CÁDIZ CF
Tres agravios y una amenaza de sanción
El Cádiz CF seguirá sin quejarse de los árbitros a pesar de los errores que ya han pasado factura

Ni mú. Esa sigue siendo la consigna del Cádiz CF de Manuel Vizcaíno. Eso sí, como toda religión, este club también tiene su dios y a ese pocos o nadie es capaz de decirle qué o no tiene que decir cuando se le ponen unos micrófonos delante.
La filosofía en este asunto de Manuel Vizcaíno siempre ha sido clara y señala que su club no 'llorará' públicamente cada vez que un árbitro haya metido la pata en contra. El presidente sevillano suele argumentar que al final de una temporada siempre suelen favorecer y perjudicar a partes iguales y se puertas para fuera piensa mostrarse respetuoso siempre con la labor arbitral. Eso sí, otra cosa ya es lo que haga de puertas para dentro, donde la gran mayoría de presidentes opta por manejar las influencias que pueda tener en el Comité de Árbitros para quejarse entre bambalinas de una designación arbitral o, como es el caso, de una sesión continuada de agravios en contra de su equipo. Y en el caso del Cádiz CF son tres ya muy conocidos.
El primero de los reproches que todo el cadismo se hace es la falta a Lozano previa al gol del Sevilla que le costó el partido a los de Cervera. Aunque el derribo al hondureño sucedió en campo rival y con todo el equipo atrás, el tema es que ya fue muy protestado por el equipo sobre el terreno de juego. En el banquillo y en las oficinas del club se dejó pasar. Era el primero. Era un error, un pequeño lapsus que para colmo estuvo mal defendido por el equipo. Y para colmo, en la sala VAR estaba el amo y señor del 'jueguen, jueguen' Mateu Lahoz.
Más indignación dio el arbitraje recibido en San Mamés , donde sí se entendió la expulsión a Carlos Akapo por doble amonestación tras llegar tarde a dos balones y pisar el pie de un rival, pero menos la de Negredo por dejarse caer en el área tras un mínimo contacto y anteriormente por sacar tímidamente el codo a pasear en un salto con un contrario. La expulsión del delantero fue demasiado rigurosa y ya sí que Cervera lo dejó caer en rueda de prensa, pero como su equipo, que jugó media hora con nueve, ganó también se dejó pasar.
Pero la última ha clamado al cielo . La imagen del penalti clamoroso pero no pitado sobre Perea de Foulquier ha dado la vuelta al país y, como no, ha terminado de indignar a cadismo, comenzando por su entrenador, que en unas declaraciones en sala de prensa dejó claro que Arberola Rojas (29 años y de Ciudad Real) lo vio pero no lo quiso pitar. Además, se empeñó en su error al decir a la sala VAR que lo había visto claro y que no pensaba revisarlo. Las palabras del entrenadr vienen a ser lo mismo que si dijera de un portero que se ha dejado un gol. Pelín grave.
Y claro, estas manifestaciones igual no caen en saco roto y es posible que el Comité las revise y le pueda caer una sanción tal y como también planeó sobre Pelegrini por sus quejas tras el encuentro ante el Real Madrid. Desde el Cádiz CF se entiende que las declaraciones de su entrenador están sacadas de contexto y que en ningún momento Cervera quiere darle la interpretación que se le puede dar si se ve la frase escrita. Y es que el entrenador estuvo opinando sobre la jugada sin caer en descalificaciones y solo fue a una tercera pregunta sobre un tema ya trallado que realizó esas manifestaciones y que antes había matizado convenientemente con argumentos en los que no se dudaba de la buena fe de cualquier árbitro. Simplemente, el hecho de que no viera la jugada en e VAR vuelve a indignar a un entrenador que lleva repitiendo por activa y por pasiva que no lo llega a entender debido al comportamiento de los diferentes árbitros. Es por esto que la entidad cadista cree que Cervera no será amonestado.
Lo que está claro es que Cervera se sale del tiesto y opina más de lo que debe en sus ruedas de prensa a juicio de su presidente. Es un verso libre, pero ¡qué verso! Y así lo entiende Vizcaíno, que si ya tiene varios frentes abiertos en la relación con su entrenador, no piensa meterse en otro a cuenta de unas declaraciones en las que para colmo Cervera tiene razón.
Una prueba evidente de que la política del club en este tema, más allá de la independencia de la que goza Cervera, fueron las palabras de Alberto Perea justo al terminar el encuentro. El protagonista de la jugada, que se quedó varios minutos en el suelo quejándose de la entrada de Foulquier, fue cogido en caliente y en ningún momento alzó la voz contra un áribitro que se había comido un penalti flagrante. El manchego no se mojó en absoluto y despachó la pregunta con "ha sido una jugada polémica" al tiempo que ponía una cara, algo irónica, que lo decá todo pero evitaba así un castigo mayor de un Comité que bien se le podría conocer ya como la Inquisición de la Expresión.
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