TRIBUNALES

El parricida de Sanlúcar, condenado a quince años de prisión por homicidio

Antonio Núñez deberá indemnizar además con 130.000 euros a sus dos hermanos y a su madre y esposa del fallecido

El joven acudiendo al juicio la pasada semana. Antonio Vázquez

M. Almagro

Antonio Núñez, el joven que acabó con la vida de su padre en Sanlúcar de ocho puñaladas ha sido finalmente condenado a quince años de prisión, después de que el jurado popular lo declarara culpable de estos hechos tras el juicio en el que él mismo admitió que había sido el autor del crimen.

En la sentencia, facilitada por el TSJA, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial condena al acusado por un delito de homicidio doloso y le impone quince años de prisión, la prohibición de residir y acudir a Sanlúcar de Barrameda por tiempo de diez años (pena que deberá ser cumplida tras la de prisión) y, en concepto de responsabilidad civil, el pago de una indemnización total de 130.000 euros a sus dos hermanos y a su madre y esposa del fallecido.

Además, acuerda que el encausado no pueda obtener beneficios penitenciarios hasta la mitad de la pena impuesta y, para el caso de obtener alguno, le impone la prohibición de no residir ni entrar en Sanlúcar hasta el cumplimiento efectivo de la pena privativa de libertad,

Después de que el acusado reconociera los hechos ante los miembros del jurado popular, tanto la Fiscalía como la acusación particular ejercida por la familia de la víctima modificaron sus respectivos escritos de conclusiones provisionales y reclamaron para el encausado la pena finalmente impuesta por la Audiencia Provincial. Después de su confesión ante el tribunal las acusaciones habían rebajado la pena solicitada en siete años.

En su veredicto , el jurado consideró probado lo que mantenía la Fiscalía, “pese a su edad y a que no realizaba actividad laboral alguna, mantenía un elevado nivel de gastos a los que no podía hacer frente, consecuencia de lo cual tenía múltiples deudas pendientes de abonar”, de modo que, “ante la imperiosa necesidad de obtener dinero”, el condenado “transmitió a una amiga y compañera de instituto su intención de acabar con la vida de su padre para poder así cobrar la herencia”.

En este sentido, el jurado declaró probado que los hechos tuvieron lugar sobre las 18,00 horas del 13 de noviembre de 2017 en la vivienda donde el investigado convivía con sus padres y sus dos hermanos, cuando el acusado, “acuciado por las deudas, inició una fuerte discusión” con su progenitor, quien se encontraba en ese instante solo en el interior del domicilio.

En un momento de dicha discusión, el acusado se dirigió a la cocina de la vivienda y, “tras ponerse unos guantes de látex para no dejar huellas”, cogió un cuchillo de 13,5 centímetros de hoja “con el que se dirigió” a su padre “con la intención de acabar con su vida” y le asestó al menos ocho puñaladas en distintas partes del cuerpo, falleciendo la víctima de un shock hipovolémico como consecuencia de las heridas sufridas.

Seguidamente, y según consideró probado el jurado, el condenado se cambió de ropa, introduciendo la ropa manchada de sangre, las zapatillas, los guantes y el cuchillo en una bolsa que posteriormente arrojó a un contenedor cuando se dirigía de camino a la comisaría a denunciar los hechos.

Confesión del acusado

La vista celebrada la pasada semana se inició con la declaración del acusado que se limitó a asumir su culpa. «Yo reconozco todo» , afirmó de forma concreta. Tras él se tomó testimonio al forense que analizó el cadáver de la víctima y también a tres policías que intervinieron en este caso.

El perito confirmó que la causa del fallecimiento fue un shock hipovolémico como consecuencia de las «múltiples» heridas sufridas: ocho en total. Tres en el cuello, una superficial en el cráneo y otras en torso. Además de algunas defensivas en las manos. Según respondió estas lesiones fueron causadas por un arma cortante de un solo filo, compatible con el cuchillo de cocina que se encontró tras el crimen.

Por su parte los policías ratificaron también lo que ya declararon en sus atestados. Uno de los agentes que hizo la inspección ocular contó que al llegar a la vivienda se encontró a un señor fallecido boca abajo «encima de un gran charco de sangre», además de pisadas de sangre por la casa. Otro policía que intervino en la búsqueda y el hallazgo de la ropa y el arma que el supuesto autor había utilizado, explicó que encontraron estos efectos (guantes de látex, chandal, zapatos y cuchillo) dentro de una bolsa gris que era la misma que le habían visto tirar a un contenedor al acusado en unas imágenes obtenidas de una cámara de videovigilancia

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