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Pacha Espino: «A veces te acomodas tanto a un lugar que no terminas de dar todo lo que tienes»
El actual jugador del Rayo Vallecano argumenta los motivos por los que decidió cambiar de aires el pasado verano
Cuenta que se puso en manos de un experto en la mente tras no acudir al Mundial con Uruguay
Luis Alfonso 'Pacha' Espino (31 años, San Jacinto, Uruguay) ha concedido una entrevista al ABC de Madrid, ciudad en la que ahora vive tras varios años en el Cádiz. Allí ha recordado sus orígenes humildes. De hecho, iba a entrenar en autobús en sus inicios en Nacional, estando ya en Primera: «No tenía licencia de conducir y era la costumbre, además todo el mundo me conocía de mi pueblo y se me hacía ameno», recuerda.
El charrúa ha llegado para suplir la marcha de Fran García, ahora en el Real Madrid. Sin embargo, no quiere que se le compar, aunque sí quiere dar el mismo rendimiento. «Ojalá hacer un poquito de lo que él hizo en el Rayo». Ya en la capital de España se muestra como es. De hecho, el periodista José Ignacio Fernández lo califica de tal manera para explicar la producción de la entrevista. 'Es rudo en el campo, no le importa hacer las fotos para la entrevista bajo la lluvia, y tiene dos anhelos muy grabados: jugar algún día competiciones europeas («aunque se me acorta el sueño») y debutar en la selección uruguaya'.
Una vez fotografiado, Espino comienza a responder preguntas. A la primera de por qué eligió el Rayo contesta que lo decidió «por la familia». Y argumenta que no quiso «esperar más porque ya arrancaban las pretemporadas, y fue la oferta más concreta que hubo, la que me hacía más ilusión y donde más me hicieron sentir que iba a ser importante».
Si el Pacha aconsejó a Maxi Gómez que eligiera el Cádiz CF, él también recibió la llamada de otro sudamericano, en este caso colombiano, para que recalara en Vallecas. «Radamel (Falcao) me escribió para que supiera que acá en Madrid se vive muy bien, que había un buen grupo. Con Óscar (Trejo) hablé un montón también, con Salvi, y a veces que te hagan sentir un poco de cariño es lindo», cuenta.
Durante su estancia en el Cádiz CF no se vieron muy bien algunas declaraciones en las que dejaba claro que su objetivo era crecer como futbolista recalando en algún club con opciones europeas. Al lateral se le recordó ese sueño. «Yo dije en una entrevista que me gustaría jugar competiciones europeas y si no quedarme en Cádiz . Lo dije así, pero no era una afirmación. Al final me hubiese encantado quedarme en Cádiz, como también estoy encantado de haber venido al Rayo. Pero por circunstancias equis que no se dieron, que el presidente y yo las sabemos, hoy me toca estar acá».
Precisamente, habló de Manuel Vizcaíno, con el que guarda una estrecha amistad. A pesar de ello, el Pacha acabó yéndose. ¿Por qué? «Bueno, fue por cosas de las dos partes. Creo que no son temas para hablarlos en público . Pero la verdad es que con Manolo siempre he tenido una relación espectacular, yo siempre le fui de frente y él a mí también. Siempre digo que voy a ser un hincha más del Cádiz CF y de él también, porque la gestión que está haciendo con el club es increíble y le tengo un gran cariño y aprecio por estos años».
Y es que el Pacha quiere también dejar un buen recuerdo en Cádiz. «Después de firmar acá pensé que está bien cambiar, terminar los ciclos de buena manera, porque creo que yo en Cádiz termino muy bien. Pero a veces te acomodas tanto a un lugar que no terminas de dar todo lo que tienes, pasa inconscientemente y capaz que con este cambio me da nuevas energías positivas para poder demostrar nuevas facetas».
Espino ha comenzado titular con Francisco. Así habla de su nuevo equipo. «Como calidad de plantilla y cuerpo técnico hay un montón y podemos aspirar a muchas cosas. Pero lo principal es salvarse lo antes posible, estar tranquilos y después ver para qué nos da y tratar de estar ahí».
