De la enfermería a la plaza. Como los toreros con casta. Así volvió ayer Matías Pavoni a enfundarse el peto naranja que Víctor Espárrago entrega a los teóricos titulares. De esta forma, el argentino recuperaba la sonrisa en su rostro. Una sonrisa que perdió en la tarde del 12 de marzo sobre el césped de San Mamés. Aunque todo aficionado recuerda la infausta jugada es preciso recordarla. Y es que fue justo en ese momento cuando comenzó la meritoria recuperación de un jugador que se niega a ver desde la grada sucumbir al equipo que con tanto sacrificio se ha llevado a la élite del fútbol español.