Valencia - Cádiz
(Previa) A la caza de una dulce venganza
El Cádiz vuelve a la Liga tras el parón con la confianza de seguir creciendo ante un rival que ya conoce de Copa
Vuelve el fútbol tras el parón por las selecciones y lo hace con un Cádiz más confiado, que no relajado. La última y espirituosa victoria ante el Villarreal en casa le sirvió para salir de los puestos de descenso, donde estaba inmerso desde el pasado mes de noviembre que cayera en Carranza goleado por el Atlético en un partido que bien puede resumir lo que ha cambiado el equipo amarillo desde que entonces los del Cholo le hicieran un traje hasta que, cuatro meses después, pidieron la hora en su propio campo y tras un encuentro en el que el árbitro ayudó a los colchoneros al perdonarles una expulsión al mozambiqueño Reinildo antes del descanso.
Basta estas dos imágenes, dramática la primera, ilusionante la segunda, para analizar el tremendo cambio que Sergio le ha dado a un equipo que ha sacado del descenso a fuerza de tesón, sacrificio, fe, confianza y ¡fútbol!
Más allá de los que hagan los otros rivales, lo importante es que el Cádiz se ha convencido de que puede ganar a cualquiera. Y esto, ya es mucho. Sin ir más lejos, aquel Cádiz de Cervera llegaba con la carita de cordero degollado ante un Atlético que le metió cuatro sin despeinarse solo una semana después que el Getafe le hiciera otros cuatro a un equipo amarillo que caía en picado desde que en Vallecas se rompiera el amor.
Sin embargo, esos tumbos que ya iba mostrando el Cádiz fueron pasados por alto por el presidente Vizcaíno, que no se atrevía a cortar la cabeza de un ídolo de la afición que llevaba de cabeza al equipo a Segunda División. Se dejó pasar el resbalón en Elche, el empate a nada ante el Granada y se celebró como una Champions el oscuro punto sumado en el Bernabéu en un partido convertido en un pinball. Pero claro, ese empate tendría sus consecuencias. Pasó la Navidad y llegó el carbón en doble ración. La primera se dio en Carranza ante el Sevilla (0-1) y la última en Pamplona ante el Osasuna (2-0). El Cádiz caía en sendos encuentros con más pena que gloria y sin alma. Para colmo, Cala desataba la realidad con unas declaraciones lapidarias a pie de campo y Cervera escribía su epitafio como entrenador del Cádiz con una rueda de prensa donde dejaba sitio al siguiente. Y Vizcaíno supo leerlo bien. Y a tiempo. O no.
Cervera fue destituido a las primeras de cambio y el martes ya se hacía Sergio con las riendas del equipo para prepararlo de cara al choque copero en Gijón, donde ya se pudo ver otra mentalidad sobre el verde. De hecho, fue la primera vez que el canterano Bastida fue colocado en un sitio donde sabe jugar, de organizador.Eso sí, jugó lo suficiente para que Sergio lo mandase al filial junto a Chapela, otro canterano que mandó al ostracismo a Alejo, un jugador que le daba la vida al equipo con su 2-1 ante el Espanyol en lo que fue el debut de Sergio en Liga y que acabó siendo aguado por el gol del empate de RDT en el último segundo del descuento.
Se recuperó de ese mazazo el Cádiz, que ganaba en el campo del Levante pero sufría otro varapalo en Mallorca en aquel encuentro protagonizado por los penaltis de chiste. Venían a Carranza Celta y Getafe y solo se pudo sumar dos puntos. La afición quería creer pero los resultados no le dejaban. Para colmo llegó otro triste empate y con un jugador más ante el Granada. Este punto fue utilizado por los cerveristas para pitorrearse del juego de control y posesión con el que Sergio quería resucitar al muerto que ha conseguido revivir. Llegó la victoria en casa ante el Rayo y el gran partido sin recompensa en el Wanda para que la afición volviera a enorgullecerse de su equipo, que esperaba alVillarreal para desatarse con una victoria que explotaba en la cara de muchos cerveristas ya convencidos.
Así ha sido como el Cádiz de Sergio ha salido de las profundidades y encara esta recta final de Liga con una impronta de equipo serio y equilibrado que hace del fútbol un juego donde se puede cambiar de rostro durante 90 minutos.
Este domingo viaja el equipo a Valencia, allí donde cayó con injusticia en los cuartos de final de la Copa del Rey. No se le da mal especialmente Mestalla al Cádiz. Ya el año pasado, cuando Cervera se atrevía a algo más que a defender, los amarillos sumaron un punto que bien pudieron ser dos con un gran gol de media chilena del Choco Lozano a centro del Pacha Espino, dos hombres que deberán estar dentro de un once que repetirá Sergio salvo, quizás, la entrada de Sobrino por Alejo. El Cádiz quiere seguir pisando tierra firme y para eso qué mejor que puntuar en Valencia.
Noticias relacionadas