En una entrevista en su país hace algo más de un año dijo que le gustaría jugar en el Atlético. ¿Por qué ese deseo? «A ver, entendí un poco mal la pregunta. Me dijeron que dónde soñaría jugar y hablé de que me gustaría jugar en el Atlético de Madrid por todo lo que conlleva con los sudamericanos y más con los uruguayos. Crecí viendo al Cebolla, Godín, Josema... viendo los jugadores de Uruguay que estaban en el Atlético y te dan esas ganas de vivirlo, porque sentís que es lo más parecido a nosotros. Pero sólo lo dije por eso», dice antes de asegurar que en ningún momento hubo contactos con el conjunto colchonero.
Pero si el Atlético no estuvo detrás de sus pasos, sí que lo estuvo el Getafe, club con el que Vizcaíno polemizó a cuenta del Choco Lozano y del propio Espino, que reconoce sí haber tenido conversaciones con la entidad de Ángel Torres, «pero mucho antes de que saliera todo ese lío entre mi presidente y el presidente del Getafe. Pero después nunca hubo nada más».
A sus 31 años sigue soñando con defender la celeste de Uruguay, hoy en las manos del loco Bielsa. El año pasado Diego Alonso le incluyó en una prelista para el Mundial, pero finalmente no le llevó. Y lo pasó muy mal. «Sí, la verdad es que me acuerdo y se me eriza un poco la piel. Siempre digo que es importante tener ayuda profesional. Emocionalmente lo pasé muy mal, sobre todo en casa. Parecía que no estaba, que era un fantasma por la casa . Terminaba los partidos y me encerraba a llorar solo en los baños. Me dolió mucho, más por la ilusión que yo me hice. Fue como que no estaba viviendo la realidad. Yo me sentía muy apto, muy preparado para jugar, me hice muchas ilusiones, soñé mucho, y eso me rompió fuerte. Pero etapa cerrada y ahora queda seguir trabajando y si algún día toca, toca. Pero bueno, aprender».
Tan mal lo pasó que su puso en manos de profesionales. «Empecé con un 'coaching'. Ahora voy a empezar con un psicólogo acá también. Hoy en día el tema de la salud mental es muy importante, porque por más que lo tengas todo, problemas tenemos todos y no tienen por qué ser de ahora, puede haber cosas por solucionar que pasaste en tu vida y es muy importante tener esa ayuda y saber abrirse y expresarse, que creo que es lo más difícil».
Espino comenta que no habló nunca con Diego Alonso, pero sí con uno de sus ayudantes. «Yo con quien hablaba mucho era con el profe, con Guillermo Souto (preparador físico de Uruguay), que yo ya le había tenido en Nacional y era con el que más hablaba».
El Pacha es un futbolista que se implica mucho en asuntos de índole política, mayoritariamente de su país. Por eso, el plumilla no pierde la oportunidad de preguntarle por el tema de Rubiales. «No entiendo mucho, pero de lo que entiendo sí que siempre estoy de parte de la igualdad y de la libertad. Todos debemos ser libres y decidir lo que queremos hacer y en este caso Jennifer Hermoso dijo que no había estado de acuerdo, que lo hizo sin su consentimiento y creo que hay que apoyarla».
Este año, las televisiones están entrando hasta la cocina de los equipos. Vestuarios, charlas tácticas televisadas... La opinión de Espino sobre esto es la siguiente. «Trato de callarme un poco, de no mirar y hacer mis cosas cuando entran las cámaras. Obviamente a mí no me gusta porque yo soy así, pero al final cada club es libre de hacer lo que quiera, y no nos pertenece a nosotros, no tenemos decisión en este caso porque nadie nos preguntó. Entonces acatar la decisión del club y tratar cada uno de hacer lo que le parezca».
Otro de los 'avances' del nuevo fútbol son los alargues, que se van a cerca de diez minutos o más. «Es raro tener tantos minutos, porque siempre te preparas para 90, 95... y ahora hay que prepararse para 100, 105... Es verdad que los partidos tienen mucha pausa y si con esto mejora el fútbol y se hace más dinámico, está bien», opina el zaguero.
Por último, cada vez están habiendo más lesiones y graves. ¿De quién o qué la culpa? «Es verdad que las giras y los viajes son muy cansadores, son largos, hay cambio de hora, horas en el aeropuerto. Es desgastante y cuesta recuperar después. Pero para nosotros que sólo jugamos de fin de semana en fin de semana sería hipócrita si me quejo de la carga de partidos. Creo que los que están acostumbrados a jugar más partidos son los que pueden hablar», apostillaba desde la moderada lógica.
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