Papandreu, pendiente de las noticia de hoy en Alemania. / Efe
CRISIS FINANCIERA

El futuro de Merkel y el euro se someten al Bundestag

El Parlamento alemán vota la ampliación del fondo de rescate a Grecia en lo que se entiende como un examen a la confianza de la canciller

CORRESPONSAL EN BERLÍN (ALEMANIA) Actualizado: Guardar
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Según la Ley Fundamental de Alemania, el Parlamento Federal es el órgano de representación del pueblo germano y los diputados no están ligados a mandatos ni instrucciones, y sujetos únicamente a su conciencia. Si los 620 diputados que integran la cámara baja en la actual legislatura fueran fieles al mandato constitucional, votarían este jueves en contra de la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF), un voto que acabaría con la carrera política de la canciller Angela Merkel y que desataría la peor crisis en el seno de la Unión Europea.

El 80% de la población alemana está en contra de seguir ayudando con más dinero a Grecia y no oculta su temor a que la crisis de la deuda en Europa ponga fin a varios decenios de riqueza y bienestar social en el país. Pero los diputados, en lugar de reflejar la justificada inquietud de los electores, responden a otros intereses y, este jueves, una amplia mayoría votará a favor de la ampliación del famoso FEEF, que obligará al país a comprometerse hasta en 211.000 millones de euros en avales para impedir la muerte súbita de la divisa comunitaria.

Los dos principales partidos de la oposición, el SPD y los Verdes, ya han anunciado que votarán a favor de la ampliación del FEEF, una decisión que impedirá que la eurozona se desintegre. Pero el interesado apoyo de los dos grandes partidos de la oposición no garantiza la supervivencia política de Angela Merkel, que hasta este miércoles no estaba aún segura de contar con una mayoría propia a causa de un grupo de rebeldes que no están dispuestos a votar por la ampliación.

Aunque la ley solo necesita de una mayoría simple de los diputados presentes para ser aprobada, la autoridad de la canciller alemana quedaría hecha trizas si no obtiene una mayoría propia, en un momento crucial para la Unión Europea, que, en medio de la peor crisis de su historia, solo recibiría un apoyo a medias de uno de sus miembros fundadores.

La prensa germana, algo raro en el mundo mediático del país, coincide en señalar que el voto de este jueves en el Bundestag es una "moción de confianza" encubierta para el gobierno de Merkel y para el futuro del euro. "La paz interna del continente está en juego" tituló el periódico conservador 'die Welt', mientras que el 'Tageszeitung' adviertía del riesgo de una "catástrofe política" si Merkel no logra su mayoría. "¿Como gobernaría la canciller dos años más con una coalición que le quita legitimación central en una cuestión capital?", se interrogo el rotativo de izquierda.

¿Motín a bordo?

La importancia de la votación y el peligro de una revuelta interna de sus propios diputados aliados convenció a la canciller a ofrecer, el domingo pasado, una inusual entrevista de una hora a la primera cadena pública de televisión, ARD, en la que pidió "responsabilidad" a sus diputados. El martes, Merkel advirtió a los miembros del grupo parlamentario democratacristiano que la votación de este jueves tenía un "interés mundial".

Aun así, Merkel fracasó a la hora de convencer a sus soldados y una docena de diputados de su propio grupo parlamentario señalaron que votarían en contra; entre ellos, Wolfgang Bosbach, el rebelde más famoso de la CDU: "Estamos avanzando a una comunidad de deuda y yo no puedo apoyar ese camino". Para evitar una crisis política que puede acabar con su carrera, Merkel necesita obtener este jueves la llamada "mayoría de la canciller", es decir, que los diputados de su coalición sumen la mitad más uno de los votos del parlamento a favor de la ley.