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Mubarak se recupera de una bajada de tensión sanguínea

El director del hospital en el que se encuentra el expresidente egipcio desmiente que esté en coma, como había informado la televisión estatal, mientras que sus abogado afirmaba que "se está muriendo"

EL CAIRO Actualizado: Guardar
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Las informaciones sobre la salud del expresidente egipcio Hosni Mubarak, de 83 años, siguen generando confusión y ya han pasado del coma en el que se suponía que estaba sumido a una mera súbita bajada de la presión sanguínea, de la que ya se encuentra recuperado "tras el suministro de los medicamentos necesarios. Su estado es estable", según han explicado fuentes médicas consultadas por la agencia de noticias estatal egipcia MENA.

La televisión estatal egipcia había anunciado antes que se encontraba en coma. El abogado de Mubarak, Farid el Dib, ha adelantado también que "se está muriendo". "Está muy mal", ha comentado el letrado cuando se dirigía al aeropuerto internacional de El Cairo para viajar a Sharm el Sheij, en el este del país. Pero el director del Hospital Internacional de Sharm el Sheij -en el que se encuentra ingresado desde poco después de su dimisión, el 11 febrero, tras semanas de protestas populares- ha desmentido haya entrado en estado de coma.

Fuentes médicas del hospital han confirmado que el expresidente egipcio Hosni Mubarak entra recurrentemente en estado de coma, pero que su situación es estable. "Mubarak está estable. Entra en coma ocasionalmente, pero no es nada nuevo", ha señalado un médico en declaraciones a Reuters bajo condición de anonimato.

El exgobernante está ingresado en ese centro médico desde el pasado 12 de abril, cuando sufrió un ataque al corazón durante un interrogatorio judicial. Mubarak está arrestado cautelarmente desde el 13 de abril y está previsto que el juicio en su contra comience dentro de poco más de dos semanas, el próximo 3 de agosto. Tanto Mubarak como sus dos hijos, Alaa y Gamal, están acusados de abuso de poder y enriquecimiento ilícito, así como de estar implicados en los ataques contra los manifestantes durante la revuelta popular que comenzó el pasado 25 de enero y terminó con la renuncia del presidente, el 11 de febrero.