RENOVABLES

Iberdrola reabre en Cádiz la batalla industrial en favor de la eólica marina

El anuncio de la eléctrica de incluir a la provincia entre sus planes para un megacomplejo resucita el viejo proyecto que abanderó en 2013

Imagen de uno de los complejos eólico marinos construidos en Reino Unido LA VOZ

Javier Rodríguez

La eólica-marina regresa con fuerza a la provincia de Cádiz después de una década en el cajón. La compañía Iberdrola ha movido ficha en este asunto y ha incluido a la costa gaditana entre su planes más inmediatos para la puesta en marcha de un megaparque capaz de generar 300 megavatios. El anuncio de la eléctrica española se produce, precisamente, el mismo año en que el Gobierno de la nación tiene previsto ordenar por real decreto la utilización de los espacios marinos .

El Ministerio de Transición Ecológica lleva meses elaborando una hoja de ruta para regular dónde y cómo explotar esta fuente de riqueza energética que otros países, caso de Francia, Reino Unido y Alemanina, entre otros, llevan años desarrollándola. Resulta curioso, más bien chocante, que los parques eólicos marinos internacionales salgan adelante con tecnología e infraestructura española y, sin embargo, la costa española carezca de este tipo de complejos debido a una restrictriva regulación normtiva que ahora se pretende actualizar.

El cambio normativo sobre la ordenación del espacio marítimo sitúa a la costa gaditana en el blanco de las futuras inversiones

Desde la Subdirección General de Protección del Mar , órgano del Ministerio de Transición Ecológica, se ha puesto de manifiesto que se han localizado cinco zonas en nuestro país de influencia que contarán con planes específicos de ordenación del espacio marítimo . Son los conocidos POEM. Uno de estos planes afecta directamente a la costa gaditana, que ya en 2003 trató de albergar un parque eólico frente a las costas de Barbate, Conil y Vejer . Este proyecto lo lideró entonces Energía Hidroeléctrica de Navarra (EHN) y se bautizó con el nombre de Mar de Trafalgar. El proyecto contemplaba clavar 276 molinos gigantes a unos 18 kilómetros del cabo de Trafalgar, entre Barbate y Conil. La inversión rondaba los 1.650 millones de euros.

Los antecedentes

La provincia siempre ha estado en el punto de mira de las grandes eléctricas para la construcción de complejos eólico marinos. De hecho, I berdrola y Acciona también lo intentaron en 2013 en la costa de Barbate mediante un consorcio junto con Capital Energy. Presentaron a la Administración un proyecto de 2.300 megavatios (MW) de energía verde, potencia que superaba a la central térmica de Arcos (1.600), y aspiraban a situar a Cádiz al frente de esta industria en Europa. En julio, el Gobierno de Rodríguez Zapatero aprobó el Real Decreto 1028/2007, que enumeró los procesos administrativos que debían superar los planes de complejos eólicos en el mar. En diciembre, publicó la Evaluación Ambiental Estratégica del Litoral para la Instalación de Parques Eólicos Marinos. El informe descartaba los aerogeneradores a menos de 8 kilómetros de la costa y clasificaba las zonas que reunían condiciones favorables para su explotación.

El Ministerio aparcó una treintena de proyectos offshore en Andalucía hace más de una década por las restricciones normativas

Este consorcio lo formaban Acciona , con la intención de invertir 2.800 millones, generar 1.000 mw y colocar 278 molinos en el mar. También estaba Iberdrola Renovables , con la intención de poner en marcha 498 mw entre Conil y Barbate. Igualmente se sumó Capital Energy , con capacidad de 300 mw y 100 turbinas y, por último, Endesa y el Grupo Elecnor .

Al final, en 2013, los proyectos de parques eólicos marinos se quedaron en un cajón. España quedó fuera de la carrera europea por la eólica marina a causa del desinterés del Gobierno, la falta de una normativa para el sector, la oposición de los municipios y las dificultades técnicas que presenta la costa peninsular.

Industria tenía bloqueados hasta treinta proyectos, la mayor parte de ellos, en Andalucía, y se alejó del objetivo de alcanzar los 750 megavatios de potencia instalada en 2020 que se fijó en el Plan de Energías Renovables.

Una nueva etapa

Pero todo ha camabiado al abrigo de la nueva normativa y Iberdrola ha empezado a tomar posiciones de nuevo. El grupo que preside Ignacio Sánchez Galán ha diseñado un plan de 1.000 millones para la puesta en marcha de un complejo en aguas nacionales con turbinas no ancladas al fondo marino. El proyecto generaría 2.800 empleos al año e involucraría a 66 centros tecnológicos y empresas españolas, 52 de ellas pymes. El complejo eólico entraría en operación en 2026 con una capacidad de 300 MW.Una iniciativa que buscará el apoyo financiero de los fondos del programa Next Generation de la UE.

Mar de Trafalgar, frente a las costas de Conil y Vejer, fue de los primeros proyectos presentados en Cádiz

La compañía eléctrica tiene sobre la mesa tres opciones de ubicación (Andalucía, Galicia y Canarias), en el caso de la opción andaluza, la ubicación con más fuerza es la gaditana, ya que la empresa se ha decantado por el mar Atlántico, frente al Mediterráneo, lo que deja en fuera de juego de Málaga, Granada y Almería . Además, Cádiz cuenta con otro valor añadido y es la presencia en la Bahía de tres astilleros públcios, que serían los encargados de suministrar la infraestructura. Esta misma posibilidad también la tiene Galicia, aunque el viento de la zona sur Atlántica juega muy a favor de Cádiz.

Iberdrola reabre en España de esta forma la etapa de la eólica marina flotante, una tecnología en desarrollo que tan solo cuenta con un puñado de parques renovables en activo en el mundo. La eléctrica ha preparado hasta 150 planes por este motivo para presentarlos en Bruselas. La energética estima que estos proyectos permitirían generar 45.000 puestos de trabajo al año, un crecimiento económico de más del 1,5% del PIB, la mejora de la competitividad y de la balanza de pagos -entre 500 y 1.000 millones de euros al año- y la contribución al reto demográfico, ya que se incluyen más de 7.000 millones euros en entornos rurales. Adicionalmente, Iberdrola despliega un plan inversor de 14.300 millones de euros a 2025 en España, enmarcado en una estrategia de crecimiento que le llevará a invertir 75.000 millones de euros en el mundo.

Esta generación de energía supone un desafío tecnológico para la industria, Un salto técnico en innovación que de hecho supondría la creación de un nuevo sector. En una primera fase del proyecto de Iberdrola, entre este año y el próximo, la puesta en marcha de la iniciativa, antes de las obras, generaría entre 1.000 y 2.000 empleos en cada uno de estos ejercicios. Sin avanzar más datos, Iberdrola buscaría la implicación de nueve comunidades autónomas, las que cuentan con costas. El parque de eólica marina flotante evitará la emisión a la atmósfera de 202.500 toneladas de CO2 al año. Iberdrola ya cuenta con una red de proveedores españoles en eólica marina. Desde Windar a Navantia, pasando por Ingeteam y Haizea Wind. Sin olvidar las turbinas de Siemens Gamesa. Estos suministradores han participado en los primeros parques de aerogeneradores entre las aguas. Tiene operativos tres, en los mares del Norte, Báltico, e Irlanda. Y proyectos avanzados en Estados Unidos y Francia. Su cartera de proyectos off shore suma una capacidad de 30 GW.

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