CRISIS DEL CORONAVIRUS
Decenas de temporeros gaditanos vulneran el cierre de fronteras para ir a trabajar a Francia
El Ayuntamiento de Alcalá del Valle pide la coordinación de los gobiernos de ambos países para que permitan el paso de estos trabajadores «con una mínima seguridad y garantía»
Alcalá del Valle es una localidad eminentemente agrícola. Cada año, entorno a un millar de vecinos de este municipio de la Sierra de Cádiz hacen sus maletas para trabajar en la recogida de la fruta y la vendimia en Francia.
A estas alturas del año, buena parte de ellos ya deberían de estar allí. Sin embargo, la crisis del coronavirus ha condicionado su marcha al país galo. El cierre de fronteras en Europa y el Estado de Alarma decretado tanto en España como en Francia prohíbe expresamente los desplazamientos entre países. Ni siquiera teniendo un contrato de trabajo en vigor y toda documentación en regla.
Pese a todo, son pocos los alcalareños que se resignan a quedarse en casa de brazos cruzados viendo cómo se les priva del que para muchos es su sustento económico de prácticamente todo el año . Y es que en situaciones de extrema necesidad, muchos se la juegan incluso sabiendo que están infringiendo la ley.
Hasta la fecha, unos 200 vecinos han conseguido cruzar la frontera y ya se encuentran en Perpiñán para trabajar en la recogida del melocotón y la nectarina. La mayoría de ellos lo han hecho atravesando carreteras secundarias para vulneran o minimizar la posibilidad de encontrarse con unos controles fronterizos que se han reforzado desde el pasado fin de semana. Una vez en Francia, incluso tienen que esconder los coches para que los gendarmes no detecten estos vehículos con matrículas españolas.
Otros temporeros no han tenido, por así decirlo, la misma suerte. Después de desplazarse hasta la frontera con Francia, les han prohibido el paso al país vecino y han tenido que volver a Alcalá del Valle.
La mayoría de los jornaleros emigrantes de Alcalá han preferido mantenerse a la espera para desplazarse dada la excepcional situación que estamos viviendo. Todavía desconocen si en alguna de las fases de la desescalada propuestas por el Gobierno español se les va a permitir cruzar la frontera por motivos laborales . Esta decisión también estará condicionada por el Gobierno francés, quién ya ha decidido prolongar su estado de emergencia sanitaria hasta el 24 de julio.
Francisco Ponce es uno de los vecinos que han optado por esperar en Alcalá del Valle: «Somos conscientes de que en esta situación está prohibido cruzar la frontera . Hemos llamado al Consulado General en Francia y nos insisten en que nos quedemos en casa. Hay gente que se ha quedado en el pueblo porque tampoco quieren estar en Francia como si fuesen unos fugitivos».
Este alcalareño reconoce que los vecinos de Perpiñan y Aviñón ven con recelo este año la llegada de los temporeros españoles para trabajar: «Alcalá del Valle ha salido en todos los medios por el brote de coronavirus que hemos tenido. Ha habido muchos contagios, hemos sido el Wuhan de Cádiz y ellos están al tanto de estas noticias».
«Lo suyo sería someternos al test de detección del Covid-19 para confirmar que no estamos contagiados, ir con nuestras papeles en regla y el contrato de trabajo y poder cruzar», afirma Ponce, quién reconoce que esperará hasta el mes de agosto para decidir si se desplaza o no a Francia para una campaña que se prolongará hasta el otoño.
Coordinación entre el Gobierno español y francés
Desde el Ayuntamiento de Alcalá del Valle están en continuo contacto con el Consulado y llevan a cabo labores de asesoramiento burocrático a sus vecinos para que tengan toda la documentación en regla. Rafael Aguilera, alcalde de la localidad, pide la coordinación entre ambos gobiernos para que los temporeros puedan ir a trabajar: « Estamos pidiendo que intervengan los distintos ministerios tanto de Francia como de España, porque no tiene sentido que los temporeros sigan recibiendo contratos de trabajo con fechas de inicio y contratos de vivienda y cuando llegan a la frontera les cierran el paso».
«Queremos que regulen la entrada de los emigrantes temporeros para que no se vayan a su suerte y viajen con una seguridad y una garantía mínima después de hacer mil kilómetros», ha explicado a este medio el regidor alcalareño.
Pese a este cierre de fronteras, Aguilera reconoce muchos hacen las maletas bajo su responsabilidad para buscar el sostén para sus familias: «Cuando están allí intentamos ayudarle como podamos. Yo lo que no voy a hacer es dejar tirado a un vecino emigrante . Si por eso me tuvieran que juzgar, pues que me juzguen».
En torno al 80% de los temporeros de Alcalá del Valle han decidido, por ahora, permanecer en el pueblo. Tanto el consistorio como los propios vecinos están a la espera de que, a partir del próximo 11 de mayo, se publique una posible modificación en el decreto del Estado de Alarma que permita este tipo de desplazamientos por motivos laborales.
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