Cádiz CF

Augusto Fernández cuelga las botas: «Es un orgullo terminar mi carrera en el Cádiz CF»

«No creo que esté a la altura para recibir este homenaje. Pensé en algo más sencillo. Siempre tendrán un pedacito en mí», apunta el argentino

«Ya hemos hablado varias veces, el 'presi' lo sabe y a mí me gusta más la parte de gestión. Por más que quiera no me llama ser entrenador. Ojalá podamos hacer cosas en conjunto», señala

«Ya no siento esa pasión extrema y por eso tengo que cerrar esta forma de vida», concluye

El centrocampista argentino Augusto Fernández cuelga las botas. CCF

Augusto Fernández se retira. El centrocampista argentino nacido hace 35 años en Pergamino dice adiós y lo hace culminando su carrera en el Cádiz CF.

«Es una decisión complicada y meditada, pero detecto mediante mi sentir cuándo es mi momento. Te lo marca la cabeza más que el corazón. Cádiz y el Cádiz CF me dieron el puntapié final. Terminar mi carrera acá, habiendo conseguido el objetivo con esta 'Banda', es un orgullo. Estoy muy orgulloso de ser y pertenecer a la institución», señalaba Augusto en su despedida, arropado en la sala de prensa del Rosal por Álvaro Cervera y todos sus compañeros. Y también por el presidente Manuel Vizcaíno.

Bien es cierto que en el Cádiz CF sus números a nivel individual no han sido espectaculares. Ni mucho menos debido a las lesiones, aunque sí ha podido vivir un ascenso a Primera y la permanencia en la máxima categoría del balompié nacional. Y todos destacan su importancia en el vestuario.

«No creo que esté a la altura para recibir este homenaje. Pensé en algo más sencillo. Siempre tendrán un pedacito en mí», apuntaba el argentino.

Augusto Fernández se retira. ANTONIO VÁZQUEZ

Un futuro lejos de los banquillos

¿Qué será de él a partir de ahora? ¿Seguirá vinculado al fútbol? Augusto daba las claves: «Ya hemos hablado varias veces el 'presi' y yo y a mí me gusta más la parte de gestión. Por más que quiera no me llama ser entrenador». Y apostilla: «Ojalá podamos hacer cosas en conjunto y hacer cosas al mismo tiempo».

Humilde de principio a fin, Augusto afirmaba: «No soy de dar consejos, no me gusta. Yo fui un jugador que me fui superando en base a mi autoexigencia. No necesité condimentos externos. Me fui reinventando y me generó un desgaste enorme porque jugar mal o perder un partido no lo toleraba. Les digo que lo disfruten, algo que yo no hice. Pero ser tan exigente me hizo jugar muchos años en España, jugar la final de Champions, la Copa América o un Mundial».

Un futbolista diferente que no se queda con los éxitos en su paso por el Ramón de Carranza. «Es imposible elegir un único momento. Elijo el día que mi padre fallece un martes por la noche y el miércoles por la mañana necesitaba venir a entrenar. Me sentí arropado por todos mis compañeros, qie me dieron la contención que necesitaba en un momento oscuro».

Y puntualizaba: «No se me queda clavada ninguna espina. Viví mi carrera con respeto y profesionalidad, y me quedo con eso».

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