fuertes lluvias

Polémica en México ante la tragedia que se quedó en el derrumbe de cuatro casas en Oaxaca

El último balance descarta que se hayan encontrado víctimas mortales y rebajan ocho niños y tres adultos la cifra de las personas que se encuentran desaparecidas

MÉXICO Actualizado: Guardar
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La comunidad indígena de Tlahuitoltepec, en el sureño estado mexicano de Oaxaca, se ha encontrado hoy envuelta en un escándalo después de que un alud que en realidad cubrió cuatro casas fuera considerado en principio como una tragedia nacional con centenares de víctimas.

Cientos de soldados, brigadas de rescate, helicópteros, excavadoras, funcionarios del gobierno de Oaxaca y del Ejecutivo federal y periodistas se movilizaron rápidamente el martes a esta comunidad de 8.900 personas de la etnia mixe porque se creía que estaba sepultada bajo la tierra de un cerro desgajado a consecuencia de las fuertes lluvias. El gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, anunciaba que un alud de tierra había enterrado unas 300 viviendas, y que podían haber muerto hasta un millar de personas. Mientras que el presidente de la Cruz Roja, Daniel Goñi, dijo cuando se acababa de difundir la noticia de la supuesta hecatombe, que la tarea de calcular el número de víctimas era "casi como determinar la erupción de un nuevo volcán". Mientras la noticia se extendía, numerosos mandatarios extranjeros ofrecieron su ayuda a México.

La noche del martes un grupo de soldados logró pasar los cerca de 30 derrumbes que había en la carretera que conecta a la comunidad afectada con la población turística de Mitla, seguidos de varios periodistas en camionetas todoterreno. El aspecto del camino hacía prever lo peor, pero cuando los grupos de salvamento arribaron a la población se encontraron con que el alud había cubierto cuatro casas y no 300, y que en vez de mil desaparecidos había unos once.

Sortean la culpabilidad

Algunos dedos apuntan la responsabilidad del secretario de Bienes Comunales, Donato Vargas, y el alcalde de Tlahuiltoltepec, Antonio Martínez Gómez, quienes en la madrugada del martes hicieron una llamada de auxilio con un teléfono satelital a las autoridades estatales, describiendo un verdadero cataclismo. Vargas y Martínez se han defendido y han negado ser los responsables de la "mala interpretación" de los datos que causaron una movilización nacional de recursos, personas y solidaridad.

Vargas incluso ha culpado al Ejército y ha señalado que fueron los uniformados los que llegaron a la comunidad indígena "con un dato de 8.000 muertos, ocho mil sepultados y desaparecidos, dato que nunca proporcionamos". "No hablamos ni de mil muertos, sino de 8.000 'afectados' en general en la población, y de 500 personas afectadas o familias, y de 100 viviendas afectadas" (sic), ha señalado Vargas, quien ha reconocido que el general del Ejército mexicano que dirigió la operación de rescate lo acusó de "mentiroso" y sostuvo que los militares se quejaron porque "sólo había once muertos". "Nosotros reportamos a Protección Civil que muchas casas se habían quedado dentro del lodo al caerse un cerro, no hablamos de personas muertas porque no tenemos el número y no hay un censo de las casas", señaló, por su parte, el alcalde Martínez.

Continúan las labores de rescate

Las labores de rescate son dirigidas por los propios pobladores de la comunidad y de momento no han encontrado ningún cadáver. Una fuente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) ha señalado que a su juicio las autoridades del pequeño poblado, situado en las laderas de la Sierra Norte de Oaxaca, "inflaron" intencionalmente la cifra de muertos para lograr que el gobierno estatal retirara los aludes que mantenían cerrada desde hace una semana la única vía de acceso al pueblo. No obstante, ha reconocido que existe un peligro real para decenas de familias que habitan casas construidas sobre tierra blanda que podrían venirse abajo si continúan las lluvias en la zona.

Decenas de camiones con víveres, ropa, colchonetas y agua llegaron a Tlahuitoltepec en la tarde del miércoles, mientras decenas de socorristas y de medios de comunicación abandonaban la población, en la que tuvo lugar la "catástrofe". Los diarios mexicanos titulaban hoy con frases como "El cataclismo que quedó en infortunio", del diario Excelsior o "Falsa alarma genera emergencia nacional", con que abre El Universal.