Los parlamentarios de la UMP, el partido conservador gobernante, han asumido el encargo presidencial de desactivar la crisis social en Francia mediante la rápida aprobación de una ley que suavice el polémico Contrato Primer Empleo (CPE), previa concertación con las organizaciones sindicales y estudiantiles. El regreso del conflicto a la Asamblea Nacional y el Senado será aprovechado por la oposición de izquierdas para plantear la derogación de la reforma, nueva consigna del frente contestatario que apuesta por lograr el próximo martes la mayor movilización popular desde 1968.