Cádiz CF
El último percance de Cervera con el estamento arbitral
El entrenador del Cádiz CF se negó a explicar el motivo de una tarjeta que recibió pero que viene explicada en el acta del partido
cervera, en un entrenamiento.
Faltaban apenas diez minutos del Cádiz CF-Alavés y el partido estaba ya medianamente encarrilado con un 3-1 ante un rival muerto. Cervera hacía cambios para ganarle tiempo al crono y de repente llegó una amonestación que no sentó nada bien al entrenador . Pero claro, en otras ocasiones, Cervera se hubiera puesto como un basilisco, pero él es el primero que sabe que no está el horno para bollos después de la sanción que descansa sobre su cabeza de cuatro partidos y que el TAD debe resolver en breve.
Al recibir la tarejeta del trencilla, Cervera calló en el acto . No tiene otra. Se volvió para su banquillo con gestos de indignación pero de ahí no pasó. E hizo bien. Co su tarjeta se quedó, como con su ira. Definitivamente se siente maltratado y no puede evitarlo proclamarlo con su gente, en la intimiadad, pero siempre lo hará muy lejos de los focos.
De hecho, en la rueda de prensa posterior al encuentro, Cervera fue preguntado por el incidente y prefirió morderse la lengua. Bueno, en realidad, no se la mordió. Le bastó con decir que él lleva razón pero que no diría el motivo de la discusión para no meterse en jardines de once varas con un estamento que lo tiene bien vigilado .
Tiempo después, apareció el acta del murciano José María Sánchez Martínez, que arrojaba un poco de luz sobre una amonestación que en nada puede considerarsse grave pero que sí enfadó a Cervera por volver a sentirse incomprendido. Literalmente, el trencilla escribió que «en el minuto 80 el técnico Cervera Diaz, Álvaro fue amonestado por el siguiente motivo: Realizar observaciones de carácter técnico al 4º árbitro sobre decisiones arbitrales».
Como se puede apreciar, nada del otro mundo. Pero por lo que se ve, es tanto el temor a sacar los pies del tiesto que Cervera prefiere ni siquiera comentar un aspecto del juego con tal de no vérselas con la 'santa inquisición del silbato español'.
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