Servicios Sociales
La unión hace la fuerza
Varios colectivos de la ciudad se apoyan entre sí en sus protestas en la calle para pedir soluciones a Kichi para las personas más vulnerables
Dicen que la unión hace la fuerza y eso mismo han pensado los distintos colectivos que en las últimas semanas se han lanzado a la calle a protestar contra la gestión del equipo de Gobierno de Adelante Cádiz, liderado por José María González Santos ‘Kichi’ .
Bajo el lema ‘Por separado, somos gotas de agua. Unidos, somos un océano’ , asociaciones y plataformas de la ciudad que luchan por una vivienda digna o por un puesto de trabajo se apoyan entre sí en las distintas movilizaciones que protagonizan en la calle.
La vivienda y el empleo son las principales demandas de estos colectivos, que apoyan a las personas más vulnerables de la ciudad: a los que tienen que no tienen techo, a los que no tienen un empleo para darle de comer a sus familias, a las personas en exclusión socil o a las mujeres víctimas de violencia de género que se ven en la calle con sus hijos.
La asociación Las Desamparadas ayuda y asesora a mujeres que han sufrido algún tipo de maltrato (físico o psicológico) y a las que se encuentran en exclusión social. El número de familias que se encuentran en esta situación ha aumentado de manera notable como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus ya que, durante el confinamiento, estas mujeres no han podido trabajar y no han recibido ingresos. Muchas de ellas cuentan también con el agravante de que las ayudas para alimentos o alquiler de vivienda que perciben desde la delegación municipal de Asuntos Sociales han llegado con retraso.
Esta circunstancia ha provocado que tres de estas mujeres hayan recibido por parte del juzgado una orden de desahucio . Al no contar con respuestas por parte del Ayuntamiento de Cádiz han decidido trasladar sus protestas a la calle para que el equipo de Gobierno «reaccione» y les ofrezca una solución. Primero fue en la puerta del Consistorio, en la plaza San Juan de Dios; pasando posteriormente por la empresa municipal de la Vivienda (Procasa) y por la sede de Asuntos Sociales de la calle Zaragoza. «No vamos a parar» .
Aseguran sentirse «maltratadas, amenazadas y desahuciadas» ya que, además de estar en riesgo de perder su vivienda y verse en la calle, confirman que desde el Ayuntamiento «nos amenazan con retirarnos a nuestros hijos si no tenemos un techo».
Insisten en que la única solución que se les ofrece es que busquen una vivienda para que desde el Asuntos Sociales se les pague el mes de fondo y la primera mensualidad, algo que aseguran que es «misión imposible» en una ciudad como Cádiz porque «los propietarios ya no se fían del Ayuntamiento porque paga tarde y mal ».
Unidos contra el Ayuntamiento
Estas mujeres han contado en las concentraciones con el apoyo de otras asociaciones, como es el caso de Somos Cádiz , entidad dedicada a la atención a las personas sin hogar de la capital, respaldo que ha sido recíproco en protestas organizadas por este colectivo en las bóvedas de las Puertas de Tierra .
En concreto, en la concentración del pasado jueves acudieron, además de Las Desamparadas, representantes de varios sindicatos (SAT, CNT, PCOE), de Red Roja, de colectivos como Barrio Alto, Delphi y diferentes mareas; de Brigadas Amarillas, asociación Ánfora, Amigas del Sur y del Movimiento en lucha contra el desempleo y la exclusión social.
Desde Somos Cádiz lamentan la situación de abandono de las personas que viven en la calle en la capital, que se ha visto incrementada en los últimos meses llegando hasta las 200 personas, aproximadamente «sin que el Ayuntamiento haga absolutamente nada».
Muchos sin techo se encuentran en una situación de salud complicada y «en Servicios Sociales no nos hacen ni caso porque, por mucho que digan, no les importan las personas sin hogar».
Piden una mayor atención a este colectivo, ubicado en distintos puntos de la ciudad, un equipo de calle «que se implique de verdad y trabaje con ellos para reinsertarlos en la sociedad» y un mayor número de plazas de albergue o de pisos porque «hoy son ellos pero mañana puede ser cualquiera de nosotros».
Denuncian que, lejos de ayudar a las personas sin hogar, «desde el Ayuntamiento han emprendido una guerra psicológica con ellos impidiéndoles conciliar el sueño con ruidos, baldeos y focos encendidos durante toda la noche».
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