Crisis del coronavirus

Los puestos de churros de Cádiz ultiman su puesta a punto para la esperada reapertura en la Fase 1

La Fase 1 de la desescalada que arranca el lunes permitirá a los churreros abrir sus negocios tras dos meses cerrados

Uno de los churreros de La Plaza de Abastos prepara su puesto para el lunes 11 de mayo. Antonio Vázquez

Nuria Agrafojo

¿Cuándo abren los puestos de churros? . Ésta es la pregunta que se han hecho cientos de gaditanos durante un período de confinamiento donde la alimentación se ha convertido en la mejor terapia contra el temido coronavirus. A unos días de entrar en la Fase 1 de la desescalada marcada por el Gobierno, los ciudadanos podrán acceder a nuevos servicios y a nuevos negocios que en estos días ultiman los preparativos de su puesta a punto tras casi dos meses cerrados.

Entre ellos, se encuentran precisamente los puestos de churros. Desde hace ya varios días, los propietarios han comenzado a ordenar y limpiar sus establecimientos para comenzar a trabajar el próximo lunes 11 de mayo, el día que arranca la Fase 1 de la desescalada. Los churreros serán de los primeros en abrir sus puertas el lunes con nuevas medidas de seguridad pero con la esperanza de poder sobrevivir a una importante crisis.

Rafael y Alberto son dos churreros de la Plaza de Abastos de Cádiz, uno de los lugares más concurridos del casco histórico para hacerse con este manjar gastronómico que alegra las mañanas de muchos gaditanos. A las seis y media de la mañana de este miércoles , ya estaban en el interior del quiosco preparando y limpiando todo el material, ya que serán de los primeros en arrancar el próximo lunes, cuando arranca la Fase 1. «A las ocho y media de la mañana ya estaremos de cara al público. De momento, vamos a empezar a medio gas porque pensamos que habrá menos clientela, ya que algunas cafeterías aún están cerradas, hay limitaciones en las terrazas y hay menos gente en las calles. Por eso, limitaremos el horario a la mañana, de ocho y media a doce y media», asegura Rafael, que apunta también a la puesta en marcha de medidas de seguridad.

«El tema de la limpieza y la higiene es algo que hacemos a diario porque nosotros estamos de cara al público y es de vital importancia para nuestro negocio. Pero ahora, además de eso, vamos a usar mascarillas, guantes y vamos a anular la parte del mostrador. Serviremos y cobraremos desde detrás de la vitrina, por lo que la distancia con el cliente es aún mayor», asegura el empresario, que niega haber recibido un protocolo de actuación de alguna de las autoridades competentes.

Con respecto a las pérdidas sufridas durante estos casi dos meses de cierre forzoso, el churrero asegura que son difíciles de cuantificar. «Realmente no me he parado a pensar ni en lo que he dejado de vender ni de ganar. Es algo que no vamos a recuperar. Hemos hecho lo que podíamos hacer, que era pedir la ayuda al Gobierno y la paralización de la cuota de autónomos. Pensamos que por delante de todo está nuestra salud», agrega Rafael.

Aunque han sido muchos los clientes que le han llamado para pedirles un reparto a domicilio, Rafael ha descartado esta medida para defender la calidad de su producto. «Hay comidas que sí se pueden pedir a domicilio y no pasa nada, pero en el caso de los churros, pensamos que no es un producto para llevarlo a domicilio porque perdería calidad. Los churros son para comerlos dando un paseo o en una cafetería, así que decidimos no entrar en eso. Quizás, las consecuencias podían ser peores porque el mal sabor de boca que te puede dejar, puede ser malo para el negocio», apostilla.

Unas vacaciones forzosas

Mientras tanto, los empresarios han aprovechado el tiempo para estar con la familia y estar junto a sus hijos. «Nos lo hemos tomado como unas vacaciones. Nosotros somos autónomos y solemos tener 8 o 10 días de vacaciones a lo largo de todo el año. Durante los meses de verano, por ejemplo, trabajamos sin descanso de lunes a domingo. Así que ahora hemos podido disfrutar de tiempo libre, que no viene mal. Afortunadamente, aprovechamos las navidades y el Carnaval, que nos ha ido bien», apunta esta tercera generación de churreros, que tampoco teme a la caída del turismo que está prevista en los próximos meses.

«Nuestra principal clientela es el vecino de Cádiz, el que viene una, dos o tres veces a la semana. Nosotros no vivimos del turismo sino de la gente de Cádiz», añade.

A partir del lunes, será por tanto una nueva etapa que esperan superar con éxito. Los churros de Cádiz también vuelven a su sitio y la normalidad con churros será aún más normal.

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