Cádiz CF
La banda se rebela contra su creador
El capitán José Mari terminó de confirmar el pasado sábado lo que el vestuario piensa sobre el cambio de entrenador
Desatados. Así están. Tanto en el campo como en las ruedas de prensa o entrevistas. Así están los que hasta no mucho eran los pupilos de Álvaro Cervera. Rebelados contra su creador. Suena duro y hasta cierto punto resulta extraño, pero no, no debe ser casualidad cuando hasta el mismísimo jefe de la banda, José Mari, le pone voz a lo que antes ya le dieron forma sus compañeros.
La catarsis la empezó un peso pesado de Cala en Pamplona . De hecho, las palabras del lebrijano fueron el principio del fin de Cervera ya que al día siguiente de la debacle en El Sadar, Vizcaíno le cortó la cabeza. «Hay que hacer autocrítica. Todos, pero todos», comenzó diciendo a pie de campo tras el 2-0 recibido. Y se metió en el planteamiento de dicho encuentro. «El plan era defender con dos laterales y cinco defensas con la idea de salir a la contra, pero no nos ha salido nada», decía dejando al descubierto un sistema barrido por el agua. Y por si hubiera alguna duda, concluyó abriendo la caja de los truenos. «No es que nos haya faltado en el día de hoy, es que al equipo le falta mucho desde la primera jornada». Tracatrá.
Cala había hablado y sin José Mari, lesionado entonces, podía decirse que el vestuario había dictado sentencia . Cervera debía irse porque había perdido totalmente el control.
Más tarde, ya sin Cervera en el club, el secretario técnico Enriue Ortiz tuvo el feo gesto de recordar que el fiasco de fichaje de Álvaro Jiménez fue idea del entrenador cesado. Ni era el momento ni se entendió mucho. Pero también el extremeño dejó claro que el divorcio entre entrenador y club era manifiesto. Días antes, Cervera sólo se acordó de Juan Carlos Cordero en su despedida. De ahí, posiblemente, el rencor despertado en Enrique, un hombre de club.
Llegada de Sergio y cambio de estilo
Y en eso que llegó Sergio González y lo hizo con un discurso de unidad y no sólo empatizando con Cervera sino agradecido con el trabajo que habia heredado. La prueba más evidente de que Sergio no quería ningún tipo de problemas con el dios del cadismo fueron sus palabras de elogio a su antecesor, al que le hizo responsable de la victoria en el campo del Levante.
Pero si Sergio no quería, ni quiere enemistarse con su colega, no parece que sus jugadores quieran seguir su estilo. Y ojo, sus razones tendrán. Las más importantes, sin duda, deben ser tantas y tantas declaraciones de su extécnico con las que dejaba a la altura del betún el nivel cualitativo de sus jugadores. Jornada tras jornada decía y repetía hasta la saciedad que no tenía jugadores para hacer otra cosa que encerrarse y entregarle el balón al rival. Era contundente en sus explicaciones y a buen entendedor pocas palabras le faltan.
Ese 'no hay más cera que la que arde' que tanto gustaba a aus seguidores molestaba notablemente en un vestuario no tan distinto al que consiguió la proeza de la salvación el año pasado. Los éxitos del pasado, ese milagro del gafa que tanto repiten y repiten sus más acérrimos seguidores , caló tan hondo que llegó a crispar en un vestuario que ya no iba a la guerra de manera ciega con su entrenador. Y no por no dejarse la piel en el campo, que siempre lo hicieron, sino porque se había dejado de creer, tal y como manifestó esta semana pasada Iván Alejo , un jugador recuperado para la causa por Sergio.
Alejo no ha sido el único en hacer ver al personal que el equipo en manos de Cervera era un once sin alma, sin fe. Uno de los pesos pesados, Álvaro Negredo, fue mucho más severo en el diagnóstico global y personal . «Se ha demostrado que sí estaba para 90 minutos», dejó dicho en una entrevista a As un delantero que suma tres goles en el último mes. Además de ese palito a Cervera, también dijo que «a Sergio González siempre le ha gustado jugar y es lo que estamos intentando transmitir en el campo. Se ve que nuestro fútbol es diferente a lo que veníamos haciendo». Más claro, el agua.
Antes también pasaron dos jugadores que no estuvieron en Segunda pero que llegaron como fichajes de Arias en Primera. El portero Ledesma y el centrocampista Jonsson, que no se quedaron cortos tampoco. El argentino fue demoledor en su análisis tras el encuentor frente al Celta. «Es una idea nueva, un míster nuevo. Antes, la idea era controlar y pegar largo, ahora es otro sistema. Hay que ir agarrando la idea del nuevo entrenador. Yo venía de un año pegando al balón lo más lejos posible y ahora necesito adaptarme», dejó dicho dejando en evidencia las nulas y remotas ideas de intentar hacer algo creativo con el balón que se tenía antes de llegar Sergio.
También el danés siguió el mismo camino que su compañero. Jens Jonsson , en una entrevista con el medio de su país 'Campo' dice unas palabras reveladoras por su magnitud. «Ha sido liberador tocar un poco más el balón», comentaba literalmente desatrado el internacional nórdico antes de culminar alegando que «sí que se le da más importancia a lo que hay que hacer con el balón, pero eso no quiere decir que tengamos que jugar como el Barcelona».
Otro de los que no ha dudado en traducir a su manera lo que está suponiendo Sergio es Carlos Akapo , que nada más regresar de Africa tras hacer historia con Guinea Ecuatorial venía a decir estar adaptándose a un sistema «diferente al de Cervera. Es un juego con más posesión, más balón y también más llegada» .
Y si la revolución la empezó Caña en Pamplona hace poco más de un mes quien la ha terminado de culminar ha sido el capitán por derecho y que llevaba lesionado desde el Trofeo. Especialmente importantes son las declaraciones del que era la extensión en el campo de Cervera. José Mari manifestó estar al cien por cien con el nuevo entrenador y secundar con rotundidad el nuevo estilo, radicalmente distinto del que también defendió con orgullo y coraje. «Sergio ha cambiado el sistema para nivelar a un equipo que es muy fuerte. No digo que este sea el camino porque sí, lo digo porque lo pienso de verdad», manifestó a las claras un capitán que asegura que «la idea del míster la llevaremos a rajatabla, confiamos en ella».
Toda esta avalancha de declaraciones en las que no se deja muy bien al anterior estilo del entrenador pueden resultar coincidencia. Incluso puede que hasta cierto punto sea normal que los futbolistas un equipo nuevo se deshagan en elogios al nuevo entrenador, aunque sin echar por tierra el trabajo anterior. Máxime si el hombre que se ha ido ha estado seis años, es historia del club y un dios para la afición. Por todo ello, hablar como se está hablando, desde el análisis, en frío y a sabiendas de lo que se está diciendo no debe ser tan chocante cuando sí orquestado.
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