INDUSTRIA
El 'Allure' encara el final de su reforma menor en Cádiz
El astillero de la capital se queda hasta nueva orden sin grandes obras de cruceros a la espera de reparar petroleros y gaseros
El barco abandonará las instalaciones dentro de una semana y Royal Caribbean no da fecha para continuar con la segunda fase de obra
La obra de mantenimiento del crucero 'Allure' , uno de los más sgrandes del mundo, encara su recta final en el astillero de Cádiz. La crisis sanitaria obligó a cambiar sobre la marcha tanto su fecha de entrada en la factoría como los planes previstos para su reforma. La gran actuación programada en el buque, con una inversión de 180 millones de euros, se ha quedado finalmente en una varada técnica que ha servido para poner a punto la sala de máquinas .
El barco entró en el dique gaditano el pasado 22 de mayo. La compañía Royal Caribbean, propietaria del crucero, tenía previsto acometer una profunda transformación de los espacios comunes del buque pero, las circunstancias, han obligado a aplazar sin fecha esta actuación. El impacto del coronavirus en el negocio de los cruceros ha sido letal. La imposibilidad de navegar ha llevado a los armadores a revisar sus cuentas y a practicar una profunda restructuración de las inversiones . El astillero de Cádiz, especializado en reparaciones, es uno de los damnificados por estas decisiones. La salida del 'Allure del dique gaditano deja a la factoría sin grandes proyectos de obra de reparación a corto plazo. De hecho, la obra del crucero 'Celebrity Constellation' , de la compañía Celebrity Cruise, que estaba prevista para este mes junio, ha sido cancelada hasta nueva orden.
El 'Allure' tenía prevista su entrada en la Bahía a mediados del pasado marzo para una reforma integral, pero el decreto de alarma por el coronavirus obligó a cambiar de planes y a trasladarlo a otro puerto. Tras la reapertura de los astilleros, el barco intentó de nuevo su entrada en Cádiz a mediados de mayo, pero inicialmente lo prohibió el departamento de Sanidad Exterior, debido a exceso de tripulación. Posteriormente se levanto la prohibición al confirmarse una reducción del número de tripulantes. No obstante, el trámite burocrático tuvo paralizada la llegada del 'Allure' a Cádiz hasta el 22 del mes pasado.
De reforma integral a varada
Cabe recordar que el 'Allure' venía al astillero de Cádiz para someterse a una profunda reforma cuya inversión ascendía a 180 millones de euros . De hecho, su llegada a la Bahía incluía también la presencia de dos ferrys-hoteles para poder alojar a la mano de obra extranjera, unas 2.000 personas, que iban a participar en este proyecto naval. El planning de obra integral del 'Allure' recogía la incorporación de 50 nuevos camarotes de lujo en la zona del puente, la transformación de los espacios comunes y la colocación en las cubiertas del barco de nuevas instalaciones acuáticas, como toboganes, además de nuevos restaurantes y la renovación de los clubs infantiles.
De momento, la compañía ha aplazado la reforma integral y se ha centrado en un mantenimiento general del crucero que ha incluido, entre otras actuaciones, la puesta a punto de máquinas, estabilizadores, casco y tuberías. Se trata de una inversión de poco más de 16 millones de euros.
El calendario de actuaciones previsto en Navantia-Cádiz hasta final de año contemplaba, junto con la del 'Allure', cinco importantes obras que han sido ajustadas a la baja por el coronavirus. En octubre se ha reservado dique para el 'Celebrity Infinity' y el 'Azamara Journey'. Estas varadas incluían, al margen del mantenimiento, actuaciones de calado que se han visto reducidas a varadas técnicas. En noviembre llegarán el 'Marella Explorer II' y el 'Marella Discovery'.
Diversificar la actividad
No es fácil la situación en la que se queda el astillero de la capital tras el frenazo en seco de las grandes reparaciones de cruceros . LA VOZ avanzó a primeros de junio que la dirección de Navantia buscaba alternativas de negocio para diversificar la actividad y asegurar con ello carga de trabajo.
No es la primera vez que el astillero de Cádiz da un golpe de timón y fija un nuevo rumbo hacia otro tipo de negocio. Ya lo hizo en 2009 cuando la crisis financiera del momento abortó los planes del Ministerio de Defensa español y obligó a la Armada a cerrar temporalmente el grifo de las inversiones en la flota. Fue entonces cuando Navantia-Cádiz orientó su futuro hacia la reparación de cruceros. Ahora, la caída en los contratos de obra de las grandes compañías de cruceros ha llevado a Navantia a mirar hacia la reparación de petroleros y gaseros. El departamento comercial de la compañía negocia con empresas del sector la llegada a la Bahía de barcos tanqueros para su mantenimiento . De hecho, el astillero gallego de Fene realiza con éxito esta actividad.
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