El deporte, sin control calórico de la alimentación, no adelgaza

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Según el análisis científico ‘Sedentarismo, vida activa y deporte: impacto sobre la salud y prevención de la obesidad’, en la mayoría de las situaciones la obesidad se produce por un pequeño y continuado balance positivo de energía almacenada en nuestro organismo en forma de grasa, que excede a la energía consumida.

Para contrarrestar este efecto debemos entender los hábitos alimentarios y la práctica de actividad física como dos conceptos inseparables que persiguen el mismo propósito: ayudarnos a mantener un buen estilo de vida saludable y un correcto balance energético.

Así, los factores que influyen en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad no pueden ser analizados de forma aislada, sino en su conjunto y a través de un planteamiento amplio que centre los esfuerzos en la promoción de la actividad física y la reducción del consumo excesivo de calorías.

A este respecto, todos los alimentos y bebidas tienen cabida en la dieta si mantenemos una alimentación variada, moderada y equilibrada, siempre teniendo en cuenta que todas las calorías cuentan, provengan de donde provengan (si bien según ‘Obesity’, la revista de la Sociedad de la Obesidad, consumir bebidas light ayuda a las personas a perder peso).

Con todo, la práctica de ejercicio físico es la mejor herramienta para ‘gastar’ esas calorías que de otro modo se acumulan en el organismo. Para la doctora Marcela González-Gross, catedrática del Departamento de Salud y Rendimiento Humano de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte-INEF de la Universidad Politécnica de Madrid y miembro de CIBERobn, «actualmente la totalidad de la comunidad científica considera a este como una de las herramientas de salud pública con mayor potencial para prevenir el sobrepeso y la obesidad, ya que contribuye al balance energético entre las calorías que ingerimos y las que gastamos».

A este respecto la experta señala que diversos estudios han identificado cómo en los últimos 50 años la actividad física laboral se ha reducido en la media en unas 120 kcal/dia.