Garmendia pide irse y abre una nueva brecha en el Gobierno
La titular de Ciencia e Innovación ha intensificado las gestiones para regresar a la actividad privada coincidiendo con la idea de Rodríguez Zapatero de amortizar este Ministerio
MADRID Actualizado: GuardarLa crisis en el Ejecutivo presidido por José Luis Rodríguez Zapatero se hace cada día más visible. A la anunciada retirada del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y a la probable salida de la titular de Sanidad, Trinidad Jiménez, si ganara las primarias en Madrid, habría que sumarle la de Cristina Garmendia, quien dirige el departamento de Ciencia desde abril de 2008. Según informa el diario ABC, Garmendia ha intensificado las gestiones para regresar a la actividad privada coincidiendo con la idea de Rodríguez Zapatero de amortizar este Ministerio.
Retirarse justo antes de verse obligado a marcharse es una estrategia bastante saludable, especialmente de cara a la opinión pública y al currículo del afectado. Este podría ser un buen resumen del escenario que parece avecinarse en el Ministerio de Ciencia e Innovación.
El presidente del Gobierno querría así apuntarse un tanto al presentar como una medida de ahorro público la eliminación de la cartera de Ciencia, integrándola en un 'súper-ministerio' que asumiría sus actuales funciones. En este punto Zapatero se encontraría, según las mismas fuentes, dilucidando si potenciar Educación o Industria, lo que por otra parte siempre ha sido una de las pretensiones de Miguel Sebastián al frente del sector industrial. De hecho, una materia importante de las competencias de Ciencia e Innovación (Universidades) ya se entregaron al Ministerio de Educación meses atrás, lo que abrió una severa fisura en los planes de la ministra, investigadora y empresaria del sector de la biotecnología que siempre quiso aplicar en el Gobierno su experiencia de ejecutiva.
Garmendia, sabedora de que su Ministerio ya no forma parte del 'core business' gubernamental, ya comunicó al principio del verano al presidente del Gobierno su intención de regresar al mundo de la empresa privada, donde mantiene una excelente reputación como gestora. La eventual salida de Cristina Garmendia en la próxima remodelación de Gobierno da otra vuelta de tuerca a la complicada situación de Zapatero para transmitir normalidad y estabilidad en su equipo.
"No hay dimisión"
ABC se puso ayer en contacto con el Ministerio de Ciencia, desde donde se limitaron a asegurar que "la ministra no ha presentado ninguna dimisión". Y así es, no es una cuestión de ceses sino de salidas pactadas para evitar transmitir más tensiones de las justas dentro de un Ejecutivo acosado por la crisis económica.
La piedra de toque de la crisis en Ciencia e Innovación está en el drástico recorte en investigación, lo que hizo saltar todas las alarmas en la comunidad científica y dejó contra las cuerdas a este Ministerio, con un presupuesto al nivel de varios años atrás. Zapatero anunció en su momento un recorte del 16% de media en los gastos de los ministerios, pero el proyecto para este año elaborado por Economía y Hacienda adjudica a Ciencia e Innovación 4.700 millones de euros, lo que supone ya un 11% de reducción de la partida general respecto a 2009 (5.380 millones), aún restando la parte de Universidades que se contabiliza en Educación.
Tijeretazo en Ciencia
Garmendia siempre encajó bien las decisiones de Zapatero e incluso llegó a asegurar que "estos son los mejores presupuestos que puede tener España", aunque cada día su posición era más incómoda con sus interlocutores sectoriales, quienes le echaban en cara aceptar un tijeretazo del 15% en I +D.
Pero para los investigadores no sólo se trataba de perder dinero. "El daño más grande incidirá en el clima de confianza, incluso en la admiración, que habíamos despertado entre la comunidad científica internacional apostando por una España basada en la economía del conocimiento y no en una sociedad del cemento", dijo el presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España, Joan Guinovart. Asimismo, advirtió de que "un frenazo en este momento, ante el primer escollo, daría el mensaje de que abandonamos el camino emprendido. Emitiríamos señales de humo diciendo que la investigación no es un objetivo prioritario para nuestro país".
Luego, el pasado mes de mayo, llegó la Ley de Ciencia, con dos años de retraso, y las críticas de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), que agrupa a 30.000 miembros, amén del rechazo de jóvenes investigadores y sindicatos.
La ministra Garmendia, a la espera de la remodelación del Gobierno, volverá a buen seguro al sector privado para engrosar su fama de eficaz gestora y buena conocedora de la industria de la biotecnología; sin duda, cualidades incompatibles con ser un objeto decorativo dentro del Gobierno.