Cádiz CF

El secreto de Sergio

El entrenador cadista no deja nadie atrás y en sus primeros pasos al frente del Cádiz trata de mantener contentos a los que no juegan. Y, por lo que se ve, lo está haciendo de cine

Alfonso Carbonell

Decía el mítico entrenador inglés Rodney Marsh que «todo lo que tiene que hacer un buen entrenador es tener contentos a once jugadores: los once suplentes. Los once titulares ya son felices porque son titulares». Y eso es lo que, al menos en sus primeros pasos al frente del Cádiz CF, está intentando hacer por todos los medios Sergio González. Y la verdad es que lo está haciendo de cine. Y ojo, con mano relativamente dura. Vienen los argumentos.

Lo primero para avalar que esa teoría la está clavando el técnico de Hospitalet de Llobregat , es comprobar que los goles en el banquillo se celebran con igual o más alegría que en el campo. Hasta el tato lo celebra. Un ejemplo claro se pudo ver hace dos semanas con ocasión del encuentro ganado al Rayo en Carranza, el primero en casa de esta temporada. Jugadores antes indiscutibles en el once como Fali, José Mari o Cala, y para más inri veteranos, expresaban en su rostro la felicidad que les invadía sin haber disputado prácticamente minutos en las últimsa jornadas dada su condición de suplentes.

Vaya por adelantado que en este negocio, y en cualquier otro, lo normal suele ser llegar haciendo amigos porque los enemigos ya se irán creando solos. Un ejemplo vivo de ello fue el insoportable clima que dejó en el vestuario Álvaro Cervera, que ya desde el verano de la última pretemporada daba muestras tanto públicas como privadas de que ya no era lo mismo. La banda se le había ido de las manos y lejos de ponerle remedio, el exentrenador cadista echaba más piedras en el camino.

De todo esto se ha debido percatar Sergio, que con una mano de terciopelo ha ido gestando un grupo que estaba ya muy alejado de la mentalidad de su antecesor. Además, y en un gesto de elegante camaradería, el actual entrenador supo dar su sitio a Cervera en cuanto ganó en el campo del Levante para ganarse de esa manera tan fácil e inteligente a ese sector de la afición más papista que el Papa. Es decir, más cerverista que Cervera. Que aún los hay. Más escondidos ya, claro, pero los hay.

Sergio ha ido ganándose al vestuario de una manera alegre y a la vez dura. ¿Qué es eso de concentrar a los jugadores en los partidos de casa? ¿O eso de hacerles ir a la ciudad para entrenar en el mismo campo donde se juega? Pues eso tiene un nombre: responsabilidad y profesionalidad. Esa misma que ha inculcado con mano izquierda a unos jugadores que estaban como locos de que le hicieran creer en sus posibilidades y no seguir acomplejándose en sus limitaciones.

Y si el ejemplo de unidad y compromiso se ve en cada partido, en cada entrenamiento y en cada rueda de prensa, el máximo exponente de esta reforzada unidad se volvió a ver el pasado domingo con ocasión de la victoria ante el Villarreal, la segunda en casa. El rostro del ejemplo esta vez lo pone un jugador titular con Cervera y en el ostracismo con Sergio, el armenio Varazdat Haroyan. El central rubio es el paradigma del suplente por decreto en la era post-Cervera. Y es que es el primero que ha entrado en la lista de prescindibles de Sergio. Y casi que, de momento, el único si se pasa por alto las situaciones contractuales de Salvi, Jonsson y Álex, quienes por cierto también han jugado con el nuevo jefe.

Haroyan es el quinto central y lo sabe tab bien como que por delante tiene a cuatro a los que no va a sobrepasar. Puede hacerse una idea de que su temporada ha terminado, pero ¡vaya cómo celebró el triunfo de sus compañeros sobre el verde de Carranza! La baja de Cala por sanción le hizo entrar semanas después en la convocatoria y Vato disfrutó como un niño con la victoria de los suyos, prueba evidente de hasta dónde ha calado el mensaje de compromiso de un entrenador que ha sabido leer a la perfección lo que necesita el equipo en el campo y la afición en la grada.

Al jugador del Cádiz CF, vapuleado hace tan solo dos meses atrás por las ruedas de prensa de su propio entrenador , le ha venido de golpe y porrazo un aire fresco con el que se está creyendo muchísimo más de lo que le hicieron creer. La diferencia en el juego, en la filosofía y en la confianza con el balón es una barbaridad.

