Cádiz Cf
Lucas Pires, la quinta apuesta directa desde Sudamérica
El lateral brasileño es el último de los fichajes en cruzar el Atlántico para triunfar o decepcionar como jugador amarillo
Carlos García avanza posiciones
El Cádiz CF afronta su cuarta temporada consecutiva en la élite del fútbol español. Durante las últimas campañas, la política de fichajes amarilla ha sido muy diversa: desde apuestas por jugadores residentes en ligas totalmente desconocidas – véase Haroyan -, piezas contrastadas en el balompié nacional, como Luis Hernández, Negredo, Guardiola y compañía, o futbolistas traídos desde la otra orilla del Atlántico con el objetivo de consagrarlos en el cuadro gaditano. En este último apartado entran incorporaciones como Alfonso ‘Pacha’ Espino, Conan Ledesma, Tomás Alarcón, Santiago Arzamendia y, el más reciente, Lucas Pires.
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Una batería de nombres que generan división de opiniones en el cadismo. Por un lado, encontramos a jugadores que han marcado un antes y un después en el Cádiz CF. Hablamos de Espino y de Ledesma. Ambos han ofrecido un rendimiento exquisito y se han revalorizado en el fútbol europeo. Eso sí, no llegaron como jóvenes promesas, sino como jugadores que ya habían sido capaces de demostrar un gran nivel de forma regular en sus respectivos países.
Por otro lado, Alarcón y Arzamendia han supuesto un auténtico fracaso en la disciplina amarilla. Llegaron con la etiqueta de promesas y con la misión de crecer y convertirse en un buen activo para el club en un futuro. Ninguno de ellos ha cumplido con las expectativas y, mientras uno ya está de vuelta en Paraguay, el otro no cuenta para Sergio González y de momento se resigna a volver a su fútbol natal a pesar de no haber demostrado absolutamente nada en Europa, ya sea en el Cádiz en Primera o en el Real Zaragoza en Segunda División.
Éxito con Ledesma y Espino
A pesar de las múltiples críticas que ha recibido Manuel Vizcaíno con su política de fichajes – muchas de ellas totalmente merecidas – lo cierto es que alguna de sus apuestas por lo desconocido en el continente sudamericano han traído al Cádiz CF grandes resultados. En el mercado de invierno de la 18/19 aterrizaba desde Uruguay un tímido Alfonso Espino. Pronto supo la afición amarilla que su apodo le hacía aún más grande: ‘Pacha’. El comienzo para el charrúa fue tan nefasto que muchos ya pedían su vuelta a Nacional. Nada de eso. A la siguiente temporada llegó siendo un auténtico toro y su legado en el lateral izquierdo está ahí: un ascenso a Primera, tres permanencias en la máxima categoría y tres goles y doce asistencias en cuatro cursos y medio en la Tacita de Plata. El final de la historia de Espino como cadista finalizó este mismo verano cuando, tras no renovar, decidió recalar en el Rayo Vallecano.
Otro de los grandes éxitos de la entidad amarilla en este tipo de operaciones reside en Jeremías Conan Ledesma. El arquero argentino llegó a Cádiz CF generando grandes dudas debido a su imagen muy poco ortodoxa bajo palos. Fue “europeizando” su estilo y actualmente es uno de los mejores porteros de la liga española. Tanto, que ya han surgido informaciones que lo relacionan con equipos como el Almería. Tal y como informó Canal Amarillo, la propuesta indálica llegaba a los diez millones de euros, una cifra que el club considera totalmente insuficiente. Sea como sea, la realidad es que Ledesma es pieza fundamental en la plantilla y, sin lugar a dudas, es el mayor activo que posee la entidad en cuanto al famoso lema de su presidente Manuel Vizcaíno: “vender para crecer”. Procedente de Rosario Central, el argentino fichó por el Cádiz en el verano de la 20/21 y su progresión ha sido espectacular. A su agilidad y a sus reflejos le ha sumado un mayor dominio del juego aéreo que le ha permitido convertirse en una de las sensaciones del campeonato en los últimos años.
Alarcón y Arzamendia ponen la de cal
Sin embargo, no todas estas operaciones salen bien. El claro ejemplo lo ponen sobre la mesa Tomás Alarcón y Santiago Arzamendia. El Cádiz CF realizó inversiones importantes en el verano de la 21/22 para que llegaran desde el otro lado del Atlántico. Ni uno ni otro han aportado absolutamente nada al equipo y años después están totalmente alejados de los planes de Sergio González para la campaña que comenzará el próximo 14 de agosto ante el Deportivo Alavés en el feudo gaditano.
Tomás Alarcón llegó procedente de O’Higgings cuando apenas tenía 21 años. Se mostraba como un centrocampista todoterreno, con buena capacidad para abarcar muchos metros de campo y para aportar en tareas defensivas debido a su brega. Durante algunos tramos de encuentros ha demostrado tener buen cambio de orientación, pero su rendimiento nunca ha sido el esperado. El pasado invierno se fue cedido al Real Zaragoza y decepcionó enormemente. Ahora no quiere volver a Chile, donde aún tiene cartel, pero en el Cádiz parece que sus oportunidades están más que agotadas.
En el caso de Arzamendia, el paraguayo llegó de Cerro Porteño, equipo al que ha regresado tras ser un auténtico fiasco. Ni lateral, ni extremo, ni nada de nada. Ha gozado de oportunidades para ganar terreno, pero no las aprovechó. Tuvo que lidiar con una competencia feroz con ‘Pacha’ Espino, y ahora retorna al conjunto asunceño, donde buscará volver a tener protagonismo tanto en el club como en el combinado nacional.
Lucas Pires, la quinta apuesta sudamericana
Precisamente, en el lugar de Arzamendia ha aterrizado el bueno de Lucas Pires. Esta vez, un brasileño que a sus 22 años llega desde el Santos como un lateral con recorrido y con mayor inercia ofensiva que defensiva. Debutó como cadista en el amistoso ante la Unión Deportiva Las Palmas en Marbella y tendrá un bonito duelo con Javi Hernández que, a priori, es el titular para Sergio González. Más anárquico y menos táctico que el jerezano, Pires quiere caer en el lado bueno de la balanza, donde están colocados Ledesma y Espino. Sin duda, un bonito reto que, de marchar correctamente, supondrá buenas noticias tanto para el futbolista como para el Cádiz CF.
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