Árbitro Cádiz Alavés
¿Qué le pasa a Alberola Rojas con Cádiz?
El colegiado manchego volvió a calentar el estadio Carranza con decisiones tomadas en contra de los locales casi que por decreto
Pues eso. ¿Que qué le pasa a Alberola Rojas con Cádiz? ¿A cuento de qué esta manía con el amarillo? ¿Por qué esas decisiones preocupantemente tendenciosas y que hacen pensar que tiene algo contra los de aquí? ¿Qué le ha hecho la gente de Cádiz? ¿Por qué siempre en Carranza hace de malo? ¿Y ese semblante, por qué? Hay cosas que no se explican y el comportamiento de este colegiado ciudadrealeño de 30 años es una.
Javier Alberola Rojas es antes que nada, persona. También árbitro, pero también persona. Y las personas, como los árbitros, tienen sus manías, sus rencores, sus cositas. Y todo es comprensible. Seguramente, Alberola Rojas es un gran árbitro y tendrá un carácter y un talante diferente en otros campos, pero en Carranza se crece. Y enfada. Enfada mucho a pesar de que no quiera. O tal vez quiera. Al menos, lo aparenta.
Este colegiado ya se hizo famoso en Cádiz la temporada pasada tras un flagrante penalti no pitado a Perea contra el Granada . Y ojo, puede que la jugada tuviera sus dudas porque en el momento en el que el defensa Foulquier arrolla a Perea el jugador del Cádiz ya se encontraba tan lejos del balón que casi ya no era protagonista de la jugada en cuestión. Pero voces autorizadas de su propio gremio dictaron sentencia en los medios: Era penalti.
Más allá de su acertada o no decisión, lo que enervó al cadismo fue que Alberola Rojas ni siquiera hizo uso del VAR tras una jugada en la que todo el equipo amarillo saltó en bloque sorprendido de que obviera la caída de Perea. De aquello ha pasado tiempo pero este pasado sábado volvió a escribir otras negras letras sobre su historia en Carranza.
El Cádiz CF pierde por su culpa, pero Alberola Rojas no es ese hombre sin duda que si está cayéndose de un precipio le vaya a alcanzar una cuerda. A los cinco minutos, un leve contacto de la pierna de Alarcón sobre Joselu dentro del área pero una zona sin aparente peligro es señalado como penalti como si el chileno hubiese matado al delantero babazorro. Ni VAR ni nada, penalti.
Carranza ya es un clamor contra un viejo conocido, que minutos después deja sin señalar una clarísima falta de Loun, que con su muslo frena el avance de Perea (¡qué tendrá con Perea también?). El jugador cadista se queda tendido en el césped con gestos de dolor. Tantos que por lo que se ve ataca la conciencia de Alberola Rojas, que detiene el juego para interesarse por Perea, al que le pide disculpas por no haber visto la falta. Rarísimo todo.
Más tarde, ya en la segunda mitad, otra vez Perea se desespera cuando le pita una falta en contra por un supuesto e inexistente empujón a un rival y que le hace tropezar con otro compañero yéndose los dos al suelo y el jugador del Cádiz en disposición del balón. Carranza explota.
Pero más explotó cuando Negredo se queja de un codazo de un defensa en área contraria que Alberola Rojas vuelve a ignorar sobre el campo y también sobre el VAR, al que no suele acudir nunca cada vez que el Cádiz puede ser el beneficiado. Increíble,
Hay otra jugada preocupante en las decisiones a tomar de este árbitro . Fue la que pasó más inadvertida y seguramente la que menos hubiera ocasiones porque solo se trataba de un saque de banda. Pero su forma de proceder puede que le delatase. Hay un lance del juego en el que el balón apenas se aprecia al estar tapado por los dos futbolitas de cada equipo. Su linier amaga con el banderín, uno, dos segundo, y lo deja sin levantar. No lo ha visto. Alberola, que seguía la jugada bien posicionado pero sin la óptica necesaria para acertar lo tiene claro ante las dudas fehacientes de su asistente. Ante la duda, balón para los blancos. Y así fue. Jueguen, jueguen...
¿Qué le pasará con Cádiz a este colegiado manchego? Hasta pronto.
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