nuevo gobierno

Rajoy espera que Europa premie «los sacrificios» de España

Su visión del papel que debe jugar el Banco Central Europeo es parecida a la de Sarkozy y opuesta a la de Merkel

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Mariano Rajoy expondrá a los ciudadanos la "cruda realidad" de la situación económica de España durante el debate de investidura que se celebrará en el Congreso entre el 19 y 20 de diciembre. Pero el futuro presidente del Gobierno, antes de desvelar en casa los "sacrificios" que deberá afrontar el país, aspira a lograr de la Unión Europea el compromiso de que España recibirá alguna compensación a cambio de cumplir a rajatabla con los objetivos de reducción del déficit.

Rajoy es consciente de lo impopular de algunas de las medidas que piensa adoptar en cuanto llegue a la Moncloa. Por ello, quiere negociar con sus socios europeos alguna contrapartida que de alguna manera dulcifique "los tiempos difíciles" que vienen como él mismo avisó el sábado en Pontevedra. Su principal objetivo es reducir los intereses que paga en la actualidad España para financiarse en los mercados internacionales porque, de lo contrario, es consciente de que será casi imposible que los bancos puedan conceder créditos a empresas y familias y, de esta manera, que germinen las condiciones para crear empleo, en lo que el propio Rajoy define como un "círculo virtuoso".

El próximo jefe del Ejecutivo está convencido de que la apertura del grifo del crédito pasa por la compra masiva de la deuda soberana de España por parte del Banco Central Europeo (BCE) para frenar los movimintos especulativos en cada colocación de títulos y, en consecuencia, baje el interés que exigen los compradores para la financiación.

Una teoría que, por ahora, choca de frente con las tesis que quiere imponer la canciller alemana, Angela Merkel, para nada partidaria de esa política del BCE. Miguel Arias Cañete, uno de los más estrechos colaboradores de Rajoy al que diversas fuentes sitúan en el futuro Gobierno, evita pronunciarse sobre si el futuro presidente secunda la postura de Merkel o la del presidente francés, Nicolas Sarkozy, más predispuesto a que el BCE ponga fin a la convulsión de los mercados con la adquisición deuda soberana de los países en problemas. Arias Cañete explica que España defiende "un gran y definitivo acuerdo" en el Consejo Europeo que se celebrará el próximo viernes en Bruselas. "No podemos asistir impasibles a otro consejo que sea una solución transitoria y a medias que no produzca efectos profundos", remacha.

Un cónclave decisivo en el que no participará Rajoy, aunque los socios europeos sí conocerán la postura del futuro mandatario a través del presidente en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero. Ambos consensuarán la posición española durante una entrevista que se producirá antes del miércoles por la tarde, día en que Rajoy viajará a Marsella para participar en una reunión del Partido Popular Europeo y donde mantendrá reuniones bilateales con Merkel y Sarkozy, entre otros. En la ciudad francesa también se entrevistará con el secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner.

Arias Cañete asevera que, tanto en Bruselas como en Marsella, España "mandará el mensaje de que actuaremos como un país que aplicará unos criterios de estabilidad presupuestaria y de reducción del gasto público para cumplir con el objetivo de reducción del déficit". A partir de ahí, el exministro de Agricultura durante la etapa del presidente José María Aznar, advierte de que España no jugará sólo el papel de país que vote los acuerdos de la UE, sino que quiere "participar" en la elaboración de los mismos. Y, sobre todo, que "ese esfuerzo que va a hacer el pueblo español tiene que tener por parte de las autoridades comunitarias una respuesta positiva, porque, aunque España va a poner reformas estructurales en marcha, no traerán soluciones automáticas".

Primera línea

Arias Cañete enfatiza que lo deseable es la Unión Europea no se fragmente en grupos de países porque sería "malo" para el propio funcionamento comunitario, pero si al final se produce la división de una Europa de dos velocidades "España tiene que estar en el grupo de cabeza, lo mismo que estuvo en el nacimiento del euro". Eso sólo ocurrirá, a juicio del dirigente popular, si España es "ambiciosa" en su planteamiento para cumplir con el objetivo de estabilidad, "lo que nos hará ganar el respeto de la UE".

Las negociaciones entre España y los países europeos serán duras y, según recalca Arias Cañete, la "solida formación económica" de Rajoy será clave para solventar estas discusiones "porque la agenda europea está girando sobre las políticas económica y monetaria". Añade que su jefe de filas se siente "cómodo" con los líderes europeos. Reconoce que Rajoy lleva dos años volcado en la política doméstica "porque tenía que advertir al Gobierno socialista de la deriva errónea a la que nos estaban llevando sus medidas económicas". Pero ha mantenido en los últimos dos años "contactos fluidos" con líderes europeos que se redoblarán cuando jure su cargo como presidente.

Europa, además, ya conoce buena parte de los planes de Rajoy. En la última semana se los expuso al viceprimer ministro británico, Nick Clegg, y al vicepresidente de la Comisión Europea, el italiano Antonio Tajani.