Corbacho se da tres semanas para tomar decisiones sobre la reforma laboral
El ministro de Trabajo asegura que tomará medidas si la patronal y los sindicatos no llegan a un acuerdo en los próximos quince días
GIJÓN Actualizado: GuardarEl ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha desvelado que el Gobierno se da de margen tres semanas para tomar decisiones sobre la reforma laboral, "en el caso de que la patronal y los sindicatos no lleguen a un acuerdo en dos semanas". Un plazo en el que confía en que se alcance un consenso sobre una reforma que considera necesaria pero que no va a ser la que cree centenares de puestos de trabajo al día siguiente.
Pendiente del acuerdo entre la patronal y los sinducatos, Corbacho ha defendido que "si no es posible, quedan tres semanas para ver qué pasa". Para él, 15 días, pese a no ser un tiempo marcado, es "razonable" para poder conseguir ese consenso. "No se puede demorar más allá", "si no hay acuerdo, "cada uno deberá explicar por qué".
El secretario general de la CEOE, José María Lacasa, ha valorado que los temas están "suficientemente debatidos", y es "urgente" poner "blanco sobre negro" para terminar la negociación. Lacasa descarta, como pide CCOO, que se produzca la reformas en dos tiempos, ya que la CEOE "desde el principio apuesta por una reforma global". Preguntado por qué no se cierra el acuerdo ya, su respuesta es que "en una negociación todos estamos implicados, y no quiero repartir culpas entre unos y otros; si no somos capaces de cerrar un acuerdo, será un problema de las tres partes".
Corbacho ha sostenido que los puntos planteados en el documento son "razonables" para obtener ese acuerdo. Aún así, el ministro confía en la responsabilidad de los agentes sociales. En este sentido, ha manifestado su deseo de que el PP celebre el acuerdo. "Espero que la primera declaración que haga el Partido Popular no sea descalificarlo sino felicitarlo y decir que le dará soporte en el Parlamento".
Otros modelos y recetas para la crisis
Con todo, Corbacho ha alertado de que la reforma laboral no significa que al día siguiente las empresas empiecen a contratar más y ha matizado que esto no pasará hasta que la producción suba y así será cuando se incremente el consumo que lo hará cuando haya más fluidez de crédito para familias y pequeñas empresas. Hace falta, por ejemplo, que la temporada de turismo sea mejor y que los hoteles estén al 85% de ocupación y no al 70. El ministro ha insistido en que si faltan los créditos fallan los cimientos de la economía y se destruye empleo. Sin crédito no se conseguirá animar la economía y generar puestos de trabajo.
En España, se junta la sobreocupación del mercado laboral con una baja cualificación, a su entender, y con una "excesiva" temporalidad. Corbacho ha indicado que del total de puestos de trabajo destruidos, el 68% eran de contratos temporales y el resto, en su mayoría, despidos individuales, con un pequeño peso en cambio de los ERE pese a ser más mediáticos. Frente a esta situación, sitúa al modelo alemán, que permite aplicar una reducción de un tercio de la jornada laboral para mantener el empleo. Para el ministro, lo importante no es quién paga esa diferencia de salario sino que el trabajador siga empleado y que la empresa no desaparezca. No obstante, ha advertido que los modelos no se pueden trasladar "miméticamente" y que el alemán funciona siempre que la crisis sea coyuntural.
Como receta a la crisis, ha mencionado la reforma laboral y que los políticos lleguen a un acuerdo para "remar en la misma dirección", así como que la Administración, en sus tres niveles, dé signos de contención económica y austeridad. "Ha llegado el momento de priorizar, no es posible hacer lo que hace cuatro años". Además, ha dicho confiar en la capacidad de las empresas para innovar y les ha instado a que la desarrollen con espíritu de concienciación y concertación.