ENTENDIMIENTO. Imaz y Zapatero sellan el buen momento de sus relaciones. / IGNACIO GIL
ESPAÑA

El Gobierno valora que por primera vez todos los partidos respaldan el proceso de paz

El PNV no aprovechará el final de la violencia para imponer su proyecto en Euskadi y se empeñará en que el PP esté en la mesa de fuerzas políticas vascas El presidente da por concluida la ronda de partidos, que cerró ayer con el líder nacionalista

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José Luis Rodríguez Zapatero está en las mejores condiciones para encarar un proceso de paz. Dispone, según constató tras entrevistarse con el líder del PNV, con el respaldo «sin fisuras» de todos los grupos políticos para entablar el diálogo con ETA una vez que concluya la verificación del alto el fuego. Un caudal de apoyo del que no disfrutó ninguno de sus antecesores, que no lograron la colaboración del nacionalismo vasco. En esta ocasión, el PNV ofreció «la cooperación» de su partido y asumió su «responsabilidad» para conseguir que el alto el fuego permanente sea «irreversible».

Ni Felipe González en las conversaciones de Argel de 1989 ni José María Aznar en las de Suiza en 1999 consiguieron sentar a sus enviados en una mesa frente a los dirigentes etarras con el aval de todos los partidos. Tuvieron el apoyo más o menos explícito del principal partido de la oposición y otras fuerzas, pero nunca el del Gobierno vasco y el PNV, que en ambas oportunidades exigieron su porción de protagonismo. En esta ocasión, el nacionalismo acepta que su papel es secundario y que los intérpretes principales deben ser el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y ETA. Su participación consistirá en «ayudar a consolidar la situación», en palabras del presidente del PNV, Josu Jon Imaz, tras entrevistarse con el presidente del Gobierno.

Este espaldarazo alimentó «la satisfacción» del jefe del Ejecutivo por el balance de la ronda de contactos con diez fuerzas políticas y que cerró ayer jueves con el líder nacionalista. «No hay mayor aval que la unanimidad», proclamó el secretario de Comunicación, Fernando Moraleda, que subrayó que «por primera vez» el Gobierno podrá abrir un proceso de paz con la tranquilidad política de quien tiene un «respaldo sin fisuras» de todo el arco parlamentario.

Ayuda imprescindible

El portavoz gubernamental puso especial énfasis en destacar la colaboración del PNV porque su ayuda es «imprescindible» para conducir a buen puerto el proceso. Una cooperación que Rodríguez Zapatero «agradeció muy sinceramente» ya que sin esa actitud la tarea se complicaría sobremanera. Imaz, tras conversar dos horas y cuarto con el presidente del Gobierno en el palacio de La Moncloa, ratificó que su partido estará detrás del Ejecutivo «con responsabilidad», consciente de cuál es su papel, para que el fin de la violencia no tenga vuelta atrás.

El presidente del PNV se comprometió ante Rodríguez Zapatero a no jugar al cortoplacismo y buscar ventajas para el nacionalismo al calor del cese del terrorismo. Su partido, afirmó tras la entrevista, tiene «muy claro» que el tiempo de las mayorías monocolores, nacionalistas o no nacionalistas, ha pasado y ha llegado el momento de las mayorías «integradoras» que agrupen a «las diferentes sensibilidades políticas». Un lenguaje similar al que emplea el PSE, que habla de mayorías «transversales» entre nacionalistas y no nacionalistas.

Imaz garantizó que su partido no va a aprovechar la ausencia de violencia para «imponer» en Euskadi «mayorías políticas que no cuenten con una adhesión inferior a la que tuvo el Estatuto de Guernica», texto que salió adelante en 1979 con el respaldo del PNV, UCD, PSE y Euskadiko Ezkerra; mientras que Alianza Popular, la antecesora del PP, y Herri Batasuna se opusieron. «No puede existir -añadió- un proyecto político que sea condición sine qua non para lograr el final de la violencia», porque si así fuera sería «legitimar el terrorismo» como instrumento para alcanzar objetivos políticos.

El afán integrador del líder nacionalista llegó al punto de prometer un esfuerzo adicional para incorporar al PP a «los acuerdos políticos» en el País Vasco. Dijo «ser comprensivo» con las posturas de los populares vascos porque es un partido que «lo ha pasado muy mal y ha sufrido mucho» en Euskadi, pero esos antecedentes no justifican su cerrazón. «Me gustaría», dijo Imaz, que el PP vasco «se baje de las posiciones que ocupa en el monte político».

El PNV, agregó, se va a «empeñar» en esa tarea para que no ocurra como con el Estatuto de Guernica, que los populares rechazaron en su momento, pero cuya aprobación celebran «con cava» todos los 25 de octubre. «No me gustaría que pasase lo mismo» si el proceso conduce a la paz definitiva.

El líder nacionalista rechazó una y otra vez aventurar los posibles escenarios políticos si se consolida el cese de la violencia porque ahora es el momento de la verificación del alto el fuego, pero sugirió que los hipotéticos acuerdos que se alcancen en el foro multipartito o en la mesa de diálogo de los partidos tienen «perchas» jurídicas para encuadrarse en el marco legal. Apuntó que la disposición adicional primera de la Constitución o la transitoria cuarta pueden ser los cauces para esos eventuales compromisos entre los partidos.

Política penitenciaria

Preguntado por el acercamiento de presos, el presidente del PNV se mostró partidario de una política penitenciaria flexible, consensuada y dinámica que acompañe al proceso de paz, tal y como hizo, dijo, «el Gobierno de Aznar en septiembre de 1998, a las seis semanas del alto el fuego de ETA».

Imaz consideró que «hay un marco y hay juego para avanzar en este tipo de escenarios».

A la pregunta de si considera conveniente que el Congreso adopte una resolución similar sobre el acercamiento de presos, Imaz dijo que «la clave es el acuerdo político» porque el «marco jurídico-constitucional permite perchas legales y elementos que pueden dar, en un determinado momento, cauce a un acuerdo político».

Imaz recordó que «estamos en la fase de verificar el alto el fuego» y anunció que «en un par de semanas tendremos la fotografía completa de cuál ha sido el avance en torno a esta cuestión y hay datos que apuntan a un evidente optimismo».

El presidente del PNV emplazó a todos los partidos vascos a ir trabajando en los calendarios, las metodologías y los procedimientos del diálogo multipartito «que en un futuro tengamos que llevar a cabo».