Cádiz CF
La rebelión de los poetas muertos
Los suplentes de Sergio dieron un recital de compromiso en el Nou Camp cuando ya se les había dado por enterrados
Parecían muertos, algunos hasta enterrados. Pero estaban vivos, muy vivos. Habrá que esperar a este miércoles para saber o intuir en su respuesta si su nuevo profesor verdaderamente creía en ellos como antaño creía haciendo creer el de las gafas en el papel de señor Keating , pero el caso es que el Cádiz CF no solo ha vuelto con tres puntos y fuera del descenso sino que regresa con doce jugadores más fortalecidos y recuperados para la causa.
Fue sorprendente que Sergio plasmara sobre el papel un once lleno de suplentes salvo cuatro (Ledesma, Espino, Luis Hernández y Lucas Pérez). A toro pasado, todos son elogios para el entrenador de Llobregat, pero lo más normal es que se pensase -como se pensó- que Sergio había tirado el partido para apostarlo todo a este jueves frente al Athletic. La jugada le salió redonda, pero es que lo más lógico era pensar lo que la gran mayoría pensó cuando solo una jornada antes había desechado la idea de reforzar a su equipo cansado en la segunda parte ante un Betis que iba refrescándose con los cambios hasta terminar remontando.
Es cierto que el del Nou Camp fue el partido que más recordó a la etapa cerveriana, pero, y aquí la diferencia, ¿qué equipo de mitad de tabla hacia abajo no sale con un planteamiento similar y que puede firmar hasta el Madrid de Ancelotti? Para la épica, por eso de que los que este lunes defendieron a Sergio como antes se batieron por Cervera, queda muy bonito, pero las diferencias entre un Cádiz CF y otro son abismales si se compara el 'pin ball' sufrido en el Bernabéu que acabó milagrosamente con 0-0 y el partidazo ante el Barcelona que acabó con 0-1.
Han resucitado muchos poetas. Y lo han hecho en un templo que profanaron por primera vez en la historia del Cádiz CF. Ahí es nada. Donde más se pudo ver el fantasma de Cervera fue al comienzo del partido, donde en unos diez minutos primeros de dominio azulgrana el Cádiz se replegó con hombres que recordaban a esos felices primeros pasos dados en Primera el año pasado. José Mari y Jonsson le daban sostén a un equipo muy seguro atrás con Fali y sus '¡pumbas¡' imponiéndose en cada acción aérea y un Luis Hernández exquisito en la colocación. El resto, las mismas armas pero mejoradas . Oxidada, eso sí, ya la de Salvi, pero recuperadas las de Sobrino, Álex e incluso la del canterano Parra, que secó al inflado internacional Ferrán.
Basta ver en el gol de Lucas Pérez como el Cádiz CF de Sergio en nada se pareció al Cádiz CF de Cervera en el Bernabéu. Un magistral centro de Álex era rematado hasta en tres ocasiones seguidas por los dos delanteros cadistas en una acción ofensiva en el área rival en el que el ataque amarillo acumuló hasta a cuatro jugadores. Ahí es nada. Sólo hay que recordar lo lejos que jugaba del área Negredo, el enésimo futbolista recuperado por Sergio.
La presión también era algo habitual en según qué momentos del partido. En esto también se vio reflejos del Cádiz de Cervera en el Cádiz CF de Sergio, que en pleno descuento fue a presionar la salida de balón de una defensa muy mediocre azulgrana .
Otra y capital diferencia entre el modelo de un profesor y de otro es la salida de balón del equipo ante todo un Barcelona más allá de los despejes prácticos que se han de dar en determinadas situaciones. Este Cádiz juega cuando puede y cuando debe sin importarle ni el adversario ni el escenario. Obra maestra pudo ser la ocasión magnífica que pudo ser el 0-2 y malgastó Álex tras una jugada que venía desde atrás fabulosamente elaborada entre los defensas, los centrocampistas y finalmente el extremo Alejo, que fue quien le sirvió la oportunidad en bandeja al pelirrojo. En otros tiempos, ni que decir tiene que el patadón y tentetieso estaba asegurado, ensayado, trabajado y firmado desde el primer momento que apareciera un rival merodeando la salida de balón amarilla.
El adn de este Sergio es claro. A la lucha, que solo faltaría que se negociase, se le ha unido clara vocación ofensiva basada en una mentalidad de construir ideas, jugadas, darle sentido a cada acción, a cada balón. Y no solo lo saben hacer esos jugadores titulares con los que parecía haberse decantado Sergio en las dos últimas jornadas antes de llegar a Barcelona sino que este adn también ha sido interiorizado por unos suplentes que armaron el taco en la ciudad condal, allí donde resucitaron los poetas muertos del señor Keating a la voz de ¡oh, capitán, mi capitán!, el gran José Mari, que volvió a dar buenas sensaciones portando el brazalete que tanto portó con su exadmirado catedrático.
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