SUCESOS

Queman de madrugada como represalia uno de los barcos que participó en desmontar las anguleras

El buque, que utilizan científicos de la Universidad de Córdoba para estudiar la esquilmación de especies en el Guadalquivir, ha aparecido este jueves calcinado

El barco ha aparecido quemado esta mañana en Lebrija. La Voz

M. Almagro

El buque que los científicos de la Universidad de Córdoba han utilizado para poder estudiar la esquilmación de la macrofauna del estuario del Guadalquivir por la pesca ilegal de angulas ha aparecido en la mañana de este jueves calcinado . Según fuentes consultadas, el barco ha sido quemado esta pasada madrugada, justo horas después de que comenzara la operación de la Guardia Civil 'Ave Fénix' dirigida a desmontar 54 estructuras anguleras en la desembocadura del río.

Los científicos y los estudios que han desarrollado han sido clave para poder cuantificar el daño que la captura ilegal de angulas provoca en el ecosistema de este entorno fluvial. Así se destacaba ayer en el importante operativo puesto en marcha para el desmontaje de estas estructuras, por lo que todas las sospechas señalan a los furtivos, quienes podría haber tomado contra ellos estas represalias por desmontar las anguleras.

Tal y como explicaba el director de esta investigación, el catedrático en Biología de la Universidad de Córdoba, Carlos Fernández, los riacheros (como se conoce a estos pescadores furtivos) usan redes de un milímetro de luz de malla, por lo que todas las especies que cohabitan con la angula caen con este arte de pesca, que tiene una especial eficacia destructiva para la vida en los ríos.

El estuario del Guadalquivir es una de las zonas más importantes de la fase de cría y engorde de más de un centenar de especies diferentes, por lo que el daño que se puede producir al pescar con este tipo de redes es «un claro exterminio» , afirmaba.

Se calcula que con cada marea, en cada uno de estos copos los furtivos atrapan a 1.700.000 individuos alevines por cada 3.000 angulas –aproximadamente un kilo–. Así que si se siguen sumando, por cada calado y día, el número de pescados que se quedan muertos en estas redes es casi incalculable. «En el Guadalquivir se crían todos los boquerones, sardinas, lenguados, acedias, langostinos que después se pescan en el Golfo de Cádiz. Si durante esta estancia de los alevines se ponen las redes estos se tiran muertos y son miles», explicaba a este medio. Este grupo de expertos concluyó que este pasado mayo se llegó a los 150 kilos de alevines muertos por kilo de angulas.

El barco se encontraba fondeado en Lebrija por lo que será la Guardia Civil de Sevilla quien dirija la investigación sobre este posible sabotaje para intentar identificar a sus autores. No es la primera vez que este equipo de investigación recibe sabotajes y amenazas por parte de pescadores furtivos.

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