El Espanyol sorprendió en la final con una goleada al Zaragoza y en otro día para la historia del club catalán puso fin a la brillante trayectoria del equipo aragonés en la Copa. El finalista que partía como víctima vivió una noche de fiesta en el Bernabéu al adjudicarse su cuarto título copero, quedarse a sólo dos del Zaragoza y el Valencia, y sacar un inesperado billete para la UEFA cuando está luchando por asegurar la permanencia en Primera División. Las lágrimas de tristeza y rabia que derramó Miguel Ángel Lotina hace casi 20 años cuando vio perder a su Athletic la final de Copa de 1977 fueron esta vez de alegría para sus jugadores y toda la gente del Espanyol, con un equipo que fue superior al Zaragoza y aguantó en defensa en los momentos comprometidos.