Rayo - Cádiz
La pizarra del Rayo 5-1 Cádiz
Obviando la primera expulsión, en la que prácticamente se acaba el partido, los de Segio habían ofrecido hasta entonces un partido desastroso, sin fuerza, capacidad e imprecisión para dar siquiera dos pases seguidos
Desastre total
El análisis del partido del Cádiz CF en Vallecas acaba en el descanso . Hasta entonces, el equipo de Sergio había sido un total desastre jugando once contra once. No daba dos pases seguidos, el Rayo dominaba a placer y le metía una marcha más al encuentro, Conan había salvado con dos paradas milagrosas al conjunto gaditano y el resultado, antes del penalti de Iza era a todas luces injusto.
Teniendo en cuenta esa premisa, empezar la segunda parte con 2-0 en el marcador y diez jugadores era hablar de otro tipo de partido en el que las posibilidades del equipo gaditano no llegabal al uno por ciento. Si encima a los pocos minutos el Cádiz se quedaba con nueve jugadores, lo mejor era que el árbitro pitara el final y todos pasa casa, pues la goleada era cuestión de tiempo, como así fue.
Un paso atrás, y de qué manera, en toda regla. Todas las buenas sensaciones y el juego de semanas atrás se fueron por la taza del inodoro en una primera parte lamentable, con un planteamiento horrible y una disposición en el encuentro inexplicable. Sergio, sin capacidad para cambiar el encuentro durante la primera parte, decía en rueda de prensa que esperaba al descanso para cambiar el signo del partido. Cuando realmente lo tendría que haber hecho antes y no encomendarse, como siempre, a Conan Ledesma. Un partido penoso del Cádiz que tira por tierra todas las ilusiones gaditanas que había en los aledaños del barrio de Vallecas.
1. Un once prometedor
Con un once casi calcado al que a punto estuvo de ganar en Gerona, el Cádiz presentaba un equipo que sobre el papel parecía más que de garantías para sumar, no sabemos si ganar, en Vallecas. El choque de los menos habituales ante el Betis era un buen presagio con esa mezcla de jugadores de los dos últimos encuentros. Sin embargo, pronto se vio que todo era una quimera.
El Rayo comenzó a adueñarse del balón y embotellar a un Cádiz que no era capaz de dar dos pases seguidos. L os amarillos robaban de vez en cuando pero regalaban la pelota ante la presión asfixiante del Rayo . Negredo era una isla arriba, Ocampo no tocaba la pelota, y los dos pivotes cadsitas, Fede y Alcaraz, deambulaban por el campo.
2. Dos goles para sentenciar el choque
Sin embargo, y a pesar del dominio vallecano, los de Iraola se limitaban a tirar desde posiciones lejanas. El Cádiz no estaba cómodo pero al menos sabía que el marcador le daba la igualdad en el partido. Todo hasta que el Rayo le metió una marcha más gracias a Isi y Álvaro García, dos jugadores que el equipo de Martín Presa encontró en Segunda División (Ponferradina y Cádiz), no en el quinto pino. La profundidad de ambos era un quebradero de cabeza junto a la movilidad de Trejo.
Tanto iba el cántaro a la fuente que Iza cometía un penalti absurdo, otro más, y se llevaba encima la roja. Doble castigo, quizás demasiado, para un Cádiz que veía como en tres minutos el partido se iba al garate. Golazo de Álvaro en un desmarque que se como Sobrino, que estaba de lateral momentáneo tras la roja de Iza, y el partido se acababa al descanso.
3. No hay partido
Sergio trataba de motivar a sus jugadores en el vestuario sabiendo que la empresa era harto complicada. Sin embargo, un gol lo podía cambiar todo y a punto estuvo de llegar con un remate de Fali desviado. Un espejismo pues el partido seguía inclinado a la portería de Conan con Luis Hernández de lateral derecho y Álex en el banquillo.
Lucas Pérez y Choco entraban por Ocampo y Negredo. El Cádiz jugaba con un 4-4-1 con el hondureño en punta de ataque. Sin embargo, otro varapalo más, en forma de expulsión de Alcaraz, y el posterior gol de Lejeune, hacían que todo fuera ya coser y cantar para el Rayo.
Sergio le daba el marrón de jugar con nueve y 3-0 a futbolsitas con los que apenas cuenta, Blanco y Mabil, que hacían lo que buenamente podían en el terreno de juego. El partido carecía ya de análisis jugando once contra nueve, más aún cuando en el descanso acabó, por desgracia, para el conjunto cadista.