Cádiz CF

Vizcaíno deja de fingir

El presidente se carga a una figura que no le hacía falta para gobernar el club a su manera

Manuel Vizcaíno, en el centro, en el palco de El Alcoraz.

Alfonso Carbonell

Por primera vez en mucho tiempo, Manuel Vizcaíno ha sido consecuente con sus ideas y con su forma y modelo de llevar adelante un club. Solo a los menos informados (o a los que les molesta que se les informe) le habrá podido sorprender que a las puertas de un nuevo mercado de fichajes el presidente se haya cargado a la persona que en teoría debería ganarse el pan ahora tras meses de trabajos e informes. De esta manera, el sevillano se quita la careta y, a decir verdad, se agradece para la transparencia de un club presidencialista donde los haya.

Arias pintaba poco o nada en este Cádiz CF. Y claro, es hasta cierto punto plausible que se prescinda de un cargo que estaba cobrando por figurar en el organigrama del club. Solo así se entiende que el presidente se cargue al 'responsable' del ascenso a Primera. Y esto es justo lo que ha hecho desde un punto meramente empresarial Vizcaíno, quien de paso refuerza la figura del entrenador, con quien Arias ni se llevaba en una clara señal del despropósito gobernante entre dos altas esferas del club.

Las discrepancias entre el que fuera director deportivo y el entrenador no solo eran de índole personal, también deportiva. Ni uno ni otro veían el fútbol de la misma manera y eso, sin duda, significaba un gran escollo para normalizar unas relaciones que desde el primer día estuvieron rotas. Cervera nunca se llevó bien con Arias, a diferencia que con su antecesor en el cargo, Juan Carlos Cordero, con quien como es normal reñía pero al que le ligaba una magnífica relación laboral.

Enrique, un hombre de club

No es la primera vez que Vizcaíno se queda sin director deportivo siendo presidente del Cádiz CF. La primera vez no le salió del todo mal tras la dimisión de Jorge Cordero en el año de ascenso en el mes de septiembre y tras configurar la plantilla. Lo que son las cosas, el mismo hombre que ahora ha vuelto para convertirse en el segundo de a bordo de la secretaría técnica, donde sigue Enrique Ortiz, un hombre de club que ya apoyó en la tarea del ascenso a Segunda desde su parcela de gestor y ojeador. Ahora, al de Azuaga, Vizcaíno le ha ascendido bautizándole con el nombre de coordinador deportivo .

Precisamente, Vizcaíno tiró de Enrique para maquillar la salida de Jorge Cordero aquel año y fue con el extremeño en la secretaría técnico con la que se consiguió la llegada de jugadores que fueron claves en el 'play off' de ascenso a Segunda; además de la consabida destitución de Claudio Barragán y la llegada de Álvaro Cervera. Futbolistas como Migue González , David Sánchez, Carlos Calvo, Issac Nana o Despotovic firmaron en aquel mercado de invierno siendo todos ellos importantes en el éxito finalizado en Alicante.

Se queda de esta forma el Cádiz CF sin un director deportivo, algo que no le preocupa en absoluto a Vizcaíno, que tiene a su red de representantes bien ligados a la cuerda de José María del Nido y por la que poco o nada echará en falta a Arias o similar.

Vizcaíno ha dejado en varias ocasiones que el que manda es él y que le sobraba Arias, al que aisló una vez terminó el mercado de fichajes de verano. El propio presidente fue el que afrontó la rueda de prensa posterior al mercado de fichajes y en el que hizo balance. Un balance, por cierto, en el que suspendió a su entonces director deportivo. El dirigente cadista, a lo largo de su etapa en la poltrona, no se ha escondido a la hora de señalar que determinados fichajes fueron obra suya. Comenzando por el de Cervera, siguiendo por el de Güiza o finalizando por el de Negredo, sin olvidar otros como los de Jurado, Cala o Sergio Sánchez. A las pruebas está que en su política de gestión no le hace mucha falta un director deportivo.

Puestos a lamentar, nada lo hará Cervera, que con este paso de su presidente ha ganado en autoridad en el club . Como era sabido, entrenador y exdirector deportivo mantenían una relación de cordialidad y que no iba más allá de los lógicos baremos de la educación. Era inaudito. Y solo por este cese, el entrenador hará más migas con el presidente, con el que tampoco tiene una relación como para tirar cohetes. Hasta ahora...

Arias estorbaba en el modelo de club que quiere Vizcaíno, al que le sobran los contactos en el mundo del fútbol como para preocuparse por un director deportivo al que pagar mientras se lleva sus legítimas comisiones que, ahora, recaerán en el club. Ese club que paga dos millones de euros a un consejo de administración formado por el presidente, su compadre Jorge Cobo y el eterno abogado de unos y otros Martín José García Marichal.

Vizcaíno acaba de prescindir de un director deportivo en pleno mercado invernal. Piensen un poco mal, o no, y darán en el clavo. Lo que está claro es que Manuel Vizcaíno ha dejado de engañar con la presencia de un director deportivo que poco aportaba para lo que representaba.

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