Drogas | Cádiz

Alarma en las inmobiliarias de El Puerto por los alquileres a narcos

Intentan engañar a los agentes inmobiliarios con nóminas y datos falsos para que les arrienden viviendas que usan como 'viveros' de marihuana

Agentes de la Policía Nacional desmantelan una plantación de marihuana instalada en un chalé.

M. Almagro

«Imagínate el ‘marrón’ en el que de repente te ves envuelta un día cuando la Policía Nacional o la Guardia Civil te llama y te pregunta que si tú sabías a quién habías alquilado la casa y la de explicaciones que tienes que dar, a ellos y, por supuesto, a los propietarios...». No daremos su nombre por razones obvias pero esta afirmación la hace una agente de una inmobiliaria de El Puerto que cuenta con una sobrada experiencia en el sector. Su agencia se dedica a la venta y alquileres de chalés y de apartamentos en zonas pudientes de la localidad, aparentemente tranquilas, seguras, donde no suele haber problemas. Hasta que llegan ellos, les engañan para conseguir su objetivo y utilizan esas casas para el narcotráfico.

Esta semana se conocía que el Grupo de Estupefacientes de El Puerto de la Policía Nacional ha desmantelado en la lujosa urbanización de Vistahermosa dos plantaciones de marihuana . Ambas estaban ocultas en dos viviendas de esta citada zona.

Los traficantes habían alquilado estos inmuebles para ese fin y las habían convertido en ‘viveros’ de cannabis, destrozándolas para distribuir las plantas e instalar los sofisticados equipos de riego, electricidad y ventilación que necesitan estos cultivos para obtener buenas cosechas. Para que les sea rentable.

Pero, ¿cómo habían podido alquilar esas casas sin que nadie hubiera sospechado de los planes que realmente tenían cuando firmaron los contratos de renta? Pues mintiendo . No es la primera vez que ocurre. Recientemente se daba la alerta entre las agencias de alquiler de El Puerto de que había un individuo preguntando sobre casas con este tipo de características. Estaba muy interesado en que fuera amplia y que estuviera situada en una zona tranquila . Al parecer como aval presentaba una nómina en la que figuraba que era trabajador de Navantia. Sin embargo, una de estas agentes, curtida ya en posibles estafas, hizo las comprobaciones oportunas y entonces destapó la mentira. O al menos la sospecha de que algo «raro» había detrás del interés de esta persona. Y así se lo transmitió a sus compañeros para que se andaran con cuidado si este mismo individuo lo volvía a intentar.

La falsificación de datos es uno de los modos que utilizan estos traficantes para lograr alquilar las viviendas que usan como viveros de ‘maría’. Pero en otras ocasiones no engañan, sino que directamente utilizan a otras personas como intermediarias, ‘hombres de paja’. Es decir, gente de confianza que se prestan (a cambio de dinero o no) de dar su nombre o número de cuenta para que los traficantes no dejen rastro. O miembros de la misma organización cuya función principal es esa.

Por tanto, la alerta es evidente y el cuidado con el que se tienen que manejar las agencias de alquileres vista la proliferación de este tipo de narcotráfico es necesaria.

Una vez que los traficantes entran en estas casas y confían en que no serán descubiertos, no solo cometen un delito en una propiedad que no es suya sino que además causan importantes daños en los inmuebles para instalar todos los equipos que necesitan. Sobre estos daños , como los ocasionados en estas dos viviendas de El Puerto, se tendrán que responsabilizar económicamente pero pueden pasar años hasta que se celebre un juicio y sean condenados al pago de dichas indemnizaciones. Los propietarios por tanto se ven obligados a tener que afrontar ellos mismos el pago de los arreglos si quieren volver a vivir, alquilar o vender la vivienda que les ha sido destrozada.

Por otro lado la llegada de estos traficantes a una zona determinada también pone en peligro a sus vecinos. En los últimos años los robos entre las redes que se dedican a cultivar y distribuir marihuana (los llamados ‘vuelcos’ ) han ido en aumento. Las bandas no tienen escrúpulo alguno en asaltar las viviendas donde se cultiva y almacena esta droga y llevarse la mercancía de otros.

Lo hacen además armados e incluso se disfrazan de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como si se tratara de una redada para que los contrarios se queden quietos y robarles con más facilidad. Incluso ha llegado a haber tiroteos ya que la mayoría de estas redes tienen armas para protegerse de estos posibles ‘vuelcos’. Por tanto el riesgo para los vecinos es más que evidente, un problema de inseguridad que va más allá del tráfico de estupefacientes.

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