CORONAVIRUS CÁDIZ

Los rastreadores de la Armada en Cádiz han avisado a más de 2.400 personas de que han tenido contacto con enfermos de Covid-19

La misión de la Sección de Vigilancia Epidemiológica del Tercio de Armada es frenar la propagación del virus, localizando a contactos de positivos y concienciándoles para que hagan la cuarentena

Los capitanes Amaya y Vidal, de la SVE, supervisando a los rastreadores. Antonio Vázquez

Verónica Sánchez

Amplia sala. Ventanas abiertas. Uniforme mimetizado y mascarillas. Armados con teléfono y ordenador luchan contra el enemigo que hace siete meses cambió para siempre nuestras vidas. Es la Sección de Vigilancia Epidemiológica del Tercio de Armada , en San Fernando, que se puso en marcha el 28 de septiembre .

Son los primeros rastreadores de la Armada y en menos de un mes han realizado 2.063 llamadas a casos índices (Covid-19 positivo) . 1.558 de ellos les han contestado y facilitado sus contactos. Han conseguido 2.677 contactos y han contestado a su llamada 2.404, a los que han avisado de que han tenido contacto con un enfermo de coronarivus y, por lo tanto, deben guardar la correspondiente cuarentena de 10 días. En total, han hecho más de 4.000 llamadas en su labor de rastreo.

En la Sección de Vigilancia Epidemiológica (SVE) del Tercio de Armada en San Fernando, localizada en el Segundo Batallón de este acuartelamiento gaditano, trabajan 30 rastreadores, todos ellos infantes de Marina. « La próxima SVE en activarse radicará en la Base Naval de Rota y está compuesta por marinería de los buques y resto de unidades sitas en Rota», explica la Armada a este periódico. También contará con 30 rastreadores, como cada SVE de la Armada, y entrará en servicio «en cuanto se solicite su activación por parte de la Junta» , ya que «la Armada tiene disponibles en Andalucía hasta 150 rastreadores».

Llamadas de 20 minutos

La mayoría de los rastreadores del Tercio de Armada, al frente de los que está el capitán Sebastián Amaya, son voluntarios y, subraya la Armada, «como era de esperar, muestran una enorme dedicación, ilusión y compromiso al realizar esta labor» . Trabajan en dos turnos de 15 personas cada uno, de lunes a viernes, en horario de 8 a 20 horas. Cada llamada que realizan es «de calidad, de al menos 20 minutos, realizando así un rastreo eficaz», como señala la capitán enfermera de la SVE Patricia Vidal.

Todos han realizado el curso de rastreador Covid-19 , impartido por la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar del Ministerio de Defensa, en el campus virtual. «La comprensión de los conceptos, el cálculo de los periodos infectivos, aislamiento y cuarentena, son elementos clave para que el rastreador consiga desarrollar su labor de la manera más profesional y con garantías de eficacia», explica la Armada. Además, durante esta formación se remarcan y se ponen en práctica los conocimientos sobre protección de datos, confidencialidad, seguimiento a menores de edad y personas con algún tipo de dificultad comunicativa.

«El objetivo principal es que los rastreadores adquieran unos conocimientos sólidos para diferenciar signos y síntomas de la Covid-19 de otros que no lo son. Se proporciona a los alumnos herramientas para profundizar en los factores de riesgo de cada paciente, logrando una investigación eficiente sobre los antecedentes personales de los mismos, incorporando a los sistemas de seguimiento de aquellos pacientes más vulnerables», detallan las mismas fuentes oficiales. Y es que hay que tener en cuenta que a cada caso índice (Covid positivo) se le pregunta por su actividad desde dos días antes de empezar a encontrarse mal o ser detectado como positivo en coronavirus.

Además, en Adalucía, los mandos de cada Sección de Vigilancia Epidemiológica han recibido instrucción por la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la Base Aérea de Morón de la Frontera, sobre «el procedimiento a llevar a cabo con la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía en la aplicación 'Seguimiento Covid-19', procedimientos sanitarios, adiestramiento psicológico y jurídico».

Por último, antes de su activación, todos los rastreadores de la Armada realizan una semana presencial de integración en el lugar donde desarrollarán su labor. Durante esta semana reciben adiestramiento sobre los procedimientos de rastreo, así como conferencias de formación por parte de oficiales sanitarios, psicólogos y jurídicos. Las conferencias hacen especial hincapié en las habilidades sociales de comunicación de los rastreadores , para, subraya la Armada, «garantizar el cumplimiento de la misión con las máximas garantías en cuanto a eficacia, calidez y cortesía de la comunicación con el personal implicado en el proceso de vigilancia epidemiológica».

La cuarentena, fundamental

Una vez en su puesto el rastreador accede a la aplicación de la Junta de Andalucía 'Seguimiento Covid-19', que presenta un listado de casos índices pendiente de rastreo. El miliar selecciona uno (que puede ser de cualquier provincia andaluza), llama por teléfono y, después de presentarse, comienza el rastreo. «Se pregunta al caso índice por los contactos estrechos que ha tenido desde 48 horas antes de la aparición de los síntomas o de la prueba PCR en que dio positivo, para los casos asintomáticos. Estos datos son volcados en la aplicación, dando de alta los contactos estrechos de cada caso índice», explican.

Tras ello, el rastreador llama a los contactos estrechos facilitados , del entorno social, familiar o laboral, y les comunica que han tenido relación con un caso de coronavirus positivo. «En la mayoría de las ocasiones saben que han estado en contacto con un positivo, porque son familiares. En pocos casos nos hemos encontrado con que no sepan nada. Y ahí se complica más la situación porque tenemos que concienciarles de que es importante la labor que están haciendo de quedarse en casa», cuenta a este periódico el soldado Conrado Hernández, uno de los infantes rastreadores. En la llamada se completan los datos del contacto y se le indica que tiene que hacer cuarentena durante diez días, las condiciones idóneas para la misma (separado del resto de convivientes) y se le informa de la fecha de finalización de la misma, según el día de la última exposición que tuvo con el caso índice.

«Cuando terminan cierran el caso y se entiende que su Centro de Salud se pondrá en contacto con ese personal para realizar o no prueba diagnóstica, porque a veces simplemente el aislamiento limita la propagación del virus», detalla la capitán Vidal. «La gente es agradable, suele hacer caso» , declara el cabo Eduardo Calzón, otro de los rastreadores.

Si recibe la llamada de alguno de ellos, no se asuste. Y recuerde, usted es «una pieza clave del sistema sanitario en la lucha contra el coronavirus, debe quedarse en casa para acabar con la pandemia », subrayan los rastreadores. «En cada llamada intentamos que nuestro interlocutor sea consciente de ello». Hágale caso, al otro lado del teléfono tiene a un soldado que cada día se levanta con el objetivo de ganar la batalla frente al Covid-19.

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