Cádiz
La Guardia Civil protege el sabor de Sanlúcar
Agentes del Seprona mantienen una batalla constante contra los furtivos y pescadores ilegales que causan graves daños en la desembocadura del Guadalquivir
En el estuario sanluqueño se crían y engordan multitud de especies, como el langostino, y estas artes ilícitas las aniquilan
Mucho se habla estos días del alto valor que tiene el sabor de Sanlúcar . Por algo este 2022 es capital española de la gastronomía . Sus pescados y mariscos, como su excelente y codiciado langostino, son de fama de sobra sabida. Pero además del plato, estos manjares son un motor económico fundamental para esta localidad gaditana y también para otras provincias porque aquí, en las aguas de la desembocadura del Guadalquivir , se crían multitud de especies que después se pescan mar adentro, en el Golfo de Cádiz.
Sin embargo hay quien no las cuida . Quien antepone intereses propios e ilícitos para enriquecerse a costa de cargárselo todo. Furtivos o pescadores con artes prohibidas que intentan eludir todos los controles y reglas para llenar sus bolsillos sin tener en cuenta que hacen daño al resto de pescadores que sí respetan las normas, e incluso a ellos mismos, porque el perjuicio que provocan es el hambre de mañana.
Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Cádiz lo saben bien. Llevan años luchando contra estos ‘piratas’ de la desembocadura sanluqueña, intentando poner control y orden y velando por el cumplimiento de la ley para que ni la fauna, ni la flora ni los que viven de ella ni quienes la disfrutan en la mesa tengan que despedirse de este paraje y su inigualable riqueza para siempre.
Muestra de ello es el último operativo que ha desarrollado en este estuario la Guardia Civil. Hace unas semanas interceptaban un barco que supuestamente estaba pescando de manera furtiva chirla en una zona completamente prohibida. A su patrón ya se le acusa de un delito contra la flora y la fauna.
«Faenaban en un sistema especial de protección y además a pocas millas de la orilla del parque natural de Doñana. Es área de desove y alevinaje y la pesca con draga hidráluica está terminantemente prohibida por el grave daño que causa para otras especies», explica a este periódico el teniente del Seprona. «Causan un grave impacto. Arrasan con todo. Ahí se crían las especies que luego crecen y se pescan mar adentro pero si los capturan y los matan...».
Sospechosos fallos de baliza
Y aunque a menudo se tiene constancia de que hay quienes camuflados en un barco ‘legal’ y de camino hacia aguas de Huelva hacen una parada para echar draga a pesar de la prohibición, la nocturnidad les ayuda y no es fácil pillarlos justo en ese momento, cuando se les puede imputar.
Sin embargo, con la determinante colaboración en este caso de la Junta de Andalucía, se ha detectado que a varias de estas embarcaciones «casualmente» les fallan las balizas de control por esa zona. Es decir, se sospecha que quitan estas señales de localización que están obligados a llevar para que no se sepa que fondean y ser así ‘cazados’.
«Es complicado poder sorprenderles, si ven una patrulla o un helicóptero dejan de faenar... y desde costa, en plena madrugada, es difícil poder avistarlos». Por ello, en esta ocasión, los agentes del Seprona contaron con el apoyo de un equipo de la Unidad de Drones del GAR. Desde el aire, en silencio, con cámaras térmicas y con visión nocturna . Y eureka. Uno de estos barcos había echado la draga. Barco inmovilizado y patrón imputado.
«Saben que no pueden. Conocen las artes de pesca y lo que provocan. También lo que capturan y recogen...pero parece que les da igual», afirma el teniente.
Además es en este lugar donde las distintas autoridades realizan los muestreos para determinar los cupos de capturas legales sobre algunas de estas especies (como por ejemplo el langostino), por lo que, si se realiza pesca masiva en esta zona, los muestreos serán menores, y por ende el cupo de capturas para el año siguiente , más reducido. Por ello y por el daño colateral que estos fugitivos provocan al sector, la Guardia Civil pide la colaboración de los pescadores que sí que cumplen con la ley para poner coto a quien no la respeta y encima les perjudica de manera tan grave.
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