Cádiz - Alavés
La cara A bien lo vale (3-1)
Los goles de Álex, Lozano y Negredo dan la victoria ante el Alavés en un partido que deja claro el desnivel de la plantilla
La cara A del Cádiz CF lo vale, o al menos, le puede valer, en cambio la B, apenas da para ganar en los penaltis al Pontevedra de Segunda B. En apenas una semana se ha comprobado y no ha hecho ni falta que lo diga nadie, solo se ha manifestado sobre el campo, ese que no engaña nunca. Ni se pudo materializar una victoria encarrilada por Lozano en Mestalla ni siquiera se ganó en Pasarón. El motivo no es otro que el salto abismal que hay entre los titulares y los suplentes de un equipo al que la realidad le dice que o se refuerza seriamente o tendrá problemas en el hipotético caso de que lleguen las lesiones.
Si en Valencia no se pudo ganar por la falta de un fondo de armario de mínimas garantías y en Galicia se pasó de ronda de aquella manera, este domingo ante el Alavés Cervera lo dejaba claro con un once repleto de sus pesos pesados. La prueba más evidente de su total confianza en unos y de sus lógicas dudas en otros fue que no movió el banquillo hasta el minuto 80 y cuando el resultado ya era de 3-1.
Formaba de partida Cervera un once medianamente atractivo en el que, a priori y sobre el papel, renegaba de las bandas para dar mayor importancia al manejo de balón en determinadas zonas. Así, se podía ver a Perea y Álex juntos en un ataque rematado por Lozano y Negredo dejando pasar la escoba a Fali y Jonsson y con la defensa esperada en la que volvía a estar Alcalá tras su buen partido en Valencia.
Y lo cierto es que, consciente o inconscientemente, el Cádiz CF salió decidido a que, al menos, fueran sus jugadores más talentosos los que aparecieran más en escena. Precisamente eso le valió para que el Choco Lozano fuera detenido con una falta muy dura próxima al área y que centraría Espino para que Negredo peinase sin la potencia suficiente como para sorprender al meta Pacheco.
Pero el hecho de sacar de inicio a dos jugones no significaría ni mucho menos que el fútbol directo pasaría a un segundo plano. De hecho, así fue como llegaría el primero de la tarde al cuarto de hora de partido después de un despeje en largo de Ledesma que prolongaría, como siempre, Negredo hacia Perea, que llegó hasta la línea de fondo para desde dentro del área pequeña dejar el balón muerto y que el resto ya se hiciera por sí solo. Un par de rechaces favoreció a Álex, que aunque aparentemente se encontraba fuera de la jugada, aparecía legalmente (a juicio del VAR) para introducir el balón en la red en el gol más complejo de lo que va de Liga.
Había ganas de reutilizar el VAR por parte del trío arbitral, que no dudó al poco en acudir de nuevo a él para visionar un agarrón de Fali sobre Tachi que acabó en los once metros, desde donde no fallaría Joselu. Habían pasado solo 20 minutos y sobre el verde había jugado más la tecnología que el balón. El nuevo fútbol...
Emparejado de nuevo el encuentro, a la media hora se comenzó a jugar otra vez el mismo partido y tras un inicio rocambolesco que desubicó a todos. Antes, el Pacha Espino había probado fortuna
con su derecha forzando que Pacheco enviase el balón a córner.
Nivelada la contienda después una montaña rusa de acontecimientos, el agua volvió al cauce que le gusta a Cervera y disgusta al aficionado neutro, o sea, al sopor y a la escasez de situaciones de peligro, no ya de oportunidades. Poco pasaba con el pasar de los minutos y unos y otros buscaban el descanso mientras la zaga vitoriana se iba cargando de amonestaciones.
Tachi, expulsado
Salía Cervera con los mismos hombres en la segunda parte y con las mismas ideas, que no eran otras que poco o ninguna circulación de balón por el centro del campo y contactar con las bandas o los puntas de la manera más directa y menos arriesgada. Esos mismos riesgos por los que pasó el Alavés, que se quedaba con un jugador menos por la expulsión de Tachi al derribar al Choco Lozano cuando el hondureño enfilaba al meta contrario tras un pase de Álex.
Cuarenta minutos por delante tenía el Cádiz CF para sacar algo más frente a un rival en inferioridad numérica. Le caía de esta manera una responsabilidad enorme a un equipo acostumbrado a correr tras el balón y no a hacerlo correr, pero desde el primer momento Perea se hizo con la manija leyendo bien lo que había de hacerse.
Esto hizo que las posiciones del equipo fueran más pausadas provocando que la defensa vitoriana se moviera más invitando así a la aparición de los desajustes. Sabedor de ello, el Pacha Espino se incorporó al ataque por su banda plácidamente para meter un centro al primer palo donde aparecía el Choco Lozano, que con un golpeo al primer toque y letal adelantaba de nuevo a los amarillos en el 56' de partido .
Las cosas estaban meridianamente claras cada vez que la bola le llegaba a Perea, que volvía a hacer sangre por su banda; esta vez tras dejar atrás a sus dos marcadores y meter un centro fuerte al corazón del área donde reaparecía el Choco aunque sin la puntería anterior.
Machín movía al banquillo y su equipo daba señas de seguir en el partido. El que más, Luis Rioja, que aprovechó una indecisión de la zaga amarilla para disparar con su zurda a la base del palo con la ayuda de Ledesma, que tocó lo suficiente como para que no acabase dentro.
La sentencia
Ese aviso en el minuto 65 espabiló al Cádiz CF, que no perdió el tiempo y aún con sus dos delanteros titulares sobre el césped esta vez sí que supo concluir sus contragolpes . Y todo empezó en las botas de Fali, que aguantó las embestidas de dos rivales antes de mandar un balón al espacio a Choco Lozano con el que el hondureño encontró petróleo al ver a Negredo en el punto de penalti y cederle una pelota que el vallecano mandó al fondo de las mallas con precisión cirujana.
No se le ponía un partido tan de cara al Cádiz CF desde aquel 0-2 en Eibar, pero esta vez la superioridad estaba sobre el césped, sobre el marcador y en el número de jugadores. Tras cinco jornadas sin conocer la victoria, los de Cervera gestionaban bien los minutos sin necesidad de correr riesgos innecesarios.
Tuvo que llegar el 80 de partido para que Cervera tocase un once que no se planteó tocar hasta que no estuviera todo controlado. De esta forma sentó a Lozano y Fali y metió a Garrido y Álvaro Giménez. Con el partido ya en el bolsillo, pudo llegar el cuarto de no ser por la madera, que se opuso a que Negredo se fuera a casa con un doblete. El rechace le llegó a Perea, que se quedó sin el premio del gol tras regatear a un contrario y ajustar demasiado el balón al palo corto.
Esta victoria deja al Cádiz CF con 23 puntos, una cifra envidiable para un equipo que tiene la oportunidad de poder acabar con 26 la ida del campeonato, seis más de lo que se pide en la media de la permanencia llegado el ecuador a falta de la visita del Levante para echar el cierre a esta primera vuelta.
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