«Lo he dado todo por el Cádiz y la afición ha sabido valorarlo y recompensarlo. No hay que quedarse con uno o dos partidos». Al menos le queda ese consuelo. Roberto Suárez se marcha de la Tacita de la misma forma en la que llegó: sin hacer ruido. Un frío y escueto comunicado aparecido en la web oficial confirmaba una noticia que comenzó a gestarse en Navidad con el frenesí de la Copa. El club, que intentó prolongar su contrato antes de esa fecha, ahora ha decidido no renovarlo. «Lo siento pero hay que aceptarlo. Ya me lo esperaba por cómo se estaba desenvolviendo la temporada. Hoy me tocó a mí y mañana le tocará a otro porque la cosa en el fútbol funciona así». No era ninguna sorpresa, estaba cantado.