Recompensa por los golpes recibidos

López Gil abandona la delegación del Gobierno de la Junta en Cádiz para asumir en Sevilla la viceconsejería de Presidencia

Recibió el cargo en el peor momento y ha sido el ‘puching ball’ de los exdelphis durante cinco años

López Gil en rueda de prensa Francis Jiménez

JAVIER RODRÍGUEZ

La espera tiene su recompensa. Fernando López Gil, hasta este mismo martes, delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, da el salto a Sevilla para ser viceconsejero de presidencia . Es una forma elegante de su amigo Manuel Jiménez Barrios, actual Consejero de Presidencia, de premiar a un compañero por los servicios prestados en político. López Gil asumió el cargo de delegado del Gobierno en Cádiz en julio de 2012 tras las elecciones autonómicas de marzo en las que el PP se impuso al PSOE, pero Susana Díaz logró el mando de la Junta gracias a un gobierno de coalición con IU.

López Gil se había presentado como candidato a la alcaldía de San Fernando en las municipales de mayo de 2011, pero su innovadora campaña electoral no logró que los isleños le dieran el respaldo mayoritario. El PP se hizo con la Alcaldía y López Gil quedó relegado a la oposición. Sin embargo, su figura en el seno del partido iba ganando enteros. No hay que olvidar que López Gil ganó las municipales en La Isla en 2007 pero el voto a favor del PP durante la investidura le dio la alcaldía al andalucista Manuel María de Bernardo. Fue un duro golpe para López Gil, que intentó superar en las municipales de 2011 pero tampoco lo consiguió.

López Gil era entonces uno de los cachorros socialistas llamados para liderar algo en el PSOE. No se sabía muy bien qué, pero el partido entonces estaba inmerso en una batalla interna por el liderazgo, más bien, por el cambio generacional. Susana Díaz luchaba en Sevilla contra el sector pizarrista-oficialista que había dejado Manuel Chaves como guardia pretoriana del PSOE andaluz. Sin embargo, José Antonio Griñán, presidente de la Junta, era más partidario de la renovación. Fue Susana Díaz la que recogió este testigo y se encargó de cambiar al partido provincia por provincia . Los renovadores empiezan a si su carrera hacia el éxito. Dos personas emergen en Cádiz abanderando la renovación del PSOE, por un lado, Irene García, entonces alcaldesa de Sanlúcar, y Fernando López Gil, concejal de San Fernando.

Cádiz ha vivido en los últimos años una dura transición del ‘pizarrismo’ u oficialismo hacia la renovación o ‘sunanismo’, iniciado por José Antonio Griñán y ultimado por Susana Díaz.

Así el PSOE gaditano ha respirado en los últimos cuatro años una etapa de aparente tranquilidad gracias al triunfo del sector renovador en el congreso provincial del 14 julio de 2012, donde la entonces alcaldesa de Sanlúcar y ahora presidenta de la Diputación, Irene García, se hizo con las riendas del partido tras derrotar por 46 votos de ventaja al candidato oficial, el alcalde Barbate, Ragfael Quirós. La nueva corriente siempre contó con la supervisión de sus ideólogos , los veteranos Manuel Jiménez Barrios, Juan Cornejo, José Luis Blanco y Rafael Román, este último, firme defensor ahora de la candidatura de Pedro Sánchez. .

El mensaje que trasladó entonces García a los militantes distó muy poco del que ofreció el 27 de junio de 2012 en el hotel Barceló cuando presentó su candidatura a la secretaría del PSOE de Cádiz. La esencia del discurso era la renovación, la llegada de un nuevo tiempo para el PSOE de Cádiz y, sobre todo, el fin de esa división interna que había terminado por encasillar al partido y por obstaculizar su labor en la calle y en las instituciones.

Empieza así la carrera ascendente de Irene García y de López Gil , aunque cada uno toma caminos diferentes. García abandona la alcaldía sanluqueña para centrarse en el partido como secretaria provincial y en la presidencia de Diputación, mientras que López Gil asume el cargo de Delegado del Gobierno en Cádiz en uno de los momentos más difíciles.

La sombra de Delphi perseguirá siempre a López Gil y esta, quizás, haya sido su tumba política en la provincia. López Gil tuvo que lidiar entre 2012 y 2013 con el fin de las ayudas de la Junta al colectivo de extrabajadores. Es decir, el Gobierno regional ponía fin a cinco años de cursos de formación pagados al colectivo y marcaba las distancias con el protocolo de recolocación firmado con los parados de Delphi en junio de 2007. Esta medida levantó las iras de los exdelphi contra López Gil que lo arrinconaron a cada paso que daba . Además, el delegado del Gobierno también se vio contra las cuerdas en la negociación con la multinacional BWI, que quiso instalarse en los antiguos terrenos saltándose la normativa laboral española. Los exedelphis también cargaron contra López Gil por el abandono de BWI. El colectivo ha culpado siempre al delegado del Gobierno del fiasco de las negociaciones entre Junta y parados para lograr una solución.

Han sido cinco años de golpes bajos y proyectos sin acabar. El PP le ha reprochado también su incapacidad para culminar a tiempo la obra del tranvía , la Ciudad de la Justicia o el atasco en la reordenación de la plaza de Sevilla.

López Gil busca aires nuevos en Sevilla. Toca saber ahora si volverá a ser candidato en las municipales de 2019 o disputará a Irene García en un futuro la secretaría del partido en Cádiz.

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