La reacción fue efímera (2-0)

El dominio sin pegada de poco o nada sirve. Y si encima la pegada va en la dirección contraria, ganar se convierte en imposible. Así perdió el Cádiz CF en El Molinón ante el Sporting (2-0), donde puso fin a su efímera reacción, esa que le hizo levantar el ánimo tras vencer a Real Oviedo y Real Jaén en la última semana.

Sabía de antemano el Cádiz CF que la cita era complicada porque el Sporting es un hueso duro de roer en El Molinón. Tanto que Oviedo, Zaragoza, Castellón y Huesca pueden corroborarlo, ya que todos claudicaron en sus visitas a Gijón. El Cádiz CF también hincó la rodilla y fue con un gol en propia meta de Chris Ramos. El segundo, obra de Campuzano de penalti tras el enésimo fallo de Víctor Chust, remató la faena.

Y todo ello en un encuentro que se complicó por la indecisión defensiva amarilla en la primera mitad y por un golpe de mala suerte. Después, cuando el Cádiz CF quiso enmendar la plana, con controlar el juego y meter en su área al Sporting no sirvió. Entre otras cosas porque no remató a puerta. Con amagar no basta. Así es imposible. Y llegó la sentencia.

Dos cambios hizo Paco López sobre el equipo que superó al Real Oviedo, eterno rival de los sportinguistas. Esperada era la entrada de Chris Ramos, que dejó en el banquillo a Paco Mwepu, titular en las dos citas previas. Sorprendente fue ver suplente a Ontiveros, uno de los jugadores más en forma de la plantilla cadista, siendo Iván Alejo su sustituto. El vallisoletano fue el único que repitió del once de la Copa del Rey.

Diez minutos tardó el Sporting, que salió con todo, en enseñar los dientes. Fue con una jugada habitual de los rojiblancos esta temporada, algo de lo que ya había avisado Paco López en la previa. Los pupilos de Rubén Albés recuperaron el cuero en un intento de Chris Ramos e Iván Alejo, y a partir de ahí hilvanaron una jugada de altos quilates que empezó en la banda izquierda y continuó con una contra trepidante que no fue gol de puro milagro. Todo terminó con Otero fallando de manera incomprensible el remate con todo a su favor. Dubasin, con muchísimo talento, le había dejado sin la oposición de David Gil.

El Cádiz CF sufría mucho cuando al Sporting le daba por meter la directa, pero también avisaba. Y lo hacía con Brian Ocampo entrando por su banda para poner en aprietos al excadista Rubén Yáñez, habitual bajo palos en El Molinón. Liderado arriba por el uruguayo y aprovechando los escarceos de Iván Alejo, los amarillos se dejaban notar. Tímidamente, como en otra aparición de Rubén Alcaraz, pero ahí estaban.

El problema una vez más llegaba atrás. Algo habitual esta temporada, nada que sorprenda. Los despistes y desajustes visitantes eran una constante (como uno de Iza concediendo un saque de banda) y así llegó el 1-0 en el 26'. Fue justo tras evitar Kovacevic, bastante serio, otro acercamiento asturiano. En el córner pudo armar Gaspar su disparo con tan mala suerte para Chris Ramos que su intento de despeje sorprendió a David Gil. Un buen testarazo en la dirección contraria. Otro gol que sumar a su lista, aunque esta vez no quería hacerlo.

El tanto espoleó a los locales hasta tal manera que el Cádiz CF trataba de frenar como podía los arreones sportinguistas. En uno de ellos se pidió la falta y posible expulsión de Matos, pero el colegiado mandó seguir. No tenía mucha posesión el equipo gijonés, pero cada salida en tromba del Sporting era un suplicio para el Cádiz CF. Sin hacer trabajar a David Gil, pero poniendo en jaque a la zaga amarilla. La sensación era de desborde continuo.

Los últimos intentos del primer periodo fueron para el equipo gaditano. A un palmo se quedó Brian Ocampo de llegar a un balón interior antes del último testarazo de Chris Ramos, que esta vez salió fuera cuando iba en la dirección apropiada. «¡Qué mala suerte!» debió pensar el delantero, que reclamó penalti de Diego Sánchez.

Salió mandón el Cádiz CF después del intermedio. Primero avisó Rubén Alcaraz, al rato Kouamé hizo salir a Rubén Yáñez y Carlos Fernández, cada vez más entonado y acoplado al equipo, se dejaba ver arriba. Mientras, Brian Ocampo ponía el talento y Matos llegaba a línea de fondo. Fuera las especulaciones.

La segunda parte era del Cádiz CF en cuanto a intenciones y Paco López daba un paso más al dar entrada a Ontiveros por Iza. Iván Alejo se quedaba como carrilero.

Dominaba y dominaba el equipo andaluz en tierras asturianas, aunque se quedaba en el último intento. Un dominio estéril porque Rubén Yáñez apenas intervenía y era cuando el entrenador del Cádiz CF se acordaba de Roger Martí. El delantero valenciano no está al cien por cien, pero la intuición es la intuición. Y si quedaba alguna por el área... Pero no quedó.

Gonzalo Escalante por Brian Ocampo y De la Rosa por Matos fueron las últimas cartas que puso Paco López sobre la mesa.

El mayor peligro llegó con un testarazo de Kouamé tras envío de Ontiveros que salió alto. El siguiente cabezazo, de Dani Queipo, se marchó fuera por poco.

A la desesperada fue imposible. Y más imposible es aún cuando se vuelven a cometer errores atrás, como el de Víctor Chust en el penalti al sacar la mano donde no debía. Víctor Campuzano no perdonó (2-0 en el 92').

Toca volver a la casilla de salida, toca volver a sufrir. Y ya espera el Mirandés en Anduva. Se confirma que el ascenso es una quimera visto lo visto.