Cádiz CF

Un cabreo en mitad de la fiesta

Cervera opta por no endulzar una derrota lógica para frenar cuanto antes una relajación que podría invitar al vértigo

Álvaro Cervera da órdenes desde el banquillo visitante del Wanda. L. V.

Alfonso Carbonell

Apenas ocho minutos le duró al cadismo la ilusión de la noche del viernes. Bueno, en realidad, los más perspicaces se dieron cuenta de que no habría partido a los tres minutos, que fueron los que pasaron para ver actuar a Ledesma, con las manos, hasta en dos ocasiones. La tromba de ataques atléticos no fueron ni parecidos a los del Eibar unos días antes, donde al Cádiz CF sí se le vio refugiado y conectado a la realidad. En el Wanda ofreció una imagen muy distinta y alejada de la que dio este sábado en la nueva casa del conjunto madrileño.

Ni rastro del Cádiz CF que, con la excepción de otro partido nefasto como el que abrió la temporada en Carranza ante el Osasuna, lleva sorprendiendo desde la segunda jornada que ganaba en El Alcoraz en base al trabajo y el orden. Y no es que en el Wanda se le puede achacar a los hombres de Cervera falta de entrega, simplemente aparecieron desnortados y no tardaron en ser desarbolados.

Es cierto que el Atlético abre y sentencia el partidos gracias a dos regalos del Cádiz CF , pero el dominio y las llegadas colchoneras eran constantes y todo hacia indicar que el gol llegaría tarde o temprano. Para colmo, y a diferencia de los encuentros disputados en Bilbao o Valdebebas, la presión cadista no fue tal. Los amarillos, más por mérito del contrario que por demérito propio, defendían con el culo metido en su área y con sus dos delanteros muy retrasados. Ni tan siquieras algunos balones recuperados hacían estragos en el Atlético dado que tanto Lozano como Negredo estaban a una distancia eterna de las posesiones de Oblak, que se fue al vestuario en el descanso sin mancharse el traje ni los guantes.

El caso es que la derrota encajada se puede decir que no duele gracias al tremendo arranque liguero de un Cádiz CF que se ha presentado en casa con la primera brechita en el mes de noviembre y anclado en puestos europeos. No pasa nada, faltaría más. Pero a ojos de su entrenador sí que pasa . Y bastante. Y es aquí la gran noticia que deja esta goleada. El cadismo puede estar muy tranquilo.

Cervera no se esperó siquiera a decirlo en el vestuario y fue en la sala de prensa del estadio colchonero donde mandó los primeros y duros mensajes. «Si le perdemos el respeto a la categoría nos pasará esto» , dijo tremendamente enfadado por la imagen de su equipo.

Acto seguido, se cebó con los regalos ofrecidos en defensa y que permitieron al Atlético abrir distancia en el marcador. «No me gusta que nos metan cuatro goles porque somos un equipo poco goleado. Nuestro éxito pasa cuando el partido trascurre y no nos marcan goles, si queremos jugar a otra cosa nos marcarán cuatro como ha pasado». Y es que Cervera desdibujó su once en el segundo tiempo, donde la cosa ya estaba perdida y pasó lo normal. «Cuando juegas a lo que sabes te puede salir bien, cuando juegas a otra no te salen las cosas», manifestó en una frase que ya ha dejado dicha en cantidad de ocasiones durante su reinado en el banquillo del Cádiz CF. Pero ahí no estaba el tema.

Y es que Cervera quiere frenar cuanto antes un estado de ánimo que no puede caer en ningún momento en la relajación porque de ser asó el vértigo al abismo estaría a un paso. En estas ligas ganas tres partidos y te pones a soñar, todo lo contrario que si pierdes tres seguidos. La brillante vuelta a Primera no puede caer en ningún momento en un ambiente de relajación porque sería la muerte para un equipo que vive de la intensidad, de la garra, del esfuerzo y del coraje.

Por todo ello, Cervera no ha querido esperar siquiera al regreso a los entrenamiento y ha enviado un claro y rotundo mensaje al grupo para que este lunes vuelvan al Rosal con el mono de trabajo puesto y la humildad por bandera. El cabreo sirve de antesala para dos semanas en las que el equipo debe volver a la senda de la concentración, algo que falló en los primeros y letales minutos en el Wanda.

El enfado de Cervera es de lo más oportuno. Da igual que el cadismo se encuentre en mitad de una fiesta, lo importante es que esa gran clima se pueda seguir respirando y qué mejor que el máximo responsable llame a capítulo a sus hombres cuando ve algo que no está funcionando. Se le llama previsión.

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