Sergio Romero (Cs): «Unos hacen política al ritmo de la actualidad, nosotros para el futuro»

Fran M. Galbarro

28/02/2021
Actualizado a las 09:58h.

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- Estaba preguntando al resto de diputados que dónde estaba el 28 de febrero de 1980 y cómo lo recuerda... pero creo que usted tenía apenas meses de edad. ¿Qué significa para usted esa fecha?

El 23F fue la reafirmación de una voluntad colectiva que comenzó con la Transición. España fue ejemplo ante el mundo por pasar en apenas un año y medio de una dictadura a una democracia plena, con una monarquía parlamentaria que trajo crecimiento, prosperidad y libertades para todos sin distinción. Un intento de golpe de Estado no es nunca una buena noticia, pero afortunadamente supuso una prueba irrefutable de la fortaleza de un nuevo sistema político que, aunque joven, estaba cohesionado y tenía claros cuáles eran sus principios: democracia, libertades, respeto y paz.

Pese a no haberlo vivido, creo que el 23F despejó cualquier duda sobre el modelo de país que queríamos y votamos en 1978, y hoy sigue siendo un ejemplo frente a aquellos que no creen en el sistema, o sí creen pero no hacen nada para evitar que se deteriore. Pero que nadie tenga duda: la democracia se consolida cada día, trabajando y demostrando compromiso con los valores que nos identifican. De nada sirve vivir del éxito cosechado hace 40 años.

- ¿Qué ha cambiado en Andalucía desde entonces?

Andalucía ha ido ganando autonomía, competencias y peso territorial en España desde que se instauró la democracia. El Estatuto de nuestra comunidad es el texto base que nos rige, y los principios siguen tan vigentes como el primer día. Sin embargo, ocurre algo parecido con lo que mencionaba antes: la autonomía no es algo que cae del cielo. Como políticos, debemos trabajar cada día para reivindicar justicia territorial, solidaridad e igualdad al gobierno estatal.

Andalucía ha estado castigada durante muchos años. La desigualdad social, el paro, la pobreza, los niveles educativos de fracaso y abandono… todo eso son problemas que, 40 años después, siguen vigentes, y nadie ha movido un dedo seriamente para arreglarlo, ni en Madrid ni en Sevilla.

Afortunadamente, los andaluces tienen hoy un gobierno que ha cambiado esa etapa oscura de abandono, corrupción y desidia por transparencia, regeneración y proyectos de futuro. El camino es largo, pero la recompensa merece la pena.

- 40 años después Andalucía es la comunidad con más paro de España. ¿Qué ha fallado?

El fallo ha sido multiorgánico, desde presupuestos que no se ejecutaban, hasta planes de ayuda que no llegaban, falta de previsión, de estrategia y, sobre todo, de evaluación, pero con las cifras se explica más sencillo: solo para Empleo, en sus 10 legislaturas como gobierno, el Partido Socialista gestionó 102.000 millones, y jamás bajamos de los dos dígitos, por no hablar del paro juvenil, que es el más alto de Europa. No hay excusas. El paro no es una maldición bíblica, y Ciudadanos lo está demostrando profesionalizando el Servicio de Empleo y promoviendo políticas reales para el autónomo, las personas del mundo rural, la mujer y los jóvenes. Tenemos un plan para sacar a Andalucía del pozo, pero obviamente se necesita tiempo. Después de 40 años de parálisis, esta comunidad necesita tiempo. Pero estoy seguro de que vamos a despegar. De hecho, ya lo estamos haciendo.

- ¿Qué ha cambiado su partido el tiempo que ha estado gobernando?

El cambio es global en Andalucía, pero si nos ceñimos a las áreas que gestiona Ciudadanos, destacaría la apuesta decidida por el empleo, la educación, las políticas sociales y la regeneración. Veníamos de casi 40 años de corrupción, de récords de paro, sobre todo el juvenil; éramos casi la comunidad con más fracaso y abandono escolar; en materia de igualdad, había propaganda, pero luego se gastaba solo el 25% del presupuesto para luchar contra la violencia de género.

Andalucía no ha apostado nunca por el empleo y los autónomos como lo ha hecho con Ciudadanos en la Junta. En las próximas semanas, verán la luz la Ley de Infancia y la Ley de Autoridad Docente, y hoy se ha aprobado precisamente la Ley de Lucha contra el Fraude y la Corrupción.

Son pasos importantísimos. Quizá no copan los titulares ni los informativos, pero el cambio es profundo. Mientras unos hacen política al ritmo de la actualidad, nosotros hacemos política útil, para el futuro. No será tan mediática, pero sí más justa. Y, sobre todo, más efectiva.

- Andalucía, y Cádiz en particular, lideran hoy las cifras de éxodo laboral en España. ¿Es posible frenar esa sangría?

No es que crea que es posible, es que estoy seguro de que vamos a lograrlo. Andalucía, y Cádiz tiene talento, recursos y potencial de sobra para estar a la altura de las grandes capitales europeas. Lo tenía antes y lo tiene ahora. La diferencia es que ahora existe un plan, una estrategia definida, y antes no. Ahora se evalúan las políticas y antes no. Ahora se controla el gasto y antes no.

Esa sangría se frena dándole herramientas a quienes generan empleo en nuestra tierra: los autónomos. Se frena invirtiendo en formación profesional creando itinerarios en función de las necesidades de cada territorio, planificando políticas activas de empleo y ejecutándolas hasta el último céntimo, premiando al talento, impulsando las startups. Se frena haciendo del SAE un servicio ágil y moderno, como estamos haciendo, y ayudando a los colectivos que más sufren la lacra del paro: las mujeres, los jóvenes y las personas de más de 50 años. Pero, una vez más, se necesita tiempo.

En dos años no es posible revertir una inercia negativa de casi cuatro décadas, pero que nadie lo dude: no vamos a parar hasta poner a Andalucía en el lugar que se merece.

- ¿Cómo cree que cambiará la pandemia a Andalucía?

Creo que la pandemia nos está haciendo más resistentes, pero, personalmente, también me frustra ver escenas en las que la gente muestra poca conciencia y poco respeto por aquellos que llevan un año jugándose su vida por salvar la nuestra.

Confío en que la pandemia nos enseñe de una vez que invertir en I+D y en ciencia no es tirar el dinero. Confío en que aprendamos que las pandemias y los grandes problemas no se resuelven con gritos, con bloqueos, con insultos o con menosprecio político. Y confío, aunque eso es más un deseo, en que la pandemia nos haga un poco más solidarios. Que aprendamos a valorar que lo que tenemos es un regalo, y que cada día es una oportunidad para ser mejores, como políticos, como ciudadanos y, sobre todo, como personas.

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