Compromiso con las oportunidades

Y ahora viene otro capítulo que Sergio está sabiendo escribir con sumo cuidado y mimo. La gestión del vestuario . Antes se ha escrito que Haroyan está en el ostracismo. Y lo está. Pero antes de estarlo el internacional armenio pudo ver cómo tuvo su oportunidad, la que le dio un entrenador con el que el pasado domingo se abrazó tras la victoria. sustituía a Fali en la victoria ante el Levante. Cumplió a la perfección en la consecución de aquel 0-2 y a la jornada siguiente, pese a que ya Luis Hernández había llegado y Cala estaba a disposición del equipo, el entrenador renovó su compromiso con el armenio por el mero hecho de que en el anterior combate Vato se ganó el aprobado y, por tanto, su continuidad. Pero el Cádiz CF perdió en Mallorca , donde al margen del arbitraje, la defensa recibió muchas llegadas, demasiadas para lo que está acostumbrado a verse desde la llegada del nuevo entrenador. Las conclusiones fueron tan evidentes y a la semana siguiente Haroyan ya era historia. Eso sí, el defensa no puede recriminar absolutamente nada dado que la pareja de centrales actual están de dulce. ¿Qué le toca al bueno de Vato? Pues lo que se vio ante el Villarreal, arrimar el hombro cada día en El Rosal y generar equipo. Minipunto para Sergio. Otro más.

Sigamos. Como Haroyan tiene un capítulo parecido el 'bluff' de Arzamendia, un internacional que está decepcionando. Ya sea por la inactividad, por la falta de continuidad o por lo que sea, pero en el partido en Granada, el primero que se perdía el Pacha por sanción, quedó retratado. El paraguayo no estuvo fino y las comparaciones con Espino fueron muy dañinas para él. A la semana siguiente llegaba a Carranza el Rayo y ¿qué pasó? Pues obviamente que regresó el Pacha, pero lejos de olvidarse de Arzamendia para los restos, Sergio volvió a hacerlo vestirse de corto para jugar los minutos y trascendentales minutos ante el equipo vallecano con la única finalidad de hacerlo partícipe de un éxito y subirlo al barco. Y ahí está, junto a Haroyan, alegrándose de los éxitos como si él fuera el goleador Sobrino, otro...

De titular indiscutible con Cervera a revulsivo con Sergio . Sobrino es otro exponente del cambio que le ha dado al equipo el técnico catalán. De entrada, todo la presión que le traspasó Cervera se la quitó de un plumazo el nuevo inquilino del vestuario. Sergio supo leer lo que ya se sabía de memoria todo Carranza salvo el responsable del error, Cervera. Por ello, le dio su lógico banquillazo a un buen jugador pero cargado de tanta responsabilidad que salía al verde con una rémora que contagiaba a una grada nerviosa. Pero de ahí a alejarlo del once va un mundo que no ha recorrido Sergio, que es el primero en saber lo mucho que le puede dar Sobrino si le vuelve a hacer creer pero con un papel mucho más secundario y alejado del área. Ahora juega por la banda, sale desde el banquillo y es titular cuando Alejo no está, y, magia, ha vuelto a ronreír. A llorar de felicidad .

Hay más casos de renovación de oportunidades. Y no sólo eso, a diferencia de su antecesor en el cargo, Sergio entiende que si el club ha hecho un esfuerzo por un jugador, su deber como empleado de una empresa que le paga es intentar hasta el último momento hacer germinar una semilla que le han traído bajo un coste importante. Y eso es lo que está haciendo Idrissi, un jugador que comenzó decepcionando notablemente ante Valencia en Copa y Getafe y Celta en Liga, pero al que, con mucha labor de psicología y fe, Sergio le está haciendo crecer partido a partido.

Y si con estos jugadores Sergio ha cruzado un camino, no ha tenido reparo en hacer el inverso. Llegó de nuevas y se vio desalmados y sin opciones a tres jugadores que ahora forman parte del bastión del equipo. Víctor Chust, Alejo y Negredo, defenestrados por Cervera, son los primeros en tirar de un barco del que le había empujado previamente . Tres jugadores que tiran por tierra esa tesis de que ahora el equipo se ha reforzado con seis fichajes y que antes no tenía el anterior a Sergio. Estos estaban antes, y estaban locos por estar, lo que pasa es que ahora le han devuelto el papel principal que habían perdido por el camino que ha recorrido Sergio para rescatarlos.

Así pues, el secreto de Sergio ya estaba inventado hace mucho tiempo, pero no todos los entrenadores saben ponerlo en práctica. Y ese secreto no es otro que mantener la llama de la esperanza no sólo en los que juegan, que de por sí ya la tienen encendida, sino en los que no jugaban o no juegan. Todos y cada uno de los componentes de la plantilla saben que al frente hay un entrenador justo y eso, profesionalidad de por medio, hace mucho más que simples gestos o palabras.

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