y gesticuló mirando al alcalde) en el Nuevo Mirandilla». Y bajo ese hilo, vaticinó que más pronto que tarde el equipo amarillo estará en el cartel del Trofeo. No perdió la oportunidad de dirigirse al alcalde para confesarle que le costará no llamarle Carranza al estadio porque «trasciende lo político». Ahí quedó la palabra de una pregonera orgullosa de tener una sobrina como pichichi del equipo benjamín del Cádiz CF.

Se perdió la periodista entre recuerdos propios y familiares. Añoró las barbacoas del Carranza, «esas que significaban el final del verano para los más jóvenes». Por añorar añoró hasta las ninfas del Carnaval, también desaparecidas. Muy nostálgica esta isleña. Y muy directa, como debe ser.

Elogió a la afición y sus cánticos, tiró de los tópicos, algunos menos acertados que otros, pero demostró cariño al nombramiento y eso es lo que importa. Sus ojos demostraban su pasión por sus padres. Y por su hijo David, al que le pidió que tuviera «la personalidad del cadista con algunas de sus virtudes y cualidades. Fidelidad, familia, aguante, sentido del humor, ingenio, realismo, empatía, orgulloso, sentido de la justicia y de la igualdad y conocer el fracaso y aprender de él». Y con esta lista se despidió de todos y todas no sin olvidarse de Pepe Mata por acordarse de ella, de Vera Luque por inyectarle dosis de cadismo, de su familia y de una persona muy especial para ella como su amiga fallecida Arancha, a la que le brindó el pregón.