Cádiz Cf
¿Qué hacemos en el lateral derecho?
La lesión de Zaldua y la expulsión de Iza obligan a Sergio González a activar un plan B
Más primos que hermanos
La tarde de sábado en Vallecas fue para olvidar. Aquel partido en el que Sergio quería reforzar la confianza y el equipo buscaba dar un golpe sobre la mesa, lo que sucedió finalmente es que todo el cadismo se llevó, como se dice por aquí, un guantazo con la mano abierta. Porque el Cádiz retrocedió enormemente, tras un mes de progreso y después de un comienzo liguero nefasto, y ha devuelto al debate público futbolístico-gaditano una serie de dudas y desconfianzas que parecían superadas mientras las sensaciones y el juego acompañaban a los de Sergio González.
Porque la derrota del sábado ante los de Andoni Iraola es mala por varias razones. Primero, por el frenazo que supone a la ascenso progresivo amarillo. Segundo, por las formas. Una manita y una sensación de impotencia que duele en el alma. Tercero, porque estamos hablando del Rayo Vallecano, un club que, a pesar de ascender un año después que el Cádiz, parece contar con un plantel de verdad. De aquellos que se trabajan con hechos y no con promesas falsas y con movimientos de última hora. Por último, y centrándonos en el aspecto más táctico y futuro del deporte, en el boquete que se ha creado para Sergio González en el lateral derecho.
Y es que esa demarcación era, para ojos de todos los que siguen la actualidad del equipo amarillo, la mejor cubierta desde hace varios meses. Desde que Carlos Akapo hiciera una segunda vuelta magistral para ser una pieza clave del esquema amarillo, con la protección de tener a un recambio fiable como Iza Carcelén como sustituto, el aficionado medio del Cádiz estaba convencido de la fiabilidad de la banda derecha.
Lo que pocos esperaban es la no renovación de Akapo. Cada uno tiene su versión, pero lo cierto es que el ecuatoguineano ya no pertenece a la entidad amarilla. Y, las cosas como son, el Cádiz sí se movió perfectamente en este mercado para traer a un sustituto de garantías: Joseba Zaldua. Un futbolista con amplia experiencia en nuestro fútbol que ofrecía un nivel realmente bueno para un equipo con las aspiraciones de los de Sergio González. El problema es que fue el único fichaje bien hecho dentro del mercado invernal. Todos los demás llegaron tarde o algunos, incluso, ni llegaron.
El donostiarra comenzó la temporada rodeado de unas sensaciones y una situación que a buen seguro no fue la que le prometieron en julio. El Cádiz, como era fácil de adivinar, tuvo un inicio pésimo que aún paga a día de hoy. Porque un campeonato tiene 38 jornadas y no se puede retroceder en el tiempo. El tema es que Zaldua se intoxica del nivel general del equipo y acaba cediendo el puesto a Iza. Algo extraño, y maravilloso al mismo tiempo, sucede en esa transición. Porque es el portuense quien parte desde el inicio en Valladolid, pero es el donostiarra quien se pone la capa de diferencial para colgar el centro ganador al área que acabaría rematando Negredo.
Es aquí cuando empieza el debate por ver quién de los dos es merecedor de ocupar el lateral derecho. Los tres puntos en Pucela supusieron un antes y un después para todos dentro del entorno gaditano, e Iza fue el que salió ganando en esta ecuación. Tanto es así, que Sergio decidió volver a contar con Iza en el encuentro ante el Villarreal. Pero el súper tenía preparado otro giro de guion . El portuense, en un claro gesto de solidaridad colectiva, vio la expulsión directa para obstruir la oportunidad del conjunto castellonense. Y ahí ya todos sabían que Zaldua volvería ante el Espanyol.
Lo que sí que nadie esperaba es que, ante los pericos, todo se fuera a torcer de la manera en la que se torció. En una jugada fortuita, el donostiarra sufrió una lesión dramática que, seguramente, le aparte de los terrenos de juego toda la temporada. El diágnostico era claro: rotura del ligamento cruzado anterior, rotura de menisco, esguince en ligamento colateral y contusión con edema óseo.
A todo esto, Iza volvía al once en Vallecas. El lateral, que no estaba siendo mínimamente capaz de parar a Álvaro García, provocó un penalti y vio la expulsión en esa misma jugada. Una acción absurda y evitable que deparó el devenir del encuentro. Y el marrón está servido. En apenas cuatro días, la posición con más garantías de la plantilla queda totalmente desmantelada.
Ahora, las opciones para Sergio González son pocas, pero existen. En primer lugar, porque puede colocar a Luis Hernández en ese carril el próximo encuentro ante el Atlético de Madrid. Eso fue lo que hizo en Vallecas tras la expulsión de Iza Carcelén, y podría repetirlo porque el defensor ya tiene experiencia en esa posición, y no sería nada nuevo para sus prestaciones a lo largo de su carrera como profesional. Eso desembocaría en la entrada de Fali o Momo en el once inicial ante los colchoneros.
Otra opción, y no tan descabellada, es la de cambiar el dibujo táctico y jugar con tres centrales para incluir a dos carrileros en el once. Luis Hernández, Fali y Víctor Chust podrían ejercer como línea más atrasada, resguardados en los costados por 'Pacha' Espino en la izquierda y por Iván Alejo, Ocampo o Sobrino en la derecha. Además, esto supondría igualar el sistema habitual de los del Cholo Simeone.
A largo plazo, y para paliar la lesión de Zaldua, Sergio González podría contar con Kikin, jugador de la cantera, o bien la entidad amarilla tendría la opción de recuperar a Raúl Parra, que ya cuajó alguna actuación de bastante nivel bajo las órdenes del técnico catalán. Además de acudir a a próxima ventana de traspasos.
Todo esto para añadir ingredientes a una receta que el entrenador amarillo debe pensar detenidamente para vencer al Atlético de Madrid en el próximo choque. El Cádiz debe demostrar que lo de Vallecas solo ha sido un bache. Un oasis en el progresivo crecimiento que estaban llevando a cabo los amarillos. Queda menos de un mes para el Mundial y los cadistas quieren llevarse un buen sabor de boca para afrontar la vuelta al campeonato liguero.